/Integración y Desarrollo/ BRASIL: Cardoso reanuda diplomacia presidencial en gira asiática

El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, inició esta semana un viaje de 10 días por Corea del Sur, Timor Oriental e Indonesia, reanudando el acercamiento a Asia interrumpido por las crisis financieras de los tres últimos años.

Los objetivos principales de esta primera visita de un presidente brasileño a Corea del Sur e Indonesia son aumentar el comercio y atraer inversiones, mientras que la visita a Timor Oriental es para afirmar la disposición del país a contribuir en la construcción de esa nueva nación independiente.

Cardoso firmó el jueves en Corea del Sur un acuerdo de cooperación para uso pacífico de la energía nuclear, negociado desde 1998 y que comprende actividades como investigación, construcción de reactores para generación eléctrica, combustibles y aplicaciones en agricultura, medicina e industria.

También recorrió el viernes la frontera de ese país con Corea del Norte, en muestra simbólica de su apoyo al proceso de unificación encabezado por el presidente surcoreano, Kim Dae Jung, quien por esa iniciativa recibió el premio Nobel de la Paz el año pasado.

Pero lo que más preocupa a la diplomacia brasileña son las relaciones comerciales. Por ello se organizó el jueves un encuentro entre empresarios de los dos países, con el fin de discutir el intercambio y oportunidades de negocios.

Brasil importó 1.313 millones de dólares entre enero y noviembre del año pasado en productos de Corea del Sur, produciendo un déficit de 792 millones de dólares. En 1999 también había registrado un saldo negativo de 358,5 millones de dólares, según estadísticas brasileñas.

Las importaciones crecieron 40 por ciento en 2000, mientras las exportaciones se limitaron a una expansión de 9,7 por ciento. La intensa demanda brasileña que alimenta ese desbalance, que tiende a crecer, incluye componentes electrónicos para televisores, equipos de informática y telecomunicaciones.

En cambio, «el mercado coreano de productos agropecuarios es uno de los más protegidos del mundo», con aranceles que alcanzan a 996,3 por ciento y promedio de 112,1 por ciento sobre productos vegetales y 264,6 y 22,3 por ciento, respectivamente, en ganaderos, según la cancillería brasileña.

Brasilia busca reducir esas barreras para mejorar sus exportaciones agrícolas y equilibrar la balanza de comercio bilateral. Para eso, una de las metas es firmar un acuerdo sanitario, fijando reglas comunes de control sobre productos agrícolas.

A Brasil le interesa también atraer inversiones surcoreanas, para participar en el desarrollo industrial del país, generar empleos y, a la vez, sustituir las importaciones por producción interna.

Algunas grandes empresas surcoreanas, en especial de electrónica, como Samsung y LG, ya instalaron plantas en Brasil que requirieron inversiones por unos 500 millones de dólares, informó la embajada en Brasilia.

Pero los datos del Eximbank coreano indican que las inversiones de su país en Brasil se limitaban a 179 millones de dólares a fines de 1999, lo cual corresponde a sólo 0,8 por ciento del capital surcoreano aplicado en el exterior, que sumaba 22.300 millones de dólares ese año.

Mientras, fracasó un proyecto de la Kia Motors para producir 30.000 vehículos al año en el estado brasileño de Bahia, aprovechando estímulos ofrecidos por los gobiernos central y estadual. La inversión total sería de 143,4 millones de dólares, generando 1.000 empleos directos.

La reanudación del crecimiento surcoreano, tras la crisis nacida en Asia en julio de 1997 y que forzó a una devaluación de la moneda local, parece impulsar las relaciones bilaterales, ya que Brasil también superó sus problemas financieros de 1998 y 1999 y pasó a crecer cerca de cuatro por ciento al año.

El mandatario de Brasil y sus acompañantes visitarán Indonesia entre los días 22 y 24, también tratando de incrementar las relaciones económicas, consideradas muy limitadas respecto de las potencialidades.

Indonesia es otro país duramente afectado por la crisis financiera asiática, pero sus perspectivas son de un crecimiento económico similar al brasileño en los próximos años.

Brasil, que tradicionalmente obtenía superávit comercial con Indonesia, pasó a un intercambio desfavorable el año pasado.

Las exportaciones brasileñas sumaron 197,7 millones de dólares entre enero y noviembre, mientras que las importaciones llegaron a 234,9 millones, con crecimiento de 36,25 por ciento respecto de igual período de 1999.

El comercio bilateral, que había superado 500 millones de dólares en 1997, con superávit brasileño de 57 millones, bajó en los años siguientes, debido a la crisis en ambos lados.

Las relaciones bilaterales también fueron afectadas por la situación en Timor Oriental, ex colonia portuguesa ocupada por Indonesia en 1975.

Antes de llegar a Yakarta, Cardoso permanecerá ocho horas el día 22 en Dili, capital de Timor Oriental, donde se reunirá con el presidente del Consejo Nacional de la Resistencia, Xanana Gusmao, y con José Ramos Horta y el obispo católico Carlos Bello, otros dos líderes de la lucha independentista.

Horta y Bello son ganadores del premio Nobel de la Paz en 1996.

El presidente brasileño se entrevistará también con los 70 militares brasileños que forman parte de la fuerzas de la Organización de las Naciones Unidas, que aseguran el proceso de independencia de Timor Oriental que concluirá este año.

La visita deberá ampliar la ayuda brasileña a la construcción del nuevo país, concentrado en alfabetización, capacitación de maestros y desarrollo empresarial.

Cardoso y su comitiva de 150 personas cumplirán hasta el día 24 una vuelta al mundo de 10 días, que incluye una escala de una noche en la ciudad canadiense de Vancouver camino a Seúl, mientras que al regreso pernoctarán la noche del 23 en Ciudad del Cabo. (FIN/IPS/mo/dm/ip/01)

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