El gobierno de Colombia inició hoy una ronda de consultas para analizar una prórroga del cese, previsto para este miércoles, de la zona desmilitarizada con el fin de desarrollar el diálogo de paz con las guerrilleras FARC.
La negociación ingresa en una fase decisiva a medida que se acerca la fecha prevista para el fin de la desmilitarización de unos 42.000 kilómetros cuadrados en el sudeste colombiano. La retirada del ejército de esa zona era una de las condiciones de la guerrilla para participar en el diálogo.
Pero las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) mantienen congeladas las negociaciones desde el 14 de noviembre, para presionar por acciones del gobierno contra los paramilitares de derecha.
El presidente Andrés Pastrana, quien canceló su asistencia al Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, para atender el diálogo, inició este lunes una ronda de consultas con funcionarios y representantes de otros sectores de la sociedad, para analizar otra eventual prórroga de la zona desmilitarizada.
Así mismo, se espera que del diálogo que sostienen en esa área el comisionado presidencial para la Paz, Camilo Gómez, y el máximo jefe de las FARC, Manuel Marulanda, salga un acuerdo que permita la reanudación de las negociaciones.
El principal obstáculo para la prórroga de la zona desmilitarizada es la negativa de las FARC a descongelar las negociaciones.
La prórroga de la zona desmilitarizada, creada por Pastrana en noviembre de 1998, pocas semanas después de iniciado su gobierno, es el costo que debe pagar por la posibilidad de un acuerdo que ponga fin a 40 años de guerra civil, según analistas.
Sin embargo, el pesimismo en torno de la negociación es generalizado, dados los pocos resultados efectivos de dos años de conversaciones.
No obstante, los propios partidarios de la prórroga sugieren que se le dé un viraje al manejo de la zona desmilitarizada, que permita algún tipo de control internacional de lo que allí sucede. También reclaman «gestos de paz» por parte de las FARC.
El ex canciller y ex asesor de Paz Rodrigo Pardo afirmó que la negociación entre las FARC y el gobierno se encuentra en una fase crítica, previa a un endurecimiento de posiciones por parte de sectores que críticos con el proceso de paz.
A Pastrana no le queda otra salida que prorrogar la zona desmilitarizada para poder avanzar en la negociación con las FARC, dijo a IPS Marco Romero, investigador de la estatal Universidad Nacional.
Según Romero, para Pastrana hoy sería mucho más costoso en lo internacional carecer de un proceso de paz, pese a que dentro del país «las fuerzas cada día están más polarizadas y hay una tendencia de derechización muy fuerte contra el proceso».
Para los críticos del proceso, el costo de la prórroga es muy alto. Consideran que los cinco municipios desmilitarizados son utilizados por las FARC para consolidar su fuerza militar, para manejar los secuestros con los que financian sus actividades y para negocios de tráfico de drogas.
La semana pasada se presentó un gran despliegue de tropas, 2.500 soldados o más. La operación fue calificada de rutinaria por el comandante de las fuerzas armadas, general Fernando Tapias, aunque sus subalternos hablan del «Plan B»: la declaración de guerra abierta.
Las partes insisten, poco antes de que concluya la prórroga, en que el proceso debe continuar, pese a que mantienen sus posiciones polarizadas.
El gobierno le pide a la guerrilla que vuelva a la mesa de negociaciones y los insurgentes insisten en que se necesitan acciones efectivas contra los paramilitares, a los que se atribuyen 80 por ciento de las 154 masacres (hechos de violencia con más de cuatro muertos) registradas en 2000.
Así mismo, Marulanda afirmó que, a pesar del congelamiento, el diálogo sobre el intercambio humanitario de prisioneros se mantiene.
Las FARC propusieron firmar un intercambio de guerrilleros por soldados y militares, en caso de enfermedad. La guerrilla tiene en su poder unos 400 soldados y policías que serían canjeados por unos 300 guerrilleros presos en varias cárceles del país.
Para Luis Giraldo, negociador del gobierno y ex embajador de Colombia en Venezuela, las reuniones en curso por el intercambio humanitario dan mérito a la prórroga de la zona desmilitarizada.
Giraldo dijo que es optimista sobre la posible prórroga, así como sobre el descongelamiento de las negociaciones por parte de las FARC. «El pueblo colombiano se tiene que acostumbrar a que un proceso tiene desarrollo, avances y retrocesos que hay que superar», sostuvo.
Así mismo, el director del opositor Partido Liberal Luis Vélez se mostró partidario de una prórroga la zona desmilitarizada, condicionada a avances efectivos en la negociación, como la relativa a la sustitución de cultivos ilícitos, al cese de secuestros y al hostigamiento contra la población civil.
La agenda de negociación aprobada tiene 12 puntos agrupados en tres bloques, de los cuales se ha comenzado a dialogar sobre el primero, sobre asuntos económicos. (FIN/IPS/yf/mj/ip/01