/BOLETIN-DD HH/ BIRMANIA: Un frágil puente a la democracia

Activistas que luchan en el exilio por la democracia en Birmania renovaron sus esperanzas luego de que una misión de la Unión Europea expresara su «moderado optimismo» por una posible solución a la crisis política en ese país.

Pero los activistas reconocen que la situación sigue siendo frágil, a pesar de la apertura mostrada por el régimen militar con la líder de la Liga Nacional Pro Democracia (LND) y Premio Nobel de la Paz 1991, Aung San Suu Kyi.

«Debemos ser cautelosos pues el proceso todavía está en una etapa incial», dijo Teddy Buri, presidente de la Unión de Parlamentarios Birmanos en el Exilio, con sede en Tailandia.

Buri fue uno de los 394 legisladores de la LND elegidos para el parlamento birmano en 1990 y que nunca ocuparon sus bancas debido a la intervención de los militares. El partido de Suu Kyi fue depuesto del gobierno, su líder sometida a arresto domiciliario y el resto de sus dirigentes enviados a prisión.

Pero la dictadura militar, autodenominada Consejo de Estado para la Paz y el Desarrollo, puso fin a la persecución política a medidados del mes pasado. Varios de los líderes históricos de la oposición fueron liberados, entre ellos el vicepresidente del LND, Tin Oo.

Los militares también iniciaron negociaciones con Suu Kyi, las primeras en siete años, según reveló a comienzos de enero el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas para Birmania, el malasio Razali Ismail. La apertura fue celebrada por todos los activistas birmanos en el exilio.

«Los últimos avances, como la liberación de presos políticos, son los primeros pasos en la dirección correcta. Podríamos decir que es el comienzo de un proceso», dijo Buri a IPS, aunque coincidió con la misión europea que visitó Birmania en que la situación sigue siendo delicada.

La delegación, integrada por cinco miembros y liderada por el funcionario de la cancillería sueca Borje Ljunggren, mantuvo reuniones con autoridades de gobierno y con Suu Kyi entre el 28 y 30 de enero.

«El diálogo entre el gobierno militar y Suu Kyi todavía es frágil. Se han acercado, pero existe una mutua falta de entendimiento, por lo que debemos esperar que ambas partes vayan tomando confianza», dijo Ljunggren a periodistas en Bangkok luego de la visita.

«Las conversaciones recién están en una etapa inicial y no han llegado a hablar de elecciones», aclaró.

Antes, el primer ministro malasio Mahathir Mohamad, que visitó Rangún y se reunió con los militares, había adelantado que la dictadura estaría dispuesta a convocar a elecciones en un futuro no muy lejano.

La líder del LND se encuentra bajo arresto domiciliario desde el 22 de septiembre, luego de que desafiara al gobierno militar en varias oportundiades al intentar salir de la capital, algo que se le tenía prohibido.

Suu Kyi manifestó su deseo de que estas primeras conversaciones se convirtieran en un verdadero proceso democrático, según informó la prensa de Rangún.

Las conversaciones entre la líder opositora y el gobierno comenzaron a fines del año pasado. Los grupos birmanos defensores de la democracia sostienen que estos primeros contactos están destinados a preparar el ambiente para una mesa de negociaciones oficial.

Pero analistas de la política birmana afirman que esto no será fácil. Creen que el régimen militar suavizó su postura sólo por la creciente crisis económica que vive el país, agravada con las sanciones internacionales.

«En el pasado hubo progresos similares, pero luego las esperanzas se desvanecieron», recordó el diario en inglés The Nation, de Tailandia.

«La economía de Birmania está en un completo caos y los militares lo saben. El país necesita ayuda de todas las partes», agregó.

El cambio de postura del gobierno birmano puede deberse a muchas razones, entre ellas la presión internacional e interna, afirmó por su parte Buri. «El gobierno debió haber liberado más prisioneros políticos y eliminar sus restricciones a los partidos para mostrar que está tomando en serio este proceso», sostuvo.

El gobierno de Birmania ha sido sometido a una intensa presión por parte de la comunidad internacional para que inicie un diálogo con la oposición como primer paso para la restauración de la democracia en el país.

Rangún es acusado de cometer abusos contra los derechos humanos, entre ellos arrestos arbitrarios, trabajos forzados, torturas y evacuación forzada de civiles.

El régimen de Birmania también es criticado por no tomar medidas contra el tráfico de drogas desde su territorio hacia los países vecinos, lo que ha motivado enconadas protestas por parte de la limítrofe Tailandia.

El crédito por los cambios en Birmania ha sido dado también a Malasia, cuyo enviado permanente visitó el país tres veces desde su nombramiento en abril.

Malasia es considerado uno de los pocos países a los que el gobierno birmano está dispuesto a escuchar, ya que siempre ha defendido al régimen militar de la crítica internacional y restado importancia a las denuncias de violaciones a los derechos humanos.

Kuala Lumpur desempeñó un papel clave en la admisión de Birmania a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en 1997, a pesar de la oposición de Occidente y las reservas que mostraron otras naciones del grupo.

Malasia argumentó que atraer a Rangún en forma diplomática es más efectivo para persuadirla a aceptar las normas internacionales que aislarla con sanciones. (FIN/IPS/tra-en/mu/ral/rp/aq/hd ip/01

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