GUINEA: Fuerza de paz intentará evitar catástrofe humanitaria

Una misión militar de 1.600 soldados de países de Africa occidental será destinada a la frontera de Guinea con Liberia y Sierra Leona, para evitar una catástrofe humanitaria.

Aldeas y localidades de Guinea han sido atacadas desde septiembre por grupos rebeldes de Liberia y Sierra Leona y decenas de miles de habitantes debieron huir a Conakry y a otras ciudades.

El ejército de Guinea lucha contra el Frente Revolucionario Unido (RUF), de Sierra Leona, que es respaldado por Liberia.

En la zona del conflicto viven unos 500.000 refugiados procedentes de Sierra Leona y Liberia, según información del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

El ACNUR se propone construir un campamento para 50.000 refugiados en la fronteriza ciudad de Kissidougou, y evacuar de la localiad de Gueckedou a las 3.000 personas que quedaron luego de un ataque del RUF. Gueckedou tenía 100.000 habitantes antes de que comenzaran las incursiones del RUF.

La agencia señaló que el ejército de Guinea bloqueó las principales rutas en la zona de combate, para evitar el ingreso en el país de nuevos contingentes del RUF.

La situación determinó a los ministros de Defensa y los jefes militares de la Comunidad Económica de Africa Occidental a acordar el envio de 1.600 observadores castrenses a Guinea para evitar una tragedia humanitaria.

Aún no ha sido fijada la fecha exacta en que el contigente regional será desplegado, pero se sabe que las tropas, que se unirán a los soldados subordinados al Grupo de Control del Cese al Fuego de la Comunidad Económica (ECOMOG), permanecerán en principio seis meses en Guinea.

Gambia, Malí, Nigeria y Senegal ya expresaron su disposición a contribuir a la fuerza regional, que tendrá el cometido de una misión de observadores.

Esa limitación del papel de la nueva fuerza regional no satisface al gobierno de Guinea. Según el ministro de Defensa, Dorank Assifat Diasseny, las tropas deben sumarse a los efectivos de la ECOMOG en la lucha contra la actividad insurgente, no importa cuál sea su país de origen.

En otras palabras, Guinea no está dispuesta a recibir una fuerza militar que sólo presencie los ataques y no los detenga.

Unas 1.000 personas han muerto en los enfrentamientos, hay miles de heridos y continúa el éxodo de desplazados hacia zonas seguras. El conflicto provocó pérdidas por casi 300 millones de dólares, informó el Ministerio de Defensa.

Varias localidades del sur del país, como Faranah, Gueckedou, Macenta y Kissidougou, y del occidente, como Forecariah, son escenario de constantes tiroteos y sus habitantes viven en permanente tensión.

Mientras, Liberia informó incursiones de grupos rebeldes sobre los condados de Loffa y Wondjimai, en la frontera con Guinea.

Habitantes de la zona selvática enviaron una carta al presidente Lansana Conte para señalarle que el Movimiento Unido de Liberación de Liberia para la Democracia (ULIMO) aún está activo en el sur de Guinea.

El líder del Partido Guineano del Pueblo, Charles Pascal Tolno, que reside en el sur, exigió la integración de una comisión gubernamental para investigar las actividades del ULIMO.

«Siempre quise una comisión que investigara la presencia de ULIMO en Guinea. Su líder, Aladji Kromah, se marchó, pero el resto del grupo se encuentra en este país y se está haciendo cada vez más fuerte», advirtió Tolno.

Militantes del ULIMO «han sido acusados de violaciones, robos y de toda clase de crímenes. Las denuncias pueden ser falsas, pero deben ser investigadas», agregó.

Durante la guerra en Liberia, cuando las tropas del rebelde Charles Taylor se encontraban a las puertas de Monrovia, la capital, el ejército guineano fue el primero en agudar al presidente Samuel Doe.

La intervención de ECOMOG prolongó cinco años la sangrienta guerra de Liberia. Taylor, convertido en presidente, condenó el apoyo de Guinea a Doe y que Aladji Kromah y su grupo pudieran tener un santuario en ese país.

Taylor también interpretó los ataques a los condados de Loffa y Wondjimai como un intento de Guinea de desestabilizar su régimen.

Los guineanos se oponen a la presencia de la misión militar resuelta por los gobernantes de Africa occidental, pues temen la repetición de errores de la ECOMOG.

Varios dirigentes políticos se pronunciaron contra el despliegue de esa fuerza de observadores. Mamadou Ba, de la opositora Unión por el Progreso y la Renovación, puso en duda la eficacia del nuevo contingente.

Pero la decisión fue bien recibida por el ACNUR, que confía en que la fuerza regional cree las condiciones necesarias para que las organizaciones humanitarias reanuden sus operaciones en Guinea. (FIN/IPS/tra-en/ss/sz/da/rp-ff/ip pr/01

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