La inusual aparición de los Tres Reyes Magos por las calles de la capital de Cuba, arrojando caramelos a niñas y niños que se agolpaban a su paso, provocó la primera ofensiva ideológica del gobierno socialista de Fidel Castro de este año.
El paseo de Melchor, Gaspar y Baltasar el día 6, representados por tres funcionarios de la embajada española en la isla, fue fuertemente criticado por los medios de comunicación, monopolizados por el Estado.
Los reyes salieron de la sede diplomática rumbo a la sede del Centro Cultural de España, donde en un salón colmado de niños empezaron a lanzar regalos al aire, provocando «una arrebatiña lamentable y peligrosa», según reportes de prensa.
La acción fue considerada una «provocación» por la prensa oficial que citó llamadas de la población. El Noticiero Nacional de Televisión y el periódico Juventud Rebelde, órgano de la Unión de Jóvenes Comunistas, calificaron de «mamarrachos» y «payasos» a los tres diplomáticos disfrazados.
«Los reyes de pacotilla que los renovadores aires imperiales españoles soltaron por nuestras calles, pueden, desgraciadamente, encontrar todavía padres dispuestos o no a la humillación, pero al final tocados por ella», afirmó la periodista Arleen Rodríguez.
Rosa Miriam Elizalde, subdirectora de Juventud Rebelde, se cuestionó el derecho que asiste a los protagonistas de un «show importado» a humillar a los niños cubanos «lanzándoles caramelos al pavimento o al fango, según la puntería de los mamarrachos».
Un locutor de la televisión cubana, por su parte, resaltó que lo ocurrido con la excursión de los Reyes Magos contrasta con la «belleza, calidad artística y estética» de los espectáculos infantiles organizados por las autoridades cubanas para celebrar el nuevo año.
Las escenas transmitidas por la televisión cubana «marcan la diferencia entre la concepción capitalista y la concepción socialista sobre el respeto y la dignidad con que deben ser educados los niños», añadió el locutor.
La campaña promete nuevos capítulos en las mesas redondas informativas que se transmiten de lunes a viernes por el principal canal de la televisión local y a la cual suelen asisten altos funcionarios del gobierno, incluido el propio presidente Castro.
Las mesas redondas se iniciaron el año pasado como un espacio para mantener informada a la población sobre el caso del niño Elián González, quien había sido llevado a Estados Unidos contra la voluntad de su padre, Juan Miguel González.
Luego del regreso del pequeño a Cuba el 28 de junio, el programa se mantuvo los días laborables y versó sobre los más diversos temas vinculados al histórico conflicto entre Cuba y los Estados Unidos y a cualquier otro tipo de tensión bilateral.
«Fue una actividad organizada para los niños con la aprobación de las autoridades cubanas", dijo un diplomático español, quien aseguró que por parte de la embajada «no había absolutamente ninguna intención de crear una situación» de irritación.
Un desfile similar organizó la sede diplomática española hace tres años, pero en aquel entonces los Tres Reyes Magos se limitaron a caminar por la calle Obispo, la principal arteria del casco histórico de La Habana.
En España y en otros países de tradición católica, la Epifanía, o fiesta de los Tres Reyes Magos, es una de las principales celebraciones anuales, destinada principalmente a los más pequeños.
Como la Navidad y otras celebraciones religiosas, la Epifanía dejó de celebrarse en Cuba después del triunfo de la revolución en 1959. La tradición de los regalos del Día de Reyes, el 6 de enero, se fue perdiendo con los años y se impuso con la escasez casi generalizada de juguetes.
El gobierno de Castro instituyó el tercer domingo de julio como el Día de los Niños y hasta los años 80 los juguetes se vendieron de forma racionada.
Sin embargo, sectores de la población parecen dispuestos a retomar la tradición de los Tres Reyes Magos, luego de que la visita del papa Juan Pablo II a la isla, en 1998, trajera consigo la restauración de las fiestas de Navidad.
Aunque la política oficial no estimula la celebración del 6 de enero, las tiendas de una red estatal que vende sólo en dólares se mantuvo la primera semana del año con ofertas especiales de juguetes, en muchos casos a precios rebajados.
«Un día mi madre regresó de una cola (fila) de dos noches para comprar juguetes y, en medio del cansancio, me dijo 'se acabó, los Reyes Magos no existen, yo soy los Reyes Magos'», contó Delia Ruiz, ingeniera civil de 39 años.
«Yo sé que no siempre es justo porque a veces no se le puede comprar al hijo el juguete que él querría, pero es una fiesta linda», comentó Ruíz, quien este año decidió salir por primera vez a buscarle un regalo a su hijo de tres años para el Día de Reyes.
«El papel del Centro Cultural de la embajada de España, de todas las instituciones, del embajador y del mío propio como funcionario de ésta, es tratar de compartir estas tradiciones», dijo un diplomático a la televisión cubana.
«Yo creo que alguien tiene que responder por este insulto», opinó, en tanto, Luis Zaldívar, un estudiante de Derecho de la Universidad de La Habana.
El incidente es un ingrediente más en las tensiones surgidas entre Cuba y España por la negativa de La Habana a suscribir una resolución de condena a la organización separatista vasca ETA, durante la X Cumbre Iberoamericana, celebrada en noviembre en Panamá.
El gobierno cubano aseguró que estaba dispuesto a condenar el terrorismo en general, pero no de forma excluyente, y su decisión provocó el descontento de las autoridades y de la opinión pública de España.
El presidente del gobierno español, José María Aznar, dijo en su momento que la decisión cubana no provocaría medidas especiales por su lado, pero señaló que «no es pensable que esta situación no produzca consecuencias» en las relaciones.
Sin embargo, analistas locales estiman que cualquier crisis en el terreno diplomático tiende a atenuarse por los fuertes vínculos económicos bilaterales y los intereses de las empresas privadas españolas en la isla.
En 1999, España se sitió por tercer año consecutivo como el primer socio comercial de Cuba, con un intercambio que asciende a los 700 millones de dólares.
Las empresas españolas están entre las principales inversionistas de Cuba, detrás de Italia y Canadá.
De las 380 asociaciones mixtas que existían en la isla a mediados de 2000, cerca de una cuarta parte tenían participación española, según fuentes de Madrid. (FIN/IPS/da/dm/cr ip/01