AMBIENTE: El panda de la esperanza

Un grupo de cuidadores de un zoológico de Tokio y Ling Ling, un panda gigante, partieron esta semana hacia México en el marco de un programa conjunto de reproducción artificial, en un hecho histórico en la protección de la fauna.

El programa también involucra al zoológico de San Diego, California, que patrocina este esfuerzo para prevenir la extinción de los pandas, explicaron funcionarios del zoológico japonés.

El panda gigante, un mamífero parecido al oso, se ha convertido en un símbolo de las organizaciones ambientalistas que luchan por la protección de especies amenazadas.

Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), actualmente hay en China unos 1.000 pandas silvestres y 114 en cautiverio, 99 de ellos en zoológicos.

Para Japón, que obtuvo su primer par de pandas de China en 1972 en señal de la recuperación de las relaciones diplomáticas bilaterales, el viaje de Ling Ling inspira a la vez esperanza y temor.

«Ling Ling es el único sobreviviente del zoológico de Ueno», explicó Fukuharu Sugimoto, uno de sus cuidadores. «Estamos rogando por el éxito de este programa de reproducción».

Ling Ling es un panda macho de 15 años, nacido de una inseminación artificial en China. Partió de Tokio el lunes y estará algún tiempo a préstamo en México, que sólo tiene tres pandas hembras.

Una conferencia realizada en San Diego el pasado junio sobre la situación desesperada de los pandas gigantes llevó a la creación de un programa de reproducción de tres años entre Japón y México para aumentar sus respectivas poblaciones de esos animales.

El programa establece que el primer cachorro que nazca será destinado al zoológico de Ueno, y México conservará el segundo. El zoológico de San Diego también tiene derecho a un cachorro.

El pasado marzo se envió a México una muestra de esperma de Ling Ling, pero no se logró ninguna fertilización. Si la actual visita no da resultados, México enviará una panda a Tokio.

Los funcionarios de Ueno no revelaron el costo del programa, y sólo dijeron que los viajes son responsabilidad de Japón y México.

Sin embargo, grupos ambientalistas opinaron que el presupuesto debe ser enorme, dado que Ling Ling viajó acompañado de tres cuidadores expertos y de algunas pandas hembras que recibirán inseminación artificial.

Sugimoto destacó que cualquier esfuerzo es poco para conservar a la especie, dado que el número de pandas continúa menguando como resultado de la destrucción de su hábitat natural en China.

«Es el problema de siempre, el hombre contra la naturaleza. La situación ambiental de los pandas es tan mala que debemos recurrir a este programa tan costoso», explicó el cuidador.

Sin embargo, algunos expertos en fauna ven de manera diferente el viaje de Ling Ling a México.

«Estamos en contra de estos programas de reproducción artificial, porque creemos que los animales están mejor protegidos en su hábitat natural», declaró Makiko Mizuno, de WWF/Japón.

La amenaza de extinción no es sólo consecuencia de la destrucción ambiental, sino también del tráfico ilegal de animales, explicó Mizunu.

Agregó que el gobierno japonés no actúa con la suficiente firmeza contra la importación de hierbas medicinales chinas que contienen partes de tigre o de oso.

«Para salvar al panda, debemos dedicar más energía para detener el tráfico ilegal y proteger la biodiversidad de su ambiente», exhortó la activista.

En China, está en curso desde hace más de una década un programa del WWF para rastrear y hacer reproducir los pandas en un ambiente muy parecido a su hábitat natural, de modo que después puedan ser liberados.

Sugihara, otro cuidador del zoológico de Ueno y experto en reproducción animal, concordó con que ése es el mejor sistema de protección de los pandas, pero señaló que «devolverlos a su hábitat no siempre es posible, dada la rapidez de los proyectos de desarrollo que invaden su ambiente».

Sugihara logró reproducir a seis especies de aves amenazadas en el zoológico de Ueno mediante inseminación artificial.

El pájaro ibis, símbolo de Japón, ya no puede vivir en su estado natural porque la mayor parte de su hábitat ha sido destruido por la contaminación química del agua y el suelo, explicó.

Mientras, Japón espera con ansiedad noticias de la visita de Ling Ling a México. Fuera del zoológico de Ueno, los artículos más vendidos son pandas de juguete, calcomanías, souvenirs y golosinas en forma de panda, según los comerciantes.

Takatoshi Furukawa, presidente del Instituto del Panda, una asociación de entusiastas de esa especie, prevé que se producirá una nueva ola de consumo si nace un cachorro de Ling Ling.

«No resistimos la espera», dijo, y agregó que el entusiasmo por el panda es tan grande entre los japoneses que a muchos no les importa pagar hasta 100.000 yenes (casi 1.000 dólares) por una pequeña estatuilla de un panda. (FIN/IPS/tra- en/sk/ral/mlm/en/01

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