SALUD-COMERCIO: Norte contra Sur por fármacos para el sida

El enfrentamiento entre las compañías farmacéuticas multinacionales y los laboratorios de países en desarrollo que producen drogas genéricas se agudizó este mes, con los fármacos para el sida en el centro de la disputa.

Dos de los protagonistas de esta batalla legal son Cipla, un laboratorio de India, y el gobierno de Brasil, determinados a impedir que las grandes empresas farmacéuticas del Norte industrial sigan decidiendo quién debe producir los fármacos contra el sida y a qué precio deben venderse.

Cipla anunció que está preparada para vender a países africanos grandes cantidades de las drogas necesarias para la triple terapia contra el sida a 350 dólares por año si las adquieren los pacientes, y a 600 dólares al año si las adquieren los gobiernos africanos.

En contraste, la misma combinación de drogas producida por los laboratorios propietarios de la patente cuesta entre 10.000 y 15.000 dólares al año en Estados Unidos.

Representantes de Cipla se reunirán el jueves 15 con la organización humanitaria francesa Médicos sin Fronteras (MSF) para elaborar planes de distribución de las drogas genéricas.

La oferta del laboratorio indio ya recibió la aprobación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En una declaración emitida el viernes, la agencia de las Naciones Unidas manifestó su beneplácito por «recientes informes» de que la triple terapia contra el sida estará disponible en Africa.

En Africa viven 70 por ciento de todos los pacientes con VIH/sida del mundo (25 de 36 millones), y en algunos países africanos, hasta un cuarto de la población está infectada con el virus.

«El costo de los medicamentos es uno de varios factores que limitan el acceso a la extensión de la vida para los pacientes con VIH/sida», señaló la OMS.

«La reducción del costo de las drogas antirretrovirales y otras que combaten infecciones oportunistas es clave para garantizar el acceso de los pacientes a un tratamiento eficaz», añadió.

La disputa entre Brasil y la industria farmacéutica occidental se centra en el derecho a la producción de drogas genéricas contra el sida.

A comienzos de este mes, el gobierno brasileño amenazó con respaldar la producción local de dos drogas genéricas para el sida si los laboratorios que las fabrican no bajaban sus precios antes de junio.

Anteriormente, el gobierno de Estados Unidos había presentado una queja al panel de disputas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) por la intención de Brasil de «violar» los derechos de patente de un laboratorio estadounidense.

«La queja de Estados Unidos amenaza la política sobre sida de Brasilia, que incluye el suministro de fármacos gratuitos a los infectados con VIH. La vida de cientos de miles de pacientes depende de ese sistema», destacó Bernard Pecoul, director de la campaña de Acceso a Medicamentos Esenciales de MSF.

El gobierno de Brasil financia el tratamiento de más de 90.000 pacientes infectados con VIH (virus de inmunodeficiencia humana), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), a través de drogas genéricas producidas en ese país sudamericano.

Desde el comienzo de esos esfuerzos, las muertes por sida disminuyeron 50 por ciento.

Sin embargo, las grandes compañías farmacéuticas siguen determinadas a afirmar su poder y asegurarse el control de la producción y la distribución de los fármacos, que se traduce en miles de millones de dólares de ganancias.

Así lo demuestra la promoción de una acción judicial cuyas audiencias comenzarán a principios de marzo en Sudáfrica.

Cuarenta laboratorios multinacionales demandarán al gobierno de Sudáfrica por permitir la importación de drogas genéricas contra el sida en virtud de la Ley sobre Fármacos de 1997.

Richard Jefferys, director de proyecto de la neoyorquina Red de Datos para el Tratamiento del Sida, consideró esa demanda «moralmente repugnante».

En Ghana, señaló, los pacientes con VIH que recibían la versión genérica del fármaco Combivir ya no la reciben a causa de un juicio iniciado por el laboratorio multinacional Glaxo Smithkline.

«La industria farmacéutica es la más rentable del mundo, y no es necesario sacrificar vidas para mantener contentos a los accionistas», dijo Jefferys.

Aunque los grandes laboratorios anunciaron su disposición a bajar el precio de los medicamentos para el sida, son muy lentos en el cumplimiento de sus compromisos o bien los fármacos siguen siendo prohibitivos en los países pobres.

Para el pasado diciembre, hubo «escaso progreso» sobre un descuento en los fármacos para el sida en Africa prometido el año pasado por cinco grandes laboratorios, señaló MSF.

La actitud de las compañías farmacéuticas del Norte industrial no deja al Sur en desarrollo otra posibilidad más que la de producir sus propias drogas genéricas, opinó James Love, director del Projecto del Consumidor sobre Tecnología, con sede en Washington.

«Los gobiernos tienen el deber de proteger a su población, y deben actuar cuando el precio de los medicamentos se eleva demasiado», arguyó Love.

Añadió que «es necesario observar la realidad, dado que los grandes laboratorios están determinados a controlar los precios a expensas de los enfermos».

La industria farmacéutica tendrá más desafíos en el futuro, dado el surgimiento de fabricantes de drogas genéricas en Tailandia, Pakistán, Filipinas y China, advirtió Love.

«Los países en desarrollo deben aprovechar plenamente su derecho a producir o importar drogas genéricas de acuerdo con el acuerdo sobre TRIP (aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio) de la OMC», exhortó MSF.

El TRIP contiene normas sobre «licencia obligatoria» que permiten a los países producir drogas patentadas en casos de emergencia de salud pública o de precios injustos. (FIN/IPS/tra- en/mmm/da/mlm/he-if/01

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