COMERCIO: Agricultura aviva la puja de intereses

La primera negociación del año del acuerdo de agricultura en la Organización Mundial de Comercio (OMC) perfiló los diferentes intereses que inspiran a cada bloque de países en la liberalización de un sector que comercia por casi 600.000 millones de dólares anuales

La Unión Europea volvió a defender sus propuestas de una agricultura protegida pero en esas posiciones fue superada esta vez por un bloque más radical encabezado por Japón, e integrado por Suiza, Noruega, Corea del Sur y el recién incorporado Israel.

Las iniciativas de Japón fueron consideradas regresivas por una mayoría de países y duramente calificadas por el Grupo de Cairns, que reúne a los países que dedican subsidios nulos o escasos a la agricultura.

Los países del Grupo de Cairns se quejaron porque Japón se ha beneficiado con la apertura de los mercados para los productos industriales, pero ahora impide que obtengan las mismas oportunidades los países que son competitivos en agricultura.

Uruguay, uno de los miembros de Cairns, opinó que ante propuestas como la japonesa «lo mejor que se puede hacer es ignorarlas».

Si no fuera porque es tan trágica para el sistema multilateral de comercio, se podría pensar que se trata simplemente de una broma pesada, comentó el jefe de la misión uruguaya, Carlos Perez del Castillo.

Las propuestas europeas pretenden incorporar a las negociaciones las preocupaciones no comerciales basadas en el concepto de la multifuncionalidad de la agricultura, que equivale a tomar en cuenta el valor comercial del paisaje rural, de la vida campesina tradicional y del bienestar animal.

Pero a pesar de la insistencia en los aspectos no comerciales, algunos países estimaron que la iniciativa europea constituye un aporte para la discusión.

Los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y sus asociados Bolivia y Chile, estimaron que la propuesta europea contiene una serie de elementos positivos que permitirán avanzar en las negociaciones y otros elementos que no contribuyen a ese objetivo.

Las propuestas de los países de menor desarrollo, como Suazilandia, Mauricio, los estados insulares y los miembros del Mercado Común del Caribe (Caricom) reflejan las dificultades que enfrentan las economías pequeñas dependientes de exportaciones de uno o dos productos.

La discusión de las iniciativas, que en total suman 35, continuará durante la próxima sesión del comité de agricultura de la OMC, el 22 y 23 de marzo. Sin embargo, fuentes negociadoras dijeron que ya se pueden adelantar las grandes líneas del debate que se desarrollará durante todo un año, hasta marzo de 2002.

Los países que más presionan por la liberalización del comercio agrícola aspiran a que las negociaciones se concentren en los tres temas establecidos en el mismo acuerdo de agricultura de la OMC: subsidios a la exportación, ayuda interna y acceso a los mercados.

En cambio, los europeos y el bloque identificado con Japón pretenden que se negocien también las preocupaciones no comerciales, que justifican las enormes transferencias de fondos públicos hacia los productores rurales, en forma de subvenciones.

Otro punto que reclaman los europeos es de trato especial y diferenciado para los países en desarrollo y en particular, dentro de esa categoría, para los importadores netos de alimentos.

Las dificultades de los países en desarrollo dependientes de las importaciones de alimentos despiertan en general simpatías entre todos los bloques.

Otro elemento que complica las negociaciones es la cercanía de la próxima conferencia ministerial de la OMC, donde se puede llegar a decidir la convocatoria de una nueva ronda de negociaciones comerciales.

El consejo general de la OMC estableció este jueves la fecha de realización de esa conferencia, en Doha, la capital de Qatar, del 9 al 13 de noviembre.

La Unión Europea y otros países industrializados sugieren que las posiciones podrían flexibilizarse en la discusión de agricultura si coincidieran con una negociación que englobara otros temas. Los resultados serían más fructíferos para todos, insinúan.

Los países en desarrollo y el Grupo de Cairns reclaman que los europeos adelanten alguna indicación de que los beneficios serían mayores porque «las propuestas actuales en agricultura no lo demuestran», comentó una fuente de Cairns.

Estados Unidos ha mantenido una actitud expectante debido a que sus representantes en Ginebra reconocieron que carecen todavía de instrucciones frescas del nuevo gobierno de George W. Bush.

A pesar de eso, fuentes comerciales dijeron que la delegación estadounidense había vetado la candidatura de México para presidir el estratégico comité de agricultura. La fuente estimó que Washington prevé eventuales dificultades en el comercio agrícola con su vecino.

La elección del presidente del comité de agricultura impidió esta semana la designación de las autoridades de los organismos máximos de la OMC, a pesar de que se dio por seguro que el consejo general será presidido por Stuart Harbison, de Hong Kong.

La Unión Europea vetó los candidatos propuestos por Cairns, que a su vez rechazó la propuesta europea de designar a Hungría, un ex miembro de Cairns, en la presidencia del comité. (FIN/IPS/pc/ag/if/01

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