RELIGION-INDIA: Setenta millones lavan sus pecados en el Ganges

Setenta millones de hindúes acudieron este año a limpiar sus almas en la confluencia de los ríos Ganges, Yamuna y Saraswati, en el norte de India, la mayor reunión de carácter religioso del mundo.

Shiv Giri fue uno de los peregrinos al Maha Kumb Mela (Gran Festividad del Cántaro), que se celebra cada 12 años y que concluirá este miércoles.

Giri tiene pocas posesiones mundanas: poco más que la blusa y los pantalones que usa, de color naranja y hechos a mano, y las sandalias de cuero que calza. El es uno de los miles de «sadhus» (hombres sagrados, o santones) reunidos en esta ciudad del norte de India.

El río Ganges nace lejos, en un glaciar de los Himalayas indios. Confluye con el Yamuna, también de origen himalayo, en Allahabad, ciudad conocida en la antigüedad como Prayag y uno de los principales centros de peregrinaje de los hindúes de todo el mundo.

El Kumnh Mela se celebró en esta ocasión, desde el 9 de enero, bajo el signo de una combinación planetaria que ocurre sólo una vez cada 144 años, registrada el 24 de ese mes a la madrugada, cuando las aguas se encontraban a apenas unos tres grados centígrados.

Festividades similares se celebran a lo largo de cada ciclo de 12 años en otros tres ríos del norte y el centro de India: el Hardwar, el Ujjain y el Nasik. Se cree que todos esos lugares fueron bendecidos con gotas del néctar de la inmortalidad, derramado cuando los dioses y demonios lucharon por su posesión.

Los hindúes creen que una inmersión ritual en el río Ganges, en cualquier momento, limpia a una persona de sus pecados. Las abluciones en la confluencia de los tres ríos en Allahabad durante el Kumbh Mela es, en esta vida, el principal medio de salvación, según la religión hindú.

Los peregrinos también acuden a este lugar a escuchar los sermones de sadhus como Giri, quien recorrió 3.200 kilómetros desde su hogar en el estado meridional de Tamil Nadu durante siete días.

«¿Dónde más podría difundir mis ideas a tanta gente? Este lugar es ideal para enseñar la práctica adecuada del hinduísmo y la pureza de la vida», dijo.

Otros miles de sadhus participaron en asambleas religiosas para debatir cuestiones de fe.

Giri no cree que el uso de la motocicleta contradiga su ascetismo. Este vehículo negro y brillante, de procedencia japonesa, fue puesto a disposición del fabricante para ayudarlo en su labor de predicador.

Este asceta viaja con frecuencia por toda India para predicar sus ideas. Por lo general duerme al costado del camino, debajo de una sencilla tienda de tela.

La moticicleta le ayudó a trasladarse por los 50 kilómetros cuadrados del área de Mela. Cubrir el lugar a pie le insumiría dos horas. Las autoridades allanaron el camino lodoso con 80 kilómetros de planchas de metal.

Miles de peregrinos vivieron en un campamento que ocupó más de 1.000 hectáreas. Pero la mayoría no consiguieron techo y debieron pasar las heladas noches invernales a cielo abierto.

El baño ritual es el principal objetivo de los peregrinos y los días más auspiciosos para hacerlo son el 14, el 24 y el 29 de enero. Unos 30 millones de peregrinos practicaron sus abluciones el 24 de enero, el más importante de los tres días.

Por tradición, los sadhus tienen derecho a ser los primeros a entrar en el río y a estar allí hasta el fin del día.

Ascetas de varias sectas, conocidos como «akharas», marchan hacia el río en medio de una verdadera fiesta. Pero el 29 de enero no realizaron su tradicional procesión con elefantes, tambores y clarines, por respeto a los muertos en el terremoto que sacudió el oeste del país.

Los ascetas más famosos con los naga sadhus, caracterizados por usar poca ropa y cubrir su cuerpo con ceniza. Hablan poco y solo son vistos durante las abluciones, pues habitan en cavernas o chozas de bosques aislados.

Entre los ascetas hay también extranjeros, como la japonesa Keiko Aikawa, que maravilló a los turistas con sus proezas con el yoga. «Hago esto para promover la paz en el mundo», dijo Keiko, quien pasó cuatro días y cuatro noches enterrada sin comida, agua ni aire fresco.

Miles de personas cuncurrieron a presenciar el momento en que desenterraron a Keiko, quien mostraba escasos signos de agotamiento.

Giri predica una vida sencilla, y aconseja el uso ropas de algodón hechas a mano. Esto no solo contribuye a la preservación del ambiente, sino que también crea empleos en un país en que más de 60 por ciento de los casi 1.000 millones de habitantes aún viven en aldeas, argumentó.

Sin embargo, no todo los religiosos de India predican la sencillez. Muchos llegaron al río en automóvil, llevando teléfonos celulares y cámaras portátiles. (FIN/IPS/tra-en/nob/mu/rp- mj/cr/01

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