TIMOR ORIENTAL: El largo y sinuoso camino hacia la independencia

La población de Timor Oriental decidió hace casi un año y medio independizarse de Indonesia y ya dispone de un código internacional telefónico y de un servicio de correos, pero aún está muy lejos de la autonomía.

Tras un cuarto de siglo de dominación por parte de Indonesia, que invadió el territorio en 1975, los timorenses eligieron por amplia mayoría la independencia total de Yakarta, en un plebiscito de autodeterminación realizado el 30 de agosto de 1999 bajo supervisión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Ahora están en parte bajo administración de la ONU, en parte autogobernados y en parte sin gobierno alguno.

El Registro Civil de la Autoridad de Transición de Timor Oriental, el actual organismo de gobierno del territorio, se inauguró en diciembre con la entrega del certificado de nacimiento del hijo de José «Xanana» Gusmao, líder de la independencia timorense, y de su esposa australiana, Kirsty.

Pero mientras tanto proliferan en Dili establecimientos comerciales sin control alguno de las autoridades, entre edificios incendiados o en ruinas, destruidos por milicias proindonesias tras el plebiscito de autodeterminación.

Muchas personas han ocupado propiedades ajenas, y no se exigen permisos de conducir ni registros de propiedad a quienes se desplazan en automóviles.

«La situación actual no me hace feliz, pero debo entenderla», dijo a IPS Antonia, una obrera de Dili.

«Es difícil decir que soy feliz. Apenas resolvemos un problema, surge otro», comentó Hugo Fernandes, editor del diario local Talitakum.

«Es tiempo de que los timorenses tengan verdaderos poderes para gobernarse», declaró Gusmao, presidente del Consejo Nacional de la Resistencia Timorense (CNRT), e integrante del actual organismo legislativo de transición.

Gusmao expresó ante periodistas internacionales su descontento con la Administración Transitoria de la ONU en Timor Oriental (UNTAET), al señalar que «lo importante es que esa misión sea exitosa para los timorenses, no para la ONU».

«Los errores del año pasado no deben repetirse este año. Deseamos que la UNTAET asuma con seriedad compromisos para preparar el autogobierno de los timorenses», señaló.

Se ha designado a timorenses para cargos sin funciones claras ni autoridad, como la administración del distrito de Manatuto, y eso muestra un criterio «formalista», explicó.

Después de un año de administración de la UNTAET no ha sido posible establecer un sistema de registro de vehículos controlado por los timorenses, y es preciso preguntarse cuanto tardará la transición en otras áreas, comentó.

Entre los problemas que deben afrontarse están conatos de hostilidad contra musulmanes y personas de origen étnico chino, privilegios económicos de los extranjeros que trabajan para la ONU, dudas acerca de la transparencia de acuerdos con inversores extranjeros y pasividad de la actual administración ante la pobreza, añadió.

En la actualidad, más de 80 por ciento de los timorenses están desempleados, y la desigualdad social es subrayada por el contraste entre chozas miserables y las brillantes luces de un lujoso hotel flotante instalado en un buque de una cadena hotelera tailandesa, anclado frente a Dili.

Los precios de artículos de consumo han llegado a niveles inalcanzables para la mayoría de los timorenses.

Aún falta mucho para completar la reconstrucción de escuelas y hospitales, y es difícil encontrar maestros y médicos calificados para reemplazar a los indonesios.

Gusmao afirmó que la reconstrucción se hace más difícil porque algunos funcionarios extranjeros de la UNTAET no comprenden la realidad local, y tienden a reclutar trabajadores para tareas impositivas o humanitarias con los criterios de exigencia que emplearían en sus países de origen.

«Nos dicen: 'en Australia es así', 'en Estados Unidos es de esta manera», o en Canadá lo hacemos de este modo'. Desconocen nuestra realidad, y por eso piensan que los timorenses no están capacitados», comentó.

Mientras tanto, se prepara la elección en junio de una Asamblea Constituyente, y una de las cuestiones previas pendientes es el registro de partidos políticos y la redacción de una ley electoral.

Muchas personas, entre elas el propio Gusmao, temen que ese proceso se acompañe de un rebrote de la violencia.

Fernandes opino que una gran cantidad de timorenses no saben qué camino político tomar, y que es necesario brindar educación cívica.

Integrantes del CNRT están preocupados por la actividad de grupos proindonesios como el Consejo para la Defensa Popular de la República Democrática de Timor Oriental, vinculado con el general Wiranto, ex jefe de las fuerzas armadas de Indonesia, y con militares involucrados en desmanes tras el plebiscito.

Gusmao fue criticado por declarar que la redacción de la nueva Constitución no debe discutirse durante un periodo prolongado.

El líder del CNRT ha asegurado que no será candidato a la presidencia ni se incorporará a ningún partido político.

La actual incertidumbre acerca del proceso de transición incluye dudas sobre la mejor manera de llevar a cabo la retirada de la administración de la ONU, y preocupaciones en materia de seguridad, por la amenaza de las milicias que de trasladaron a Timor Occidental, una provincia indonesia.

Gusmao pareció considerar aceptable la prolongación de la presencia de la UNTAET, pese a sus críticas a la labor de ese organismo.

«No pedimos una transición rápida e inadecuada como en Camboya, donde los funcionarios internacionales dejaron un vacío al marcharse. No estamos apurados por obtener la independencia, lo que pretendemos es asegurar que el proceso de preparación sea eficaz, gradual y pacífico», dijo. (FIN/IPS/tra-eng/js/ego/mp- mj/ip/01

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