FORO SOCIAL MUNDIAL: Herederos de 1968 buscan superar dispersión

El Foro Social Mundial es hijo de 1968. La diversidad de luchas que estalló en esa década produjo la miríada de organizaciones que buscan ahora superar su dispersión, a partir del encuentro realizado en la sureña ciudad de Porto Alegre.

Muchos de los 4.702 participantes del Foro fueron también protagonistas de las batallas de 30 a 40 años atrás, ya sea en campañas pacifistas contra la guerra de Vietnam o en guerrillas contra dictaduras militares, sea en movimientos feministas, en defensa de minorías, contra el racismo o por la libertad sexual.

El ejemplo más visible de ello fue Ahmed Ben Bella, dirigente de la cruenta guerra por la independencia de Argelia y luego su primer presidente, quien brindó un homenaje al guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara y defendió la revolución en su discurso en Porto Alegre.

El Foro Social Mundial, realizado entre el 25 de enero y el martes, propició el encuentro entre Ben Bella y Ladislas Dowbor, uno de los 40 presos políticos brasileños liberados en junio de 1970 y llevados a Argelia, en canje por un embajador alemán secuestrado por guerrilleros en Río de Janeiro.

En esa ocasión, Ben Bella estaba preso, tras ser depuesto por militares cinco años antes.

Dowbor es hoy profesor de economía en la Universidad Católica de Sao Paulo.

Las distintas luchas de los años 60 eran paralelas y a veces excluyentes. La rebelión de estudiantes en París estaba muy lejos de los guerrilleros de América Latina, cuya mayoría, alineada con Cuba, no podía comprender el rechazo de los jóvenes europeos a la invasión a Checoslovaquia por la Unión Soviética en 1968.

Las revoluciones perseguidas eran entonces divergentes. Unas impulsaban la dictadura del proletariado y otras luchaban por la democracia, también se combatía por la liberación sexual o por la igualdad entre los sexos, los derechos de los negros en Estados Unidos o la sobrevivencia de los indígenas en varios países.

Por esa época comenzaban también los movimientos ambientalistas, por el fin de los manicomios y la integración de los discapacitados en la sociedad.

En medio de las derrotas o avances parciales, triunfó la idea de la diversidad como un valor universal, el respeto a las diferencias, la oposición a la uniformación de la sociedad industrial y a la reducción de la variedad tanto natural como cultural. Igualdad dejó de confundirse con uniformidad.

La consecuencia natural fue una dispersión de las fuerzas progresistas en movimientos aislados, que se refleja en la proliferación de organizaciones no gubernamentales, dedicadas a acciones y temas específicos, como el feminismo, los derechos humanos, la deuda externa o los niños de la calle.

Con el Foro Social Mundial parece terminar ese ciclo e iniciarse un proceso de convergencia.

Ambientalistas, feministas, sindicalistas, campesinos, negros e indígenas, pacifistas o partidarios de guerrillas, demócratas y revolucionarios, utópicos de todos los matices se juntaron en un esfuerzo por unir sus luchas.

El emblema es el mosaico, es decir un conjunto que preserva la identidad de sus partes, respeta la diversidad, pero apunta en una dirección, el «otro mundo posible».

No por casualidad el símbolo del encuentro en Porto Alegre, capital del estado de Río Grande del Sur, es un mosaico compuesto de piedras con inscripciones, aportadas por grupos de todo el mundo.

El enemigo común, algo indispensable a la unidad, es ahora la «globalización neoliberal», en lugar del imperialismo de antes.

El poder hegemónico a combatir sigue en Estados Unidos, pero ganó nuevas formas. Los blancos ahora son el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio (OMC)y las grandes empresas transnacionales.

Es de nuevo la lucha contra la imposición de modelos, ahora único, al contrario de los dos de antes. La diversidad enfrenta nuevas amenazas.

Hoy es el dinero el arma principal empleada para someter a los pueblos, no tanto la fuerza militar que en los años 60 trató sin éxito de subyugar a Vietnam y lo hizo fácilmente en Praga y en República Dominicana.

La deuda externa, la especulación financiera, el libre comercio, el monopolio del conocimiento vía patentes, la privatización de servicios públicos son identificados como instrumentos de dominación, de agravamiento de las desigualdades y desequilibrios mundiales y al interior de los países.

La concentración del poder, tanto económico, político, social o cultural, es la madre de todos los conflictos, al generar inevitables luchas por la redistribución, enseñó Samuel Pinheiro Guimaraes, profesor de la Universidad del estado de Río de Janeiro, uno de los intelectuales invitados al Foro.

En tanto, el filipino Walden Bello, dirigente del no gubernamental Foco en el Sur Global, señaló que la receta es descentralizar la regulación económica del mundo, con la extinción de FMI, del Banco Mundial y de la OMC.

Bello arguyó que un poder central no se ajusta a diferentes realidades económicas y está condenado a la desaparición, tal como la Unión Soviética y su economía centralizada.

Nostalgia y nuevas indignaciones conviven en el Foro Social Mundial. Colombia puede ser otro Vietnam, dijeron muchos al rechazar la ayuda militar y financiera de Estados Unidos al gobierno de ese país para luchar contra el narcotráfico y la guerrilla que controla buena parte del territorio.

Palabras y conceptos aún se confunden en este inicio. El Foro es mundial y un movimiento internacionalista por naturaleza, pero muchos corean aún «contra la globalización', obligando a otros a aclarar que no se oponen a ella sino que la quieren «solidaria» y no «neoliberal».

Probablemente se necesitarán muchos foros, que serán anuales y simultáneos al Foro Económico Mundial de la ciudad suiza de Davos, para comprobar la posibilidad de unir grupos tan diversos y numerosos en un movimiento eficaz, que representaría un renacimiento de la izquierda.

El gran reto es diseñar alternativas globales que sean factibles, menos utópicas, sin renunciar a la transformación radical del mundo que quisieron los rebeldes de 1968 y parecen desear sus herederos actuales. (FIN/IPS/mo/dm/dv ip/01

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