Los progresos agrícolas realizados por Zimbabwe desde su independencia, en 1980, podrían revertirse el año próximo debido al efecto combinado del clima adverso, la crisis económica y la cuestión agraria, advirtieron expertos.
Desde 1980, Zimbabwe se transformó en un exportador neto de maíz, principalmente a países vecinos, excepto durante las sequías de 1984, 1992 y 1993, cuando debió importar grandes cantidades de ese producto.
Este país africano cuenta con un sector agrícola y una fuerza de trabajo bien organizados, muy superiores a los de cualquiera de sus vecinos.
Sin embargo, esta temporada los cultivadores comerciales de maíz sólo plantarán unas 75.000 hectáreas (una reducción de 50 por ciento respecto del año anterior), según las previsiones.
La reducción se debe en parte a las ocupaciones de granjas por veteranos de la guerra de liberación y por la negativa de los bancos a otorgar préstamos a los establecimientos que serán vendidas obligatoriamente, en el marco de una reforma agraria.
Eso por sí mismo no impide el cultivo de maíz, porque la mayor parte del producto es cultivado por agricultores comunales, pero sucede que éstos también enfrentan problemas.
Los fertilizantes, indispensables para lograr una cosecha normal con suelos arenosos y gastados, son demasiado costosos para la mayoría de esos agricultores.
La compra de semillas de los pequeños productores comerciales y agricultores comunales se redujo 18 por ciento, informó la Unión de Agricultores Comerciales (CFU).
Algunos de esos productores, que recibieron tierras en virtud del programa de reforma agraria, carecen de los recursos y los conocimientos necesarios para realizar una contribución significativa.
Se proyecta que la cosecha de maíz para la próxima temporada se reducirá más de 30 por ciento. Los agricultores comerciales de gran escala, que suman unos 4.000, contribuyen con 30 por ciento de la producción total de maíz.
Aunque el impacto de las distorsiones en el suministro de alimentos podría ser significativo este año, se sentirá más el año próximo, advirtieron especialistas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) afirmó que el panorama alimentario de Zimbabwe es negativo debido a las adversidades del clima, los problemas económicos y los conflictos vinculados con la reforma agraria, que afectaron a las grandes granjas comerciales.
Desde febrero de 2000, grupos de veteranos de la guerra de liberación y otros nativos ocuparon con el apoyo del gobierno miles de esas granjas, pertenecientes a descendientes de los colonos británicos, donde asesinaron granjeros, atacaron a trabajadores y quemaron cosechas.
Las invasiones crearon un clima de temor entre los granjeros, muchos de los cuales abandonaron sus tierras y su ganado y se dirigieron a la relativa seguridad de las áreas urbanas.
Esta situación ya afectó adversamente la producción de tabaco y de trigo, producido casi en su totalidad por agricultores comerciales de gran escala con sistemas de irrigación.
En el sector lechero hubo escasos trastornos, aunque varios productores denunciaron amenazas y persecuciones de veteranos de guerra.
«Sin embargo, la confianza del productor en el futuro se ve gravemente afectada por la incertidumbre económica, la conducción política de la nación y la cuestión agraria», señaló la CFU.
Aunque se espera una cosecha de 400.000 toneladas de maíz de la temporada anterior, la CFU prevé un panorama sombrío.
«Con un consumo de maíz estimado en 150.000 toneladas por mes, las reservas estarán totalmente agotadas antes del 20 de junio de este año», pronosticó la unión. (FIN/IPS/tra-en/lm/mn/mlm/dv/01