/Integración y Desarrollo/ FORO SOCIAL MUNDIAL: Campesinos combaten importación de alimentos

Campesinos de todos los continentes presentes en el Foro Social Mundial, que concluyó esta semana en esta ciudad brasileña, decidieron actuar contra el comercio internacional de alimentos, en rechazo a que esos productos sean tratados como una mercancía cualquiera.

A contramarcha de la liberalización del comercio mundial, el grupo internacional Vía Campesina anunció para el 17 de abril una jornada mundial de protesta contra las importaciones de alimentos a bajos precios, en especial los procedentes del Norte desarrollado.

En esa fecha se celebra el Día Internacional de Lucha Campesina, en recuerdo de la masacre de 19 campesinos ocurrida hace cinco años en Eldorado de Carajás, en el norte de Brasil.

En los actos, además de pedir justicia por ese hecho, se condenará el comercio mundial que destruye la agricultura familiar y las patentes (propiedad) de semillas, informó Egidio Brunetto, uno de los coordinadores del brasileño Movimiento de los Sin Tierra (MST).

La Vía Campesina es un movimiento mundial de trabajadores rurales sin tierra, pequeños agricultores y pueblos indígenas, que asistió con numerosa y activa representación al Foro Social Mundial, realizado del 25 al 30 de enero en Porto Alegre.

La delegación incluyó al francés José Bové, conocido por las protestas en su país, como la destrucción de un puesto de venta de McDonald's.

La Confederación de Campesinos europeos luchará contra las exportaciones subsidiadas de sus países, también porque «Europa no tiene vocación de exportador de materias primas», sostuvo Bové, en un testimonio realizado el lunes pasado sobre sus combates e ideas.

Bové fue expulsado de Brasil por haber participado el viernes 26, junto con el MST, de la invasión de un área experimental de siembra de transgénicos de la empresa estadounidense Monsanto, en Nao me Toque, municipio a 300 kilómetros de Porto Alegre, capital del estado meridional de Río Grande del Sur.

El campesino francés recibió la orden de parte de la policía federal de dejar el país en 24 horas, plazo que se cumplió el martes por la noche y que debió acatar.

Joao Pedro Stédile, coordinador e ideólogo del MST, discrepó con la lucha contra los subsidios de la Unión Europea a su producción agrícola, acusados de distorsionar el comercio internacional en desmedro principalmente de los países en desarrollo.

El problema no son los subsidios en Europa, sino la falta de ellos en Brasil y en otras partes, explicó Stédile, quien condenó la transformación de los alimentos en simple instrumento de negocios y ganancias.

Vía Campesina maneja los conceptos de soberanía y seguridad alimentaria para defender la protección de los mercados nacionales.

«Cada país debe producir sus propios alimentos» siempre que sea posible, evitando las importaciones que le quitan a los campesinos el «derecho de producir», argumentó el hondureño Rafael Alegría, dirigente del movimiento.

El objetivo es oponerse al dominio de los mercados alimentarios por las empresas transnacionales, que están eliminando la producción campesina, aumentando la pobreza en el campo y provocando el éxodo rural que suma personas a los barrios hacinados de las ciudades.

Henry Saragih, representante de Indonesia, apuntó como ejemplo los bajos precios del arroz que están golpeando duramente a los agricultores de su país, a causa de importaciones del producto de Estados Unidos.

Ese es un proceso que afecta también a los campesinos europeos, amenazados de quiebra por un sistema que sólo favorece a los grandes productores, dijo Brunetto para explicar la lucha común.

Vía Campesina propuso también en el Foro Social Mundial que las semillas sean consideradas patrimonio de la humanidad, para la siembra libre, sin el factor de monopolización que representan las patentes, una cuestión vinculada a la oposición a los productos transgénicos o genéticamente modificados.

El grupo defendió también la aceleración de la reforma agraria, justificando acciones de ocupación de tierras improductivas como las que realiza el MST en Brasil.

También condenó la creación del Area de Libre Comercio de las Américas y anunció la participación campesina en las manifestaciones de protesta contra esas negociaciones, a realizarse durante la próxima cumbre continental de abril en Quebec, Canadá.

Alegría exigió poner fin a la violencia contra campesinos, como el «exterminio de dirigentes de la lucha por la reforma agraria en Colombia» cometido por paramilitares de derecha, las masacres en Brasil y «otros tipos de asesinatos» y los suicidios provocados entre campesinos de India, agobiados por deudas impagables.

Los productos transgénicos deben ser abolidos, porque además de los riesgos para la salud humana y el ambiente, consolidarían la monopolización de las semillas en manos de sólo seis firmas transnacionales, lo cual es una grave amenaza para la humanidad, advirtió Stédile.

La operación contra Monsanto, que provocó la expulsión de Bové, tuvo la finalidad de realzar este problema y fue simbólica, justificó el líder del MST.

El área invadida debería ser expropiada por el gobierno y destinada al desarrollo de semillas mejoradas sin el uso de la ingeniería genética, según la tradición campesina, reivindicó.

La acción comprueba que los campesinos, o por lo menos el MST y Bové, aprendieron a utilizar acciones espectaculares y su repercusión en los medios de comunicación en favor de su lucha.

La lucha de los campesinos sin tierra en Brasil debe gran parte de su éxito a «la mística, la simbología», el empleo de banderas, músicas y la cultura popular, reconoció Stédile en su testimonio ante el Foro Social Mundial. (FIN/IPS/mo/dv/01

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