ECUADOR: Crecen las protestas y la represión militar

Las protestas aumentaron hoy en todas las provincias de la sierra de Ecuador, con bloqueo de carreteras y mercados agrícolas paralizados, tras la fuerte represión militar contra una marcha indígena el miércoles que dejó varias personas heridas de bala.

Este viernes, 5.000 indígenas se concentraron en Latacunga, al sur de Quito, y realizaron una marcha con apoyo de organizaciones sociales. También hubo protestas en las ciudades serranas de Cuenca, Ambato, Guaranda, Riobamba, Otavalo y Cayambe, en Puyo, Lago Agrio y Tena, en la Amazonia, y en Esmeraldas, en la costa.

La protesta del miércoles era parte de las movilizaciones decretadas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y organizaciones sociales contra el aumento de combustibles y gas decretada por el gobierno a fines de 2000.

También recordaban el primer aniversario de la rebelión indígena apoyada por oficiales de las Fuerzas Armadas que el 21 de enero de 2000 precipitó la caída del presidente Jamil Mahuad.

Los más de 1.500 indígenas que el miércoles cortaron la carretera Panamericana a la altura de Latacunga, capital de la provincia de Cotopaxi, fueron reprimidos por el ejército y la policía, que además de gases lacrimógenos dispararon sus fusiles hiriendo a cuatro manifestantes, uno de ellos de gravedad.

Varios reporteros gráficos fueron golpeados por los militares que les quitaron rollos fotográficos y casetes de video, y rompieron algunas cámaras.

Radio Latacunga, una de las más escuchadas por la población rural y la única que transmitió la represión, denunció que sufrió el corte repentino de sus emisiones.

Más de 50 personas fueron detenidas, en tanto los indígenas tomaron prisionero a un militar que participó en la represión, al que trasladaron a una comunidad de la montaña cercana, y proponen canjearlo por todos los indígenas detenidos en distintas provincias del país.

También el miércoles en Quito un grupo de indígenas ocupó simbólicamente por una hora la sede de la cadena de televisión por cable estadounidense CNN.

Los ocupantes manifestaron que querían «denunciar internacionalmente la actitud servil del Presidente de la República (Gustavo Noboa) al Fondo Monetario Internacional, al Plan Colombia y al sector financiero nacional, a costa de imponer grandes sacrificios al pueblo ecuatoriano».

Los cortes de tránsito se venían realizando desde el lunes en distintas carreteras de la sierra pero la represión desató una reacción en cadena, con aumento del bloqueo de carreteras y de la participación indígena en las protestas en provincias serranas y amazónicas.

En pequeñas ciudades, pueblos y zonas rurales de la sierra, la tónica es el corte de rutas, que cuentan con la participación de miles de campesinos e indígenas. Está suspendido el transporte interprovincial en distintas ciudades y los mercados agrícolas han cerrados porque se encuentran desabastecidos.

«Son acciones pacíficas pero contundentes que el pueblo indio mantendrá los próximos días hasta que el gobierno derogue las medidas económicas y no incremente el IVA (impuesto al valor agregado)», aseguró Abelardo Tucumbí, dirigente de la Conaie en Cotopaxi.

Manifestantes dijeron a IPS que pretenden iniciar en los próximos días una marcha hacia Quito, mantener los cortes de carreteras y no permitir el abastecimiento de los mercados.

«Esperamos que el gobierno no nos reprima violentamente y nos permita movilizarnos con libertad hacia la capital, donde queremos ser escuchados por el Presidente de la República», indicaron.

El vicepresidente de la Conaie, Ricardo Ulcuango, pidió al gobierno que «no quede impune la represión militar» y aseguró que las movilizaciones se mantendrán hasta que vean respuestas concretas del gobierno a sus demandas.

«Las movilizaciones irán en aumento y bajo distintas modalidades para evitar la represión y esperamos que el gobierno se siente a dialogar, pero con respuestas concretas porque estamos cansados de hablar por hablar sin que se den resultados», afirmó Ulcuangó.

Ulcuango aseguró que los indígenas no pretenden la caída del gobierno de Noboa, como sucedió en 1997 con Abdalá Bucaram y en 2000 con Mahuad. «No queremos la salida del presidente porque sale uno y entra otro y es lo mismo, pero queremos que nos escuchen y llegar a acuerdos concretos», dijo Ulcuango.

El presidente de la Conaie, Antonio Vargas, afirmó que ahora más que nunca continuarán las acciones en forma paulatina desde el campo hasta las principales ciudades del país.

Las protestas indígenas siguieron a las estudiantiles que se realizaron las ultimas semanas en varias ciudades del país. Desde el lunes, fueron detenidos más de cien indígenas en distintas provincias del país.

«Los indígenas de la sierra central tienen la consigna de mantener los cierres de vías y desabastecer progresivamente a los centros de abastos de las principales ciudades hasta que el gobierno derogue las medidas económicas», afirmó la dirigente indígena Blanca Chancoso.

Además planifican una posible marcha hacia Quito desde distintas provincias.

El ministro de Gobierno (Interior) minimizó las protestas, asegurando que irían disminuyendo. Pero se suceden pese a que el Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Miguel Saona, había amenazado con reprimir cualquier manifestación que obstruyera la «actividad normal de los ecuatorianos».

Sin embargo, tras los hechos ocurridos en Latacunga, el comandante en jefe de la Fuerza Aérea, Oswaldo Domíguez, instó al gobierno a dialogar de forma urgente con los sectores indígenas y sociales para buscar acuerdos, lo que revelaría posiciones encontradas en la cúpula militar.

«A los pueblos del Ecuador nos asesinan no sólo con la violencia institucional, con las medidas económicas que favorecen sólo a los sectores financieros y de gran empresa, sino que ahora pretenden eliminarnos con bala y cárcel», señaló Vargas.

En medio del clima de protestas, en la madrugada de este viernes sufrió el tercer atentado en menos de 40 días el oleoducto transecuatoriano, que transporta petróleo desde Sucumbíos, en la Amazonia, a Esmeraldas, en la costa.

Portavoces indígenas y de organismos humanitarios expresaron que podría tratarse de una provocación para involucrar a los movimientos sociales. (FIN/IPS/kl/ag/ip/01

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