/BOLETIN-AMBIENTE/ AMBIENTE: Parlamento Europeo da un paso hacia los transgénicos

El Parlamento Europeo votó un régimen más severo para los organismos modificados genéticamente, pero al hacerlo dio un gran paso para retirar la prohibición que la Unión Europea (EU) impuso hace tres años a la concesión de permisos para este tipo de productos.

La propuesta, adoptada el miércoles en la sede del Parlamento Europeo en la ciudad francesa de Estrasburgo, por 338 votos contra 52 y 85 abstenciones, ordena el control obligatorio de los productos modificados genéticamente, o transgénicos, una vez que están en el mercado.

El proyecto permitiría la concesión de permisos una vez que las empresas demuestran que pueden controlar todo posible peligro de sus productos.

El régimen no entrará en vigor hasta que sea adoptado formalmente por el Consejo de Ministros, lo cual podría llevar hasta 18 meses.

La propuesta del legislador socialista David Bowe, de Gran Bretaña, también pretende mejorar el proceso de decisiones, para «promover la armonización de la evaluación de riesgos, y la actualización de los requisitos de etiquetas para todos los productos transgénicos», incluso de semillas y farmacéuticos.

Según Bowe, la UE ahora tiene «la legislación más rigurosa del mundo sobre productos transgénicos».

Sin embargo, la Oficina Ambiental Europea (EEB), la mayor federación de organizaciones ecologistas en Bruselas, dijo que la propuesta de Bowe «aún tiene grandes faltas».

Aunque reconoció que la propuesta mejoró la directiva original de la Comisión Europea (el órgano ejecutivo de la UE), la EEB señaló que persisten problemas. «Sobre todo con respecto al mayor acceso a la información a través de los registros públicos de todos los productos transgénicos en cultivo».

«Pedimos a los ministros europeos y al Parlamento que mantengan la prohibición hasta que se adopten reglas claras y estrictas sobre la ubicación, responsabilidad y señalización de los productos transgénicos», exhortó el vicepresidente de EEB, Mauro Albrizio.

Creados en Estados Unidos y puestos en el mercado a principios de los años 90, los transgénicos fueron tratados con extrema cautela por la UE.

La idea de modificar las plantas para hacerlas inmunes a los herbicidas o controlar su proceso de maduración hizo temer en Europa por la reproducción sin control de las malas hierbas y por las consecuencias para la salud de los productos modificados, que aún no han sido debidamente probados.

La industria es tan nueva que las consecuencias de la biotecnología son desconocidas y gran parte de Europa se opone a realizar pruebas controladas de los cultivos transgénicos.

Según la organización Amigos de la Tierra Europa, la mayoría de los transgénicos importados por Europa están destinados al mercado de raciones para animales, y el bloque depende de las importaciones para 70 por ciento de las raciones dadas a los animales de granja.

«Muchas preguntas quedan sin responder sobre el tema de la seguridad con respecto al efecto a largo plazo que los transgénicos y sus derivados pueden tener para la salud humana y animal», declaró Amigos de la Tierra. (FIN/IPS/tra-en/bk/da/aq/en/01

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