Varios senadores de Estados Unidos elogiaron a su embajador saliente ante la ONU, Richard Holbrooke, por haber forjado un acuerdo que reduce el aporte de Washington al presupuesto regular y las operaciones de paz del foro mundial.
«Le estamos muy agradecidos», expresó Jesse Helms, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el principal promotor de los esfuerzos del Congreso para recortar la contribución de Estados Unidos a la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
«Cuando este acuerdo se aplique en su totalidad, recortará al menos 170 millones de dólares del monto que la ONU cobra a los contribuyentes estadounidenses», destacó Helms, perteneciente al ala derecha del Partido Republicano, en una audiencia de la comisión celebrada el martes.
«Más importante», agregó, «mediante este debate obligamos a la ONU a realizar reformas muy necesarias y protegimos al contribuyente estadounidense de posibles incrementos injustificados».
Helms anunció su disposición a liberar unos 585 millones de dólares de un total de 900 millones que Estados Unidos debe al foro mundial, de acuerdo con una ley aprobada por el Congreso hace cuatro años.
La llamada ley Helms-Biden dispone que los aportes sólo pueden ser liberados en etapas, a medida que la ONU implemente profundas reformas presupuestarias y administrativas, incluso una reducción de la contribución de Washington.
«En base a lo logrado, estoy dispuesto a respaldar un cambio técnico a esa ley que permita el desembolso del llamado 'segundo año', es decir, 585 millones de dólares», declaró el senador.
La audiencia del martes se celebró más de dos semanas después de la aprobación por la Asamblea General de la ONU del acuerdo sobre la reducción de aportes, que implicará un aumento de las contribuciones de Argentina, Brasil, Chile, China, Corea del Sur, Singapur y varios países árabes, entre otros.
Así mismo, la audiencia se produjo en la víspera del nombramiento oficial de dos funcionarios clave de política exterior del presidente electo George W. Bush, es decir el próximo secretario de Estado (canciller), el general retirado Colin Powell, y el futuro secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
Más allá de expresar apoyo a la posición de Helms sobre la ONU y de su renuencia a comprometer tropas estadounidenses en cualquier operación de paz, Bush habló muy poco sobre asuntos del foro mundial durante su campaña presidencial.
Los analistas prevén que el nuevo gobierno respaldará plenamente el acuerdo, en particular ahora que Helms ya expresó su aprobación.
Holbrooke mantuvo una reunión con el propio Powell para hablar sobre el acuerdo, y luego declaró a la prensa que el ex jefe del Estado Mayor Conjunto «se mostró muy comprensivo» y esperaba que «el asunto se resolviera lo antes posible».
El acuerdo aprobado por la Asamblea General afecta tanto las contribuciones al presupuesto general del foro mundial como a las operaciones para el mantenimiento de la paz.
Tras la creación de la ONU, en los últimos días de la segunda guerra mundial, Estados Unidos aportaba cerca de 39 por ciento del presupuesto regular de la organización. La proporción se redujo gradualmente en 10 años a 33 por ciento.
En 1972, la contribución de Estados Unidos fue reducida nuevamente a 25 por ciento, y por la ley Helms-Biden, Washington demandó que se recortaran otros tres puntos porcentuales.
El acuerdo forjado por Holbrooke y aprobado por la Asamblea General atiende esa demanda de Helms.
Un componente clave del acuerdo será una contribución única de 34 millones de dólares del fundador de Cable News Network, Ted Turner, a un fondo especial que el Departamento de Estado estadounidense utilizará para ayudar a financiar la reducción del aporte.
Mientras, la contribución de Estados Unidos a las operaciones de paz de la ONU estaban fijadas en 30,4 desde 1973, pero para indignación de la comunidad internacional, en 1995 el Congreso la redujo unilateralmente a 25 por ciento, y condicionó el pago de los aportes atrasados a la ONU a la aceptación de esa reducción.
En este caso, Helms no obtuvo todo lo que pretendía. La Asamblea General adoptó un procedimiento por el cual el aporte de Estados Unidos a las operaciones de paz de la ONU se reducirán gradualmente de 28 por ciento en la primera mitad de 2001 a poco más de 25 por ciento para 2004.
Para compensar la diferencia, 29 países aceptaron incrementos de 50 a 500 por ciento en sus cuotas, informó Holbrooke.
Aunque los aportes para operaciones de paz varían de año a año, se estima que Washington se ahorrará unos 100 millones de dólares en 2001 y 170 millones en los próximos dos años, señaló el embajador saliente.
Un factor clave en ese ahorro podría ser Suiza, que planea incorporarse a la ONU el año próximo. Si lo hace, asumirá uno por ciento del costo de las operaciones de paz, y 60 por ciento de ese aporte compensaría la reducción de Washington, explicó Holbrooke.
Por otra parte, subrayó que Washington no pagará ningún aporte atrasado (este rubro constituye la mayor parte de los 1.400 millones de dólares que Estados Unidos debe a la ONU, según el foro mundial) devengado desde que el Congreso impuso el tope de 25 por ciento. (FIN/IPS/tra-en/jl/da/mlm/ip/01