La probabilidad de que el derechista Ariel Sharon gane las elecciones generales de este martes en Israel indigna a los palestinos en Líbano que lo responsabilizan por la masacre de al menos 1.200 refugiados en los campamentos de Sabra y Chatila en 1982.
Las últimas encuestas de opinión indican que Sharon lleva una ventaja cercana a los 20 puntos porcentuales frente al actual primer ministro Ehud Barak en la víspera de las elecciones generales en Israel.
Saada Akileh es una de los 350.000 refugiados palestinos que viven en Líbano desde que fueron obligados a abandonar su tierra tras la creación del estado de Israel en 1948.
Sentada en la única habitación que sirve de hogar a los nueve integrantes de su familia en el campo de refugiados de Chatila, Akileh se pregunta cómo es posible que un hombre responsable de masacres y de la invasión de Israel a Líbano en junio de 1982 pueda convertirse en primer ministro israelí.
«Sharon es responsable de nuestro sufrimiento, de que seamos refugiados, de la invasión, de las masacres. No sé cuál será nuestro futuro si resulta elegido», manifestó.
Akileh vive en un maltrecho edificio que otrora fue un hospital. Las oscuras escaleras fueron despojadas de sus baldosas y todas las habitaciones del viejo hospital fueron convertidas en una vivienda. La electricidad escasea, el agua también y las fuentes de ingresos son un lujo.
Su situación es similar a la de los demás palestinos refugiados en el país.
En Chatila recuerdan a Sharon especialmente por la masacre perpetrada el 16 de septiembre de 1982 en ese campamento y el de Sabra que le costó la vida a entre 1.200 y 2.000 personas, en su mayoría mujeres y niños.
La masacre fue perpetrada por la facción cristiana Falange Libanesa, armada y entrenada por Israel, luego de la invasión israelí que fuera planeada y comandada por Sharon, entonces ministro de Defensa israelí.
La masacre tuvo lugar un día después del asesinato del presidente electo Bashir Gemayel, líder de la Falange Libanesa y fuerte aliado de Israel.
La masacre perpetrada contra los palestinos fue en venganza por el crimen, aunque luego se supo que el asesinato no fue responsabilidad palestina.
En este contexto y debido a una historia de brutalidad local contra los palestinos, una comisión oficial israelí concluyó que Sharon tuvo responsabilidad personal e indirecta en la masacre al poner a la población de los campamentos en gran peligro al permitir la presencia cercana de sus aliados libaneses.
Sharon debió renunciar a pedido del entonces primer ministro israelí Menachem Begin.
Aunque no existen pruebas de que Sharon estuviera presente en el lugar de la masacre, los palestinos no tienen dudas de que él es el responsable.
«Quien planeó la invasión, planeó la masacre. El es el responsable», aseguró Akileh.
Pero a pesar de las conclusiones de la comisión, Sharon reiteró la semana pasada que no tuvo nada que ver con la masacre, y que esta fue una cuestión entre «árabes cristianos que mataron a árabes musulmanes», o sea los palestinos refugiados.
La inquietante historia de Sharon no se limita a Líbano. En octubre de 1953 comandó el ataque de la Unidad 101 de las Fuerzas Armadas israelíes contra la aldea jordana de Kibya, con el fin de castigar e impedir los ataques fronterizos contra Israel.
El ataque nocturno, realizado después de que un agente palestino matara a tres israelíes, masacró a 69 personas, la mitad de ellas mujeres y niños.
Hosni Mustafa, un granjero de 69 años de Kibya, recordó esta semana que los soldados primero atacaron la aldea con morteros. La mayoría de los habitantes huyeron a las colinas, pero algunos cometieron el error fatal de ocultarse en sus casas. «Vi cuando las casas explotaban una por una», dijo.
En un anticipo de las masacres de Sabra y Chatila, las fuerzas de Sharon no se molestaron en averiguar si había personas en las casas.
«La casa de mi padre era pequeña y no la bombardearon, sólo la balearon. La casa de los vecinos sí fue derrumbada, pero por suerte habían huido. Nadie podrá olvidarse de eso», dijo Mustafá.
La audacia del ataque fortaleció la reputación de Sharon entre los comandantes del ejército israelí. Su unidad fue considerada una fuerza pionera en la guerra contra las infiltraciones fronterizas.
Las acciones de la Unidad 101 alimentaron una carrera militar que se destacó en los años 70 por una campaña de brutal eficacia para aniquilar a los combatientes palestinos en la Franja de Gaza, territorio palestino ocupado por Israel. (FIN/IPS/tra-en/bl/kg/da/aq/ip/01
