/REPETICION/COMERCIO: Brasil agota paciencia en pelea con UE por café soluble

El gobierno de Brasil aún espera una solución negociada en su disputa con la Unión Europea (UE) por el comercio de café soluble, que ya dura 10 años, antes de recurrir a la Organización Mundial de Comercio.

Las diferencias surgieron a raíz de la aplicación por parte de la UE de un arancel de nueve por ciento sobre el producto brasileño, mientras concede exenciones al importado de países andinos y de América Central, como incentivo a la sustitución de cultivos ilegales en el marco de la política antidrogas.

La Asociación Brasileña de la Industria de Café Soluble (Abics) presiona al gobierno de Fernando Henrique Cardoso para que convoque hasta este viernes un foro contra el «tratamiento discriminatorio», que sirva en la próxima reunión del órgano de solución de controversias de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Sin embargo, la cancillería brasileña anunció que esperará para adoptar decisión a que se realice la reunión de Bruselas la próxima semana, a la que la UE prometió llevar una propuesta de solución negociada.

Esa postura del gobierno frustra las expectativas de la Abics, que hace años considera agotadas las posibilidades de un entendimiento, ante lo que considera maniobras dilatorias del bloque europeo.

«Tenemos todos los documentos listos y abogados experientes» para ayudar a los diplomáticos brasileños en el panel, dijo a IPS Mauro Malta, director ejecutivo de la asociación industrial.

El argumento básico es que la UE «está tratando países iguales de manera desigual», violando las normas del antiguo Acuerdo General de Comercio y Aranceles (GATT en siglas inglesas) y su sucesor, la OMC, comentó

Malta agregó que esa política perjudicó las exportaciones brasileñas y no produjo ningún resultado práctico» a la lucha contra el narcotráfico en los países beneficiados, ya que la producción de drogas aumentó allí en los años 90.

Precisó que las exportaciones de café soluble brasileño a la UE cayeron más de 40 por ciento desde 1991, mientras que las de Colombia y Ecuador crecieron más de 50 por ciento.

El director de Abics lamentó la pérdida registrada en el producto de mayor valor agregado del sector cafetero del país.

Pero llevar el conflicto a la OMC puede ocasionar roces diplomáticos con países latinoamericanos, justo cuando Brasil realiza esfuerzos para promover la integración de América del Sur con el fin de fortalecer su papel en las negociaciones para la creación del Area de Libre Comercio de las Américas.

Once países andinos y centroamericanos productores de café ya manifestaron al embajador brasileño ante la OMC, Celso Amorim, la preocupación sobre los efectos negativos de una demanda contra la UE.

El temor es que una condena en este caso afecte todo el Sistema General de Preferencias europeo, que asegura acceso en condiciones ventajosas a muchos productos latinoamericanos, además del café soluble.

Malta insistió que se trata de «eliminar una discriminación» y la responsabilidad le toca a quién la creó. Recordó que Colombia se opuso a la inclusión de la cotización de un tipo de café de Brasil en la bolsa de comercio de Nueva York, así que ahí no hubo «fraternidad latinoamericana».

Sin embargo, la reacción de los países vecinos merece naturalmente un tratamiento más cauteloso de la cancillería brasileña, que por eso tiene interés en buscar una solución sin la necesidad de la confrontación en la OMC.

El café soluble brasileño sufre otras trabas, además de las barreras externas, se quejan los empresarios. Un impuesto comercial cobrado por los gobiernos estaduales no se aplica a las exportaciones, pero sí al café en grano adquirido por la industria para su transformación en soluble.

Ese tributo es devuelto después de la exportación, pero demora hasta dos meses. Eso aventaja a la industria de café soluble europea o estadounidense, que obtiene la materia prima más barata, o por lo menos sin los costos financieros que pesan sobre los brasileños.

Además, los bajos precios actuales del café en los mercados internacionales, sin perspectivas de recuperación, afectan más aún las ventas brasileñas.

Brasil destina a la exportación cerca de 90 por ciento del café soluble producido en el país, ya que el consumo interno es muy limitado.

La Abics prevé una caída de 3,5 por ciento en el volumen exportado este año y de 15 por ciento en los ingresos. Los expertos del grupo estiman que eso equivale a unas 46.000 toneladas y 184 millones de dólares.

El año pasado este país logró exportar 47.695 toneladas de café soluble, 5,3 por ciento más que en 1999, pero los ingresos bajaron de 224 a 216 millones de dólares.

La UE, que absorbía 40 por ciento de las ventas brasileñas en 1980, redujo su participación a 15 por ciento el año pasado. Estados Unidos sigue siendo el principal importador, con 23 por ciento, frente a 48 por ciento de 20 años antes.

La situación sólo no es más grave porque Brasil logró diversificar sus mercados en las últimas décadas, con un gran crecimiento de las ventas a Rusia y a Europa oriental, que actualmente responden por un tercio de las exportaciones totales. Japón se convirtió en importante comprador, explicó Malta.

Los nuevos mercados representan una demanda adicional y reducen el poder de las pocas empresas que dominan 80 por ciento del comercio mundial del café soluble, contribuyendo a la mejora de los precios y al aumento de la escala de producción, abaratando costos, indicó el director de Abics. (FIN/IPS/mo/dm/if/01

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