La presión internacional por el levantamiento definitivo de las sanciones contra Libia es creciente a pesar de la oposición estadounidense, admitió el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Annan mencionó «muchos llamados a favor del levantamiento de las sanciones, al que se suma uno enviado el viernes por la Organización de Unidad Africana (OUA)», declaró Annan a la prensa.
El pedido de los 50 miembros de la OUA fue precedido de otro similar realizado por los 22 países de la Liga Arabe. Las sanciones fueron suspendidas en 1999, pero ahora se procura su levantamiento definitivo.
«Libia demostró flexibilidad suficiente ante la comunidad internacional al entregar a dos de sus ciudadanos para que sean juzgados por un tribunal escocés y bajo la ley escocesa» en La Haya, Holanda, dijo Abdel Meguid, secretario general de la Liga Arabe.
El tribunal encontró el miércoles culpable a un agente de inteligencia libio de haber colocado una bomba en el vuelo 103 de la compañía aérea estadounidense Pan Am, que estalló sobre la localidad de Lockerbie, Escocia, causando la muerte de 270 personas.
Un segundo agente libio, acusado de cargos similares, fue sobreseído por el tribunal de tres jueces en un proceso que comenzó el año pasado.
Las sanciones contra Libia deberían ser levantadas dado que el tribunal ya emitió su veredicto, señaló Meguid, quien anunció que prevé reunirse con Annan para explicarle el punto de vista árabe.
Las sanciones impuestas por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) contra Libia en marzo de 1992 incluyen un embargo de armas y de material aeronáutico y una reducción del personal diplomático de ese país en el exterior.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó luego congelar los fondos y recursos financieros libios en otros países y prohibir el abastecimiento a ese país de equipos para refinar petróleo y transportes.
Annan dijo que corresponde al Consejo de Seguridad determinar si Libia ha cumplido con todos los requerimientos para poner fin a nueve años de sanciones. Pero «uno tiene que aceptar el hecho de que Libia al final cooperó al entregar a las dos personas, y eso ya es un gran paso», agregó.
«Sin ese paso no hubiera habido juicio, y nosotros no estaríamos donde nos encontramos hoy. Pero algunos gobiernos sostienen que Libia tiene que hacer mucho más para ser tenida en cuenta», agregó.
El conductor de la ONU recordó que el problema de una eventual compensación por parte de Libia a los familiares de las víctimas en Lockerbie fue planteada por algunos países, aunque una vez más quedó en manos del Consejo de Seguridad una decisión al respecto.
«Es un asunto para el Consejo y realmente no puedo juzgar que es lo que éste desea hacer», declaró.
La ONU pidió a los países miembros, en el marco de las sanciones impuestas en 1992, que negaran a los aviones libios permiso para despegar, aterrizar o volar sobre su territorio, excepto con una autorización especial del Consejo sólo en caso de vuelos humanitarios.
Libia ha violado esa disposición varias veces al fletar vuelos que transportan cientos de musulmanes a la peregrinación anual a La Meca, en Arabia Saudita.
Libia, uno de los principales productores mundiales de petróleo, pretende volver a la prosperidad que gozaba antes de que las sanciones económicas de la ONU, que le habrían ocasionado pérdidas por más de 40.000 millones de dólares.
Las sanciones de la ONU fueron suspendidas en 1999, después de la decisión libia de entregar a los dos sospechosos para que sean juzgados
Pero Estados Unidos mantiene en vigencia sus propias sanciones unilaterales. Washington declaró la semana pasada que el veredicto de condena contra uno de los acusados libios no era suficiente para justificar el levantamiento de las sanciones.
Un portavoz del gobierno de George W. Bush señaló que ninguno de esos embargos será levantado hasta que Libia pague compensaciones y acepte su responsabilidad por el ataque.
El Departamento del Tesoro también ha congelado más de 1.000 millones de dólares en bienes libios en Estados Unidos.
El presidente Bush también sostuvo que Libia debe indemnizar a las familias de las víctimas del atentado al avión de Pan Am, antes de que la ONU considere cualquier acción.
Libia figura junto con Iraq, Irán, Sudán, Siria, Cuba y Corea del Norte en la lista de «países terroristas» confeccionada por el Departamento de Estado (cancillería) estadounidense.
Por su parte, el secretario (ministro) de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Robin Cook, comunicó a la Cámara de los Comunes (cámara baja del perlamento británico) su decidido apoyo a la posición estadounidense.
No obstante, Gran Bretaña rompió filas con Estados Unidos a mediados de 1999, cuando alivió algunas de sus propias sanciones al entregar Trípoli a los dos sospechosos.
Gran Bretaña no sólo restableció lazos diplomáticos con Libia sino que permitió a sus compañías petroleras hacer negocios bilaterales.
Mientras, Annan aclaró que su única responsabilidad en el asunto es comprobar que observadores controlen el buen estado de la prisión en Escocia a la que el ciudadano libio condenado será enviado, y asegurar que sus condiciones eran buenas y reciba atención según la ley internacional.
«El resto corre por cuenta del Consejo de Seguridad», indicó Annan, en referencia a la posibilidad de levantar las sanciones contra Libia. (FIN/IPS/trad-eng/td/da/ego/dm-mj/ip/01