Canadá «sepultó» el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), al difundir la sospecha de contaminación de la carne brasileña con la enfermedad de las vacas locas, afirmó el ministro de Agricultura de Brasil, Marcus Pratini de Moraes.
El funcionario, entrevistado el jueves por la red de televisión Globo, la de mayor audiencia del país, aseguró que no hay razón que justifique la prohibición de importar el producto, adoptada por Canadá el viernes 2 por temor a que el ganado brasileño sufra el mal de las vacas locas o encefalopatía espongiforme bovina.
La medida responde a «otros intereses» y no a los motivos sanitarios alegados, dijo Pratini, sugiriendo que se trata de una decisión política en represalia por el avance de la empresa brasileña Embraer en el mercado mundial de aviones medianos, antes dominado por la firma canadiense Bombardier.
La sociedad brasileña reaccionó con un boicot a los productos canadienses utilizados en los restaurantes y en la agricultura, mientras el Congreso legislativo suspendió la tramitación de todos los acuerdos con Canadá.
También los agricultores rechazan el uso de fertilizantes canadienses con potasio y azufre, informó Pratini de Moraes.
El secretario de la Comisión Interministerial de Comercio Exterior, Roberto Giannetti da Fonseca, dijo que Brasil podrá pedir indemnizaciones ante las pérdidas que ocasione la decisión de Ottawa ante la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya y quejarse en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Brasil reclamará ante la OMC el estudio de «la responsabilidad de autoridades sanitarias y fitosanitarias» cuyas «declaraciones sobre estimación de riesgos impacten en agentes privados», sostuvo el jueves ante el Consejo General de la organización el representante brasileño, Celso Amorim.
El diplomático aclaró que sus palabras se referían a las «serias pérdidas comerciales por exportación de carne» que sufriría Brasil a causa de «decisiones y declaraciones precipitadas y arbitrarias por parte de Canadá».
El representante de Canadá ante la OMC, Sergio Marchi, replicó: «Nos encontraremos en cualquier cuerpo de la OMC al que apele Brasil. La acción tomada por Canadá no fue precipitada ni arbitraria. Se basó en razones de salud y de seguridad y se trata de medidas enteramente legítimas.»
La indignación en Brasil crece cada día a medida de que se divulgan informaciones sobre las dificultades que afrontan las exportaciones, debido a la reacción en cadena de desconfianza mundial sobre la sanidad de la carne de este país.
En ese marco, el embajador de Chile en Brasil, Carlos Eduardo Mena, desmintió noticias de que Santiago estuviera estudiando la posibilidad de suspender importaciones de carne brasileña.
Sin embargo, el consejero comercial de la embajada chilena, Gonzalo Ibañez, admitió que se examina la situación ganadera brasileña, en busca de tranquilizar a los consumidores ante las sospechas levantadas por Canadá.
El conflicto amenaza así generar nuevas dificultades a los procesos de integración regional y continental. Chile es asociado al igual que Bolivia del Mercosur (Mercado Común del Sur), cuyos miembros plenos son Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Es notoria hasta el momento la ausencia de manifestaciones de solidaridad con Brasil por parte del resto del Mercosur, una actitud que quizá podría explicarse por expectativas de ocupar los mercados que perdería la ganadería brasileña.
Autoridades argentinas defendieron una estrategia conjunta del bloque en el caso, tal como en otras cuestiones de sanidad animal.
Pero para Brasil se trata de un problema que va mucho más allá del sanitario, pues involucra relaciones comerciales desequilibradas por imposiciones del Norte industrializado a los países en desarrollo.
La OMC decidió que Canadá puede aplicar sanciones comerciales por un total de 1.400 millones de dólares en los próximos seis años, por considerar que el gobierno brasileño subsidió exportaciones de aviones de Embraer, en desmedro de la empresa canadiense Bombardier.
Expertos entienden que el fallo significa que las reglas mundiales de comercio favorecen al Norte, porque fueron elaboradas según los criterios de la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico, que reúne entre sus 30 países a todos los industrializados.
Brasil enfrenta también una queja de Estados Unidos contra su ley de patentes, por permitir la licencia compulsiva de medicamentos en situaciones de emergencia que exijan una producción nacional.
El conflicto con Canadá fortalece a los sectores brasileños que rechazan la creación del ALCA. Políticos y empresarios, como el líder ganadero Pedro Camargo Neto, plantean que Brasil no concurra a la Cumbre de las América, que se realizará entre el 20 y el 22 de abril en la ciudad canadiense de Québec.
También refuerza los movimientos sociales que amenazan convertir a Québec en una nueva Seattle, en referencia a las protestas desatadas en esa ciudad estadounidense con motivo de la reunión ministerial de la OMC de diciembre de 1999.
El libre comercio, tal como es definido por los países ricos y empresas transnacionales, fue rechazado consensualmente en el Foro Social Mundial, que reunió del 25 al 30 de enero a unos 1.500 delegados de grupos no gubernamentales, movimientos sociales y partidos de izquierda en Porto Alegre, sur de Brasil.
Los actos masivos de protesta, que ya afectaron a la OMC, y a reuniones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, tendrán también al ALCA como blanco prioritario.
Sindicalistas presentes en el Foro Social Mundial llamaron a una amplia movilización contra la reunión ministerial del continente, a realizarse en Buenos Aires el 6 y el 7 de abril, y especialmente contra la Cumbre de las Américas, de Québec.
Numerosas organizaciones sociales que estuvieron en Porto Alegre componen también una Alianza Social Continental, definida como «iniciativa de convergencia y concertación», que convocó a las fuerzas populares a «combatir contra las bases del ALCA» en Buenos Aires y Québec.
En Québec, además de los actos de resistencia a la «liberalización comercial y financiera» que «amenaza el ambiente, los derechos humanos, la igualdad de las mujeres, los derechos sociales y laborales», se convocó a una Conferencia de los Pueblos para discutir propuestas alternativas de integración continental.
La disputa entre Brasil y Canadá ofrece nuevos argumentos a la resistencia a una integración hemisférica considerada «asimétrica», y su prolongación puede determinar el fracaso, al menos de las reuniones de abril. (FIN/IPS/mo/dm/if/01