KENIA: ONU pide ayuda alimentaria urgente para víctimas de sequía

Agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el gobierno de Kenia pidieron al mundo ayuda alimentaria urgente por valor de 89 millones de dólares para más de cuatro millones de víctimas de la peor sequía en 60 años en el país.

La sequía, causada por la insuficiencia de cuatro estaciones de lluvias sucesivas, amenaza la supervivencia de comunidades de pastores y pequeños agricultores.

La asistencia es necesaria para que «los niños vayan a la escuela, el ganado sobreviva, la siembra se realice y sea posible satisfacer el aumento de la demanda de agua potable y servicios sanitarios», dijo esta semana el ministro keniata Shariff Nassir, al lanzar el llamamiento.

Entre las agencias de la ONU que apoyaron el pedido de ayuda están el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

En junio, agencias de la ONU solicitaron 126 millones de dólares para asistir a víctimas de la sequía en la región del Cuerno de Africa, y obtuvieron compromisos de aporte de fondos equivalentes a 91 por ciento de esa suma.

Unos 4,4 millones de keniatas aún necesitan asistencia alimentaria debido a la severa sequía que afectó al país durante el año pasado y continúa tras otra insuficiente estación de lluvias, según el PMA.

El dinero fue solicitado para contribuir a la compra de unas 196.000 toneladas de alimentos para su distribución hasta junio en 22 de los 52 distritos del país, ubicados en la parte árida y semiárida de su territorio.

La operación de asistencia en gran escala incluye el programa que lleva a cabo el PMA para la alimentación de más de un millón de escolares en 12 distritos afectados por la sequía.

«Es necesario un enorme esfuerzo para evitar que la situación se agrave aun más» enfatizó Holdbrook Arthur, administrador regional del PMA para el Cuerno de Africa y director de esa agencia en Kenia.

«Tras grandes pérdidas de ganado y cosechas, las familias sólo podrán sobrevivir si continúa el aporte de apoyo internacional y asistencia alimentaria en los próximos meses», aseguró.

La sequía ha impedido el funcionamiento de represas hidroeléctricas y obligó al presidente Daniel arap Moi a implantar un severo racionamiento de agua y energía eléctrica que ya lleva siete meses, entre cuyas consecuencias está el agravamiento de la recesión económica.

El crecimiento del producto interno bruto descendió de dos a 0,1 por ciento.

La distribución desigual de las precipitaciones pluviales de la estación breve de lluvias, de noviembre y diciembre, empeoró la situación. En algunas regiones meridionales hubo inundaciones, mientras en otras partes del país las lluvias fueron escasas o nulas.

Las perspectivas de cosecha mejoraron en la región occidental, en la provincia meridional del Valle del Rift y en algunas zonas agrícolas de escasa relevancia, pero no en las áreas septentrionales dedicadas al pastoreo y la agricultura, indicó el PMA.

Además, la estación breve de lluvias fue tardía, y la cosecha correspondiente se prolongará hasta marzo, cuando suele comenzar la estación prolongada de lluvias. Eso significa que los agricultores no podrán preparar la tierra en forma adecuada para la siguiente cosecha, y agrava los pronósticos para este año.

Una investigación realizada el mes pasado por el Unicef reveló que el estado de nutrición de niños y niñas menores de cinco años de edad aún es crítico. La desnutrición de la infancia es entre 25 y 35 por ciento en las regiones septentrionales más afectadas.

En la actualidad, las raciones de maíz que distribuye el PMA en esas regiones se acompañan de suplementos nutritivos para las mujeres embarazadas y que amamantan, y para a los niños y niñas menores de cinco años.

En el distrito fronterizo septentrional de Wajir, donde las lluvias fueron muy escasas en noviembre y diciembre, los precios de la leche y la carne han aumentado hasta 300 por ciento, y la falta de pasturas ha causado mortandad de animales, incluyendo a camellos que de constumbre sobreviven a las sequías.

«Casi no queda ganado en la región. Los animales fueron llevados a pastar a otros distritos o murieron», se señaló en una declaración del PMA.

En el distrito vecino de Garissa ha aumentado la cantidad mendigos, y la población debe recorrer distancias cada vez mayores para levar agua a sus hogares.

En el distrito meridional de Kajiado, las lluvias de noviembre y diciembre no permitieron la recuperación de la cría de ganado, principal medio de subsistencia de la población.

«El crecimiento de las pasturas fue insuficiente para compensar el efectos anterior de la sequía sobre los animales», se indicó en la declaración del PMA.

«La gente depende casi por completo del ganado, cuya mortandad no ha cesado. Las lluvias no producen la resurrección de los animales ni la recuperación instantánea de los que quedaron vivos», apuntó Arthur. (FIN/IPS/tra-eng/ja/mn/mp/en dv/01

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