ECONOMIA-RUSIA: Moscú busca refinanciar deuda contraída por URSS

Rusia intenta que el Club de París, integrado por gobiernos de países industrializados acreedores de deuda externa, acepte refinanciar el pago de créditos por valor de 48.000 millones de dólares otorgados a la ex Unión Soviética (URSS).

El año pasado, Moscú anunció planes para pagar gran parte de su abultada deuda externa, pero el día 9 el primer ministro ruso, Mikhail Kasyanov, declaró que no es posible amortizar todas las obligaciones contraídas por la URSS sin poner en peligro el bienestar de sus ciudadanos.

El presupuesto de Rusia para este año no prevé pagar la deuda con el Club de París, integrado por Estados Unidos y otros 17 países industrializados, la cual sólo podría amortizarse si Moscú recibe este año ingresos adicionales no previstos, explicó.

La respuesta del Club de París fue instar a Rusia a honrar por completo sus compromisos.

Los miembros de ese grupo, que se reúnen en forma periódica para discutir formas de refinanciar la deuda de la cual son acreedores, señalaron que las arcas de Moscú están repletas de ingresos provenientes de la exportación de petróleo, gas y metales el año pasado.

El gobierno alemán, acreedor de 19.000 millones de la deuda rusa con el Club de París, ha insistido en que Moscú debe cumplir por completo sus compromisos.

La deuda externa total de Rusia suma unos 150.000 millones de dólares, cuyos acreedores son en su mayor parte potencias occidentales, bancos privados, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

Esa deuda equivale a unas tres cuartas partes del producto interno bruto anual del país, o en otros términos a unos 1.000 dólares por habitante. Casi dos tercios de las obligaciones corresponden a créditos recibidos por la URSS y heredados por Rusia, que aceptó pagarlos.

Expertos rusos alegan que la actual población de su país es menos de la mitad de la que tenía la URSS, que la deuda rusa con el Club de París corresponde en su mayor parte a préstamos acordados entre gobiernos sin aplicar criterios comerciales, y que gran parte de esos préstamos fueron subsidios encubiertos del gobierno alemán a sus exportaciones a la URSS.

«El pedido del Club de París de que Rusia pague por completo su deuda es un nuevo intento de las potencias occidentales de enriquecerse a expensas de Rusia», arguyó Nikolai Leonov, profesor del Instituto de Relacines Internacionales de Moscú.

El gobierno ruso admite que las demandas de que pague sus deudas tienen fundamento, dado que la economía del país comenzó a recuperarse el año pasado, tras una década de declinación.

Las reservas de oro y divisas de Moscú aumentaron en 2000 a 28.000 millones de dólares, casi el triple de su valor a fines de 1998, según datos del Banco Central.

Además, el aumento de los precios internacionales del petróleo y el gas incrementó en forma considerable los ingresos provenientes de exportaciones.

Durante los 11 primeros meses de 2000, el superávit del país en el comercio exterior llegó a una cifra sin precedentes de 62.500 millones de dólares, casi el doble que en el mismo período de 1999, según datos oficiales de las aduanas rusas.

Sin embargo, Kasyanov ha advertido en varias ocasiones que el desarrollo del país disminuirá su ritmo si se obliga a Moscú a pagar toda su deuda externa, ya que sería preciso destinar a los pagos casi la mitad de los ingresos previstos en el presupuesto.

El actual primer ministro fue antes viceministro de Finanzas, y cuando ocupaba ese cargo actuó se desempeñó como principal negociador de la deuda externa rusa.

Kasyanov ha sostenido que Moscú debería tratar de convencer al Club de París de aceptar una refinanciación de la deuda rusa similar a la acordada en febrero del año pasado con el Club de Londres, un grupo de acreedores privados.

El Club de Londres, acreedor de deuda contraída por la URSS por valor de unos 32.000 millones de dólares, aceptó reducir casi 40 por ciento esa deuda y extender 30 años su plazo de pago.

Kasyanov indicó que el Club de París se negó a aceptar una refinanciación similar, y apuntó que es poco probable que Moscú pueda cumplir sus compromisos con ese grupo, que implican el pago de unos 18.000 millones de dóalres en 2003, sin un acuerdo de refinanciación.

Sería «irresponsable e inmoral» que Rusia destinara más fondos presupuestarios al pago de deuda externa, dados los problemas domésticos que afronta su economía, opinó Sergei Glazyev, presidente de la comisión económica de la Duma (Cámara de Diputados).

El político ultranacionalista ruso Vladimir Zhirinovsky sostuvo que Moscú debe desafiliarse del Club de París, al cual ingresó en septiembre de 1997.

En aquel momento, el Kremlin afirmó que la admisión de Rusia en esa organización era una prueba de la recuperación económica del país, que lo ubicaba en pie de igualdad con las mayores potencias occidentales.

Rusia pagó el jueves 22,5 millones de dólares al Club de París, y anunció que se proponía transferir a esa oganización 30 millones de dólares este mes.

Pero esa suma es sólo una pequeña parte de los 1.500 millones de dólares que Moscú debe pagar al club en el primer trimestre de este año, según un acuerdo firmado en 1996.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha realizado declaraciones ambiguas acerca del pago de la deuda externa. El día 7 dijo al canciller (jefe de gobierno) alemán, Gerhard Schroeder, de vista en Moscú, que Rusia cumpliría con todos sus compromisos, pero también sugirió que procuraría hacerlo mediante refinanciaciones.

Luego de realizar esas declaraciones, Putin ordenó al ministro de Finanzas, Alexei Kudrin, que iniciara nuevas negociacines con el Club de París.

Kudrin dijo a periodistas que su objetivo en esas negociaciones era lograr un acuerdo que «no implicara un obstáculo a las reformas en curso en Rusia ni complicara la situación social del país».

Las naciones acreedoras «aún no han declarado que el país esté en falta en el cumplimiento de sus compromisos», señaló el viceministro de Finanzas, Sergei Kolotukhin, en una entrevista publicada el lunes.

Kudrin indicó que no será posible comenzar negociaciones con el Club de París antes de fines de febrero, y todo indica que Moscú trata de evitar que se le declare en falta, para lograr nuevos créditos del FMI.

A la vez, la negociación con el FMI es crucial para lograr un acuerdo con el Club de París, comentó Mikhail Zadornov, ex ministro de Finanzas y actual vicepresidente de la comisión de presupuesto de la Duma. (FIN/IPS/tra-eng/sb/mn/if/01

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