El presidente de Colombia, Andrés Pastrana, prorrogó hoy por cuatro días la zona desmilitarizada para las negociaciones con el mayor grupo guerrillero del país y propuso una reunión a su líder, Manuel Marulanda, para salvar el proceso de paz.
«Le propongo que nos reunamos y decidamos de una vez por todas si continuamos el proceso que usted y yo iniciamos», dice el mensaje que Pastrana envió este miércoles al líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Esta cuarta prórroga de la zona de distensión, que se produce cuando el proceso de paz atraviesa una de las mayores crisis desde su inicio en enero de 1999, y el llamado de Pastrana a Marulanda, recibieron amplio respaldo de organizaciones de la sociedad civil, sectores empresariales y la Iglesia Católica.
Convergencia Paz Colombia, que nuclea a organizaciones no gubernamentales que promueven una solución negociada del conflicto armado, calificó la iniciativa del presidente colombiano como «saludable y acertada para el proceso de paz».
Las propuestas de Pastrana «recogen el espíritu de las iniciativas que diversos sectores de la sociedad han presentado, como alternativa para devolver la confianza nacional e internacional en el proceso de paz», dijo a IPS Jorge Rojas, portavoz de Convergencia Paz Colombia.
El mandatario planteó una agenda para la eventual reunión con Marulanda para reanudar el diálogo, congelado desde el 14 de noviembre por decisión de las FARC en demanda de «acciones concretas por parte del Estado» contra los paramilitares de derecha, a los que responsabiza del 80 por ciento de las masacres ocurridas en el país.
Entre los temas de la cita, que buscaría generar confianza entre las partes y evitar que se interrumpa el diálogo hasta la solución de todos los puntos de la agenda, se incluyen la creación de mecanismos de verificación en la zona desmilitarizada y un acuerdo sobre sustitución de cultivos ilícitos.
La agenda propuesta por Pastrana recoge las sugerencias recibidas durante las consultas llevadas a cabo esta semana con representantes de sectores políticos y sociales para decidir la prórroga de la vigencia de la zona desmilitarizada en el sudeste del país, que vencía este miércoles.
Rojas expresó que en la reunión propuesta, Pastrana a Marulanda deben llegar a un acuerdo para prorrogar la zona de distensión hasta 2002, cuando se espera que haya concluido con éxito el proceso de negociación.
El arzobispo de Cali, Isaías Duarte, dijo que las FARC tienen la «responsabilidad histórica» de responder con generosidad al llamado del presidente y, de ser positiva, debe incluir un acuerdo humanitario que permita la liberación de las personas que mantiene secuestradas.
Aunque las negociaciones sobre la agenda de 12 puntos están suspendidas, el gobierno y las FARC han avanzado en las últimas semanas sobre un acuerdo humanitario que permita la liberación de soldados y policías con problemas de salud que están en poder del grupo insurgente por guerrilleros presos en la misma situación.
Marulanda indicó que cuando se llegue al acuerdo las FARC liberarían unilateralmente alo menos a otros 50 soldados y policías como muestra de buena voluntad y posteriormente se negociaría la liberación de los restantes prisioneros: cerca de 400 soldados y policías, y unos 300 guerrilleros.
Sabas Pretelt, presidente del Consejo Nacional Gremial, que reúne cerca de 30 sectores de la producción, también respaldó la decisión de Pastrana y demandó «una similar respuesta» de las FARC.
Jaime Zuluaga, investigador Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI) de la estatal Universidad Nacional de Colombia, subrayó que existe una posición mayoritaria a favor de la prórroga de la zona desmilitarizada, no sólo dentro del país sino también en el plano internacional.
En su opinión, la prórroga de la zona de distensión y el llamado a Marulanda responden a las recomendaciones planteadas a Pastrana por Estados Unidos países europeos.
El presidente colombiano había preparado para el martes el anuncio de la prórroga pero debió aplazarlo por el secuestro de un avión desde San Vicente del Caguán, principal localidad de la zona desmilitarizada y sede del diálogo, por parte de un desertor de las FARC.
El avión fue desviado a Bogotá por un guerrillero identificado como «Christian» con 28 pasajeros a los que mantuvo como rehenes durante casi cinco horas, hasta que fue desarmado por varios pasajeros y entregado a la policía. (FIN/IPS/yf/ag/ip/01
