/Integración y Desarrollo/ .MDNM/ARGENTINA: Cáritas creará banco de alimentos en Internet

Miles de niños se van a dormir sin cenar en Argentina, un país agroproductor donde a diario se desperdician toneladas de alimentos, y un número creciente de ellos lo hace después de haber inhalado pegamento, un hábito con el que muchos se están acostumbrado a reemplazar la comida.

Sólo en Rosario, la segunda ciudad del país, 312 kilómetros al norte de la capital, más de 100.000 niños, mujeres y hombres se alimentan a diario en los comedores escolares y en los sostenidos por organizaciones no gubernamentales (ONG) o religiosas.

A partir de marzo, a raíz de una iniciativa del vicepresidente de Cáritas Rosario, el sacerdote Osvaldo Bufarini, la ciudad contará con un banco de alimentos en Internet, un mecanismo que permitirá a empresas y particulares aportar los productos que los comedores comunitarios necesitan para seguir funcionando.

Cáritas Rosario es una filial regional de Cáritas Argentina, una entidad de la Iglesia Católica que, a su vez, es miembro de Cáritas Internationalis.

«La idea es empezar en Rosario y que después se vaya haciendo en distintos lugares del país», dijo a IPS Bufarini, quien señaló que sólo en esa ciudad, con una población de 1,1 millones de habitantes, se pierden unos 10.000 kilogramos de comida al día.

El sacerdote ha visto en los últimos cuatro o cinco años como se empobrecieron unas 100.000 personas que, debido a la recesión económica, hoy comparten su suerte con los 200.000 pobres históricos de Rosario.

«Esos 100.000 nuevos pobres son jubilados que tienen que vivir con 90 pesos (igual a 90 dólares) por mes, son las familias de clase media que tuvieron que vender la casa y el automóvil cuando se quedaron sin trabajo, son los que se tienen que ir a vivir a las villas de emergencia, donde viven otros que siempre fueron pobres», indicó Bufarini.

La situación es todavía peor si se tiene en cuenta lo que completa ese panorama, «el crecimieNto de la mendicidad, de la prostitución, del sida y del consumo de drogas», agregó.

Si bien el gobierno nacional y las autoridades provinciales envían ayuda, lo hacen con demora y nunca excede los 80 centavos de dólar por persona, ya que consideran que sólo se debe dar una comida al día.

Bufarini insistió en la importancia de darles a los niños dos comidas al día, porque el hambre es lo que los impulsa a inhalar pegamento y a desarrolla conductas perjudiciales.

Como contrapartida, Argentina desecha a diario una cantidad considerable de alimentos.

«Sólo las empresas de catering estiman que desechan alrededor de 500.000 kilogramos diarios (en todo el país), a lo que habría que sumar los alimentos que se vencen en las cámaras de los frigoríficos, o en los supermercados, sin que en los días previos se les dé un destino mejor», apuntó Bufarini.

El mecanismo del banco es simple simple: «Se trata de recibir a diario, vía informática o por fax, tanto las donaciones de alimentos como los pedidos de los comedores y, una vez que ingresan los aportes, dirigirlos rápidamente a sus lugares de destino», sintetizó el sacerdote.

En cuanto al funcionamiento, Bufarini indicó que los comedores escolares y de adultos, católicos o laicos, detallarían sus necesidades, las que serían publicadas en la página del banco en Internet, y las empresas, por su parte, responderían informando qué mercaderías tendrían disponibles.

El banco estaría reservado para los aportes de los grandes contribuyentes -empresas de alimentos, mercados, frigoríficos y compañías de catering- ya que el proyecto busca mantener una existencia permanente de 10.000 kilogramos de comida.

Pero todo debe funcionar con precisión y agilidad, para que los alimentos lleguen en condiciones y en tiempo al lugar donde los necesitan.

La idea de Bufarini de crear el primer banco de alimentos informático de Argentina tuvo, de inmediato, una respuesta favorable.

Una empresa de Miami dedicada al diseño de páginas web se ofreció para suministrar el soporte tecnológico y una firma local donará parte de los requerimientos técnicos, en tanto que dos grandes empresas del sector de la alimentación ya han comprometido aportes, al igual que una compañía de catering.

No obstante, todavía están pendientes de solución algunas necesidades. Por un lado, el proyecto exige que todas las entidades dispongan de equipos de comunicación para hacer llegar sus pedidos, ya sea una computadora o un fax.

Además, Bufarini sostuvo que será necesario un financiamiento mínimo durante un año para el banco, de manera de poder entrenar y emplear al menos a tres personas que serían las encargadas de operar el sistema, en particular los fines de semana, cuando los comedores escolares no funcionan y hay que garantizar la alimentación de los niños. (FIN/IPS/va/ag/dv cr/01

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