El primer ministro electo de Tailandia, Thaksin Shinawatra, fue acusado de violar la ley al no haber declarado su inmensa riqueza, lo cual podría costarle el gobierno.
En su primera entrevista desde que ganara las elecciones generales por abrumadora mayoría el día 6, el magnate de las telecomunicaciones dijo que su gobierno intentará ablandar las «duras» condiciones impuestas a Tailandia por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«El FMI fue muy duro con lo que hizo. Fue un error y nos gustaría discutir algunos cambios», dijo Thaksin, refiriéndose a las condiciones con que el organismo multilateral ayudó al país a recuperarse de la crisis financiera desatada en julio de 1997.
La crisis redujo el ingreso nacional y dejó a este país con una deuda externa de casi 100.000 millones de dólares.
Analistas políticos señalan que las poco populares medidas del FMI, aplicadas por la coalición saliente del primer ministro Chuan Leekpai, fueron la razón clave de la derrota decisiva del partido de gobierno en las elecciones.
Aunque el resultado electoral aún no fue anunciado oficialmente, el Partido Demócrata de Chuan reconoció la derrota ante el Thai Rak Thai de Thaksin.
Gracias a las promesas populistas que hiciera al país principalmente rural de más de 60 millones de habitantes, el partido de Thaksin obtuvo una clara mayoría en las 500 bancas de la cámara baja del Parlamento.
Fue la primera elección bajo la nueva Constitución aprobada en 1997 y supervisada por primera vez por la poderosa Comisión Electoral.
La entrevista de Thaksin con el diario International Herald Tribune, publicada el jueves, sucedió a las fuertes críticas que recibiera por haberse presentado a las elecciones a pesar de ser cuestionado por el organismo oficial anticorrupción.
Thaksin, presuntamente la persona más rica de Tailandia, fue acusado de no cumplir la norma que exige a los funcionarios declarar sus bienes personales.
Días antes de los comicios, la Comisión Nacional Contra la Corrupción halló a Thaksin culpable de no haber cumplido esa norma cuando era integrante del gobierno hace cuatro años.
La decisión final le corresponde al Tribunal Constitucional. En caso de confirmarse el fallo inicial, Thaksin no podría asumir cargos públicos durante cinco años.
El año pasado, el tribunal confirmó un veredicto similar contra un alto dirigente del partido de Chuan que debió renunciar a la política durante cinco años.
Se teme que un veredicto adverso del tribunal constitucional, cuyo anuncio se prevé para después de la asunción del nuevo gobierno, obligue a Thaksin y a su gabinete a renunciar, lo cual crearía un vacío de poder. Algunos advierten que los militares podrían aprovechar la ocasión.
Tailandia tuvo dictaduras militares o gobiernos respaldados por las Fuerzas Armadas durante la mayor parte de los setenta años que le llevó transformarse de una monarquía absoluta a una constitucional.
«Renunciaría, sin duda. Seguiría encargado de mi partido, elegiría a alguien para sustituirme (como primer ministro) y le daría mi apoyo», dijo Thaksin.
El primer ministro electo disipó el temor de una crisis constitucional al ignorar el veredicto del Tribunal Constitucional, pero aseguró que los medios de comunicación se equivocan al calificarlo de «corrupto».
«No soy corrupto. Reconozo que cometí un error al no declarar mis bienes», dijo. Pero también señaló que el caso era complicado y que no es probable que se confirme su culpabilidad.
«Eso no ocurrirá. Estoy absolutamente seguro que estaré aquí como primer ministro durante cuatro años», dijo. Thaksin también negó que sus promesas electorales vayan a lanzar al país a una crisis económica más profunda.
Entre las promesas están la suspensión del pago de una deuda multimillonaria de parte de campesinos a bancos públicos, y una bonificación de unos 23.000 dólares a cada una de las 70.000 aldeas tailandesas.
Las promesas de enriquecimiento rápido que hiciera a los tailandeses, impacientes con la lenta recuperación de la crisis económica, fueron criticadas no sólo por los comentaristas de los medios del país sino por los principales diarios asiáticos.
Pero Thaksin dice que sus promesas deben verse como una inversión para construir las bases de la economía tailandesa. «Intentamos darle fondos a la gente para que se puedan valer por su cuenta», dijo.
Thaksin también habló de un cambio en la política exterior que evite interferir en los «asuntos internos» de la vecina Birmania.
«Les diremos que avancen hacia la democracia porque es como comer algo que sabe muy bien. No los obligaremos, porque se trata de un asunto interno», agregó.
Esto difiere del gobierno de Chuan, cuya postura es la de tomar posición ante los asuntos birmanos cuando éstos afecten a Tailandia.
La prensa le advirtió a Thaksin que no tome «riesgos» con el país, así como lo hiciera con su imperio empresarial.
«Thaksin Shinawatra hizo su fortuna y su nombre tomando riesgos, y ahora la gente confía en que su proceder beneficiará a todo el país. Pero no es el momento de tomar riesgos», según el principal diario tailandés en inglés, Bangkok Post. (FIN/IPS/tra-en/mu/aq/ip/01