DROGAS-PERU: Aumenta consumo entre niños y mujeres

El Ministerio de Salud, la policía y las autoridades municipales de la capital de Perú el puerto de Callao coordinan su acción para frenar la expansión del consumo de drogas, que en los últimos años avanza entre los niños y las mujeres.

En la población afectada se advierte una tendencia a la disminución de la edad de inicio en el consumo, que en 1995 era de 12 años para 40 por ciento y ahora llega a casi 11 años para la misma proporción de consumidores.

«Ya no se vende pasta básica o marihuana únicamente en los colegios secundarios, sino también en escuelas primarias en algunos barrios socialmente vulnerables», señaló la psicóloga Rosa Olivera, quien trabaja en una organización no gubernamental (ONG) que se ocupa de la prevención.

«Inclusive el éxtasis, droga que circula sólo entre jóvenes de clase media y alta por su mayor precio, en comparación con la marihuana y la cocaína, ha comenzado a ser consumida por niños de 14 años en algunos de los balnearios elegantes situados al sur de Lima», añadió.

La Policía Nacional y los concejos municipales del puerto de Callao y el distrito limeño de Barranco han iniciado un programa con participación vecinal para combatir la delincuencia juvenil y manejar la situación de los menores detenidos en operaciones antidrogas.

Las autoridades policiales destacan la vinculación existente entre el consumo de drogas y las conductas delictivas violentas entre los jóvenes, en los espectáculos deportivos y en los enfrentamientos entre pandillas de barrio.

Se calcula que sólo en Callao, principal puerto del país, hay 2.000 jóvenes cuyas edades fluctúan entre 10 y 24 años, habituados al consumo de drogas y que pertenecen a bandas agrupadas en torno a un territorio urbano o a la simpatía por un equipo de fútbol.

Según fuentes policiales, en Callao han sido identificadas 56 pandillas, que congregan en conjunto a unos 1.500 jóvenes, cuyos territorios están claramente delimitados, y que han protagonizado numerosos incidentes violentos.

«Después de los partidos de fútbol profesional, o los fines de semana en las llamadas 'zonas rosas', donde proliferan bares y salones de baile, se producen masivas peleas callejeras que suelen derivar en vandalismo en contra de transeúntes y vehículos», dijo el educador Raúl Esteves.

En Callao se proyecta instalar 60 «pues de socorro», que funcionaran en locales municipales, de otras instituciones civiles e inclusive en casetas de madera instaladas en parques y calles muy concurridas.

«Los vecinos conocen a los jóvenes de sus barrios y están en mejores condiciones para realizar tareas de disuasión y colaborar con la represión. Por supuesto, los activistas contarán con la protección de efectivos policiales», expresó Eulogio Rada, de la Corporación de Desarrollo Lima-Callao.

Por otro lado, con el respaldo de la ONG Cedro, se preparan cartillas que serán distribuidas entre los padres, para dictarles pautas de conducta para detectar el consumo de drogas entre sus hijos y manejar la situación.

También se advierte un incremento del consumo entre las mujeres, según un informe de la Dirección Nacional Antidrogas (Dinandro) de la policía.

El referido informe expresa que en los últimos cuatro años el consumo de drogas entre mujeres se ha duplicado en algunos distritos populares, especialmente en Barranco, Callao y las llamadas «zonas rosa» del norte y el sur, así como también en algunos barrios residenciales elegantes.

«En comparación con los niveles de consumo en varones, el índice femenino es aún menor, el número de mujeres adictas oscila entre un sexto a menos de un décimo de los varones consumidores, según los tipos de droga, pero tienden a aumentar», dijo un miembro de Dinandro que pidió anonimato.

En los barrios populares, el mayor consumo de drogas entre mujeres se efectúa en las áreas de entretenimiento juvenil, en tanto que en los estratos de clase media alta y alta, el incremento de consumidoras se produce entre las mujeres profesionales y empleadas de mayor rango y mas altos sueldos.

En casi todos los casos, el inicio en el consumo de drogas ocurre como consecuencia de la presión del medio, es decir del estímulo de otros jóvenes consumidores.

«En los factores de estimulo del inicio temprano en el consumo de drogas se advierten también diferencias entre hombres y mujeres», señaló Olivera.

Los varones suelen incurrir por valores machistas, como el desafío de involucrarse en conductas riesgosas, en tanto las mujeres, por lo general, se convierten en adictas por su baja estima y su inseguridad, que las hace más vulnerables a la presión del medio, añadió.

En Perú no se penaliza el consumo de drogas y las personas a las que se encuentra en posesión de sustancias estupefacientes son detenidas mientras se comprueba si las tenían para su consumo o su comercialización.

«Si los adictos son capturados en repetidas ocasiones, se les interna en centros especiales de rehabilitación y, si fueran menores de edad, son entregados a la custodia de sus padres», indicó Daniel Vásquez, de Cedro.

Las personas detenidas con más de 200 gramos de marihuana, 100 gramos de pasta básica de cocaína o 25 gramos de clorohidrato de cocaína son considerados microcomercializadores y pueden ser condenados a diversas penas de prisión, según el criterio del juez, apuntó Vásquez. (FIN/IPS/al/ag/ip he/01

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