La pobreza alcanzó a la mayoría de la población de Venezuela en los últimos años y sólo podría ser erradicada si el país logra un crecimiento económico sostenido del seis por ciento o más durante las próximas tres década.
Así lo pronostica un estudio de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), que asegura además que la pobreza sólo se superaría en un lapso de 27 a 36 años.
«Para lograr esta meta se requieren planes oficiales coordinados que ataquen distintos ángulos del problema», dijo a IPS Mercedes Pulido, ex ministra de la Familia y Desarrollo Social, y actual directora de la revista SIC de análisis sociopolítico.
«Hablamos de alimentación infantil y materna, refuerzo de la educación básica, la vivienda como elemento de la dignificación de las condiciones de vida, generación de empleos en los jóvenes, un sistema de atención a los niños de madres trabajadoras», precisó Pulido.
María Beatriz Orlando, investigadora de la UCAB, sostuvo que en las últimas dos décadas la pobreza ha alcanzado niveles alarmantes y aunque no existen cifras oficiales consolidadas, se calcula que tres de cada cuatro venezolanos ha sufrido una baja significativa en su calidad de vida.
La población venezolana en situación de pobreza se ha duplicado en términos porcentuales, pasando de 33,5 a 67,2 por ciento entre 1982 y 1997, mientras que 36 por ciento estaba en situación de pobreza crítica, según cifras de hace tres años.
El presidente Hugo Chávez y altos funcionarios aseguran que la pobreza afecta hoy a más del 75 por ciento de la población, por lo cual las acciones en este campo son prioritarias para el gobierno, que el 2 de febrero cumple dos años.
«El crecimiento económico aunque es necesario no alcanza para disminuir la pobreza», afirmó en Caracas Bernardo Kliksberg, quien coordina el Instituto Interamericano para el Desarrollo Social del Banco Interamericano de Desarroll (BID) y es autor de numerosos libros sobre el tema.
Kliksberg puso como ejemplo al gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989-1993), «que alcanzó alzas en el producto interno bruto de siete u ocho por ciento, pero la marginalidad más bien se acentuó» en Venezuela.
«Estamos ante la nueva pobreza, que no es otra cosa que el deterioro de las familias que 10 años atrás no eran pobre», comentó el funcionario del BID.
El sociólogo Luis Pedro España, investigador de la UCAB, aseguró que en Venezuela no se puede hablar de 80 por ciento de pobreza, para lo que apeló a los resultados de una encuesta nacional realizada por esta universidad privada.
«En Venezuela, 58 por ciento de los hogares tienen lavadora, 27 por ciento teléfono y 24 por ciento un vehículo particular. Estos porcentajes representan, de partida, un techo a las estimaciones de pobreza que se hacen a partir del ingreso familiar declara», puntualizó España.
En su opinión, si bien se está ante un problema grave, se ha tendido a sobredimensionarlo por la conjunción de factores como una economía en recesión, una inflación aún alta el año pasado y una gran cantidad de trabajadores informales con remuneraciones poco constantes.
Sobre la situación de informalidad en el empleo llamó la atención Orlando, quien recordó que en 1978 los trabajadores informales representaban 32 por ciento de la población económicamente activa, mientras que en 1999 ese porcentaje se elevó a 53 por ciento, según cifras oficiales.
Para Pulido, esta situación ha desencadenado patrones entre los jóvenes pobres, que como «no encuentran familiares o vecinos en el empleo formal, no tienen una referencia de lo que significa un trabajo formal con horarios, reglas, garantía».
En tanto, Orlando señaló que el mercado laboral requiere una reorientacióón por parte de los planificadores gubernamentales, con énfasis en la creación de nuevas fuentes de trabajo, pues las principales actividades económicas del país no son las mayores generadoras de empleo.
Pulido, por su parte, recalcó que en algunas familias la situación de pobreza ya ha pasado por varias generaciones y requiere de un tratamiento no sólo económico. «Superar la pobreza es superar la visión de que sólo hay una forma de pobreza, tiene miles de caras y tiene diversidad de formas de expresió», afirmó.
La proyección de la UCAB hace énfasis en el crecimiento económico sostenido, como una manera de erradicar la pobreza, pero Orlando precisó que este pronóstico se basa en una relación entre resultados macroeconómicos positivos y una recuperación del ingreso real.
Aunque se produzcan mejoras en la economía, los índices de pobreza son difíciles bajar, subrayó la investigadora de la Universidad Católic, en tanto Pulido aseguró que «la superación de la pobreza tiene que ser compromiso en la agenda política», porque es necesario enfrentarla como un problema nacional. (FIN/IPS/ac/ag/dv/0