El intento del gobierno ruso de reactivar la economía mediante el ahorro se dificulta porque la población no confía en los bancos y prefiere mantener su dinero guardado en sus casas, señalaron analistas.
Se calcula que las familias mantienen entre 20.000 y 50.000 millones de dólares en sus casas. Los economistas concuerdan en que el dinero tendría mejor fin si se lo depositara en los bancos, con lo cual el país tendría los fondos necesarios para invertir en la rehabilitación del deteriorado sector industrial.
Antes de la crisis financiera de 1998, los mayores bancos contaban con ahorros por 25.000 millones de dólares, y el Banco Central anunciaba que la cifra se duplicaría para fines de siglo. Pero el 2000 pasó y los depósitos son menores que antes, sin esperanza de que aumenten a corto plazo.
El sistema bancario carga con las mayores críticas por el estancamiento del crecimiento económico desde la crisis financiera de 1998. No es de sorprender que el presidente Vladimir Putin abogue por la reforma del sistema y haya criticado al Banco Central por no haberla llevado a cabo.
«No diría que el sistema bancario de Rusia esté funcionando adecuadamente ni que el Banco Central haya hecho lo más posible para desarrollar y reformarlo», dijo Putin.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y otros organismos acreedores han exigido al país que reforme el sistema bancario.
Representantes del gobierno informaron que, en ese sentido, el Estado venderá parte de su participación en los bancos públicos, aunque poco se ha hecho hasta el momento.
En su lugar, el gobierno inyectó dinero a bancos insolventes pero políticamente bien relacionados, una práctica criticada por el Banco Mundial.
«El gobierno ruso debería privatizar su participación en casi 500 bancos rusos y fomentar la inversión extranjera», declaró Alexander Turbanov, presidente de la estatal Agencia para la Restructura de las Organizaciones de Crédito.
La cámara baja del Parlamento discute proyectos de ley que estipulan que el gobierno sólo puede tener en propiedad 100 por ciento de un banco. Si la participación es inferior, debe comprar el resto o vender su parte en un plazo de 12 meses.
La legislación podría obligar al Estado a vender su participación en 467 bancos para mediados de 2002.
«El sector bancario ruso debe consolidar sus bienes para ser más competitivo. Sin embargo, tengo la impresión de que el gobierno y el Banco Central realmente no quieren reformar el sistema bancario», dijo Alexander Shokhin, presidente del comité bancario de la cámara baja.
«La actividad en ese sentido sólo tiene el fin de impresionar al FMI», declaró a IPS el ex ministro de Finanzas. (FIN/IPS/tra-en/sb/da/aq/if/01