CHECHENIA: La piedra en el zapato de Rusia

Activistas de los derechos humanos aseguran que la violencia persiste en Chechenia, aunque Rusia argumenta que las cosas están volviendo a la normalidad en esa república separatista.

La Unión Europea (UE) y otros sectores de la comunidad internacional cooperarán con Rusia en el intento de «parar los conflictos en el Cáucaso», declaró este jueves en Moscú el comisario europeo de Relaciones Exteriores, Chris Patten.

Patten también expresó su inquietud por el tratamiento ruso hacia la población civil en Chechenia.

El derecho al voto de Moscú fue suspendido por la Asamblea Parlamentaria del Consejo Europeo, el foro de 41 países, cuando se confirmó que el ejército ruso había violado los derechos humanos en Chechenia.

Moscú rechazó las críticas, negó haber cometido abuso alguno e insistió que la guerra es un asunto interno.

Frank Judd, presidente de la Comisión de Asuntos Políticos de la Asamblea Parlamentaria, dirigió una misión investigadora del Consejo Europeo que concluyó este jueves. La delegación de Judd preparará un informe final que será discutido por la Asamblea el próximo mes para decidir si se devolverá a Rusia el derecho al voto.

En Moscú, Judd reconoció que la situación mejoró en Chechenia desde hace un año. Los tribunales civiles se reinstauraron, disminuyó el número de puestos de control militares y la presencia militar también se redujo.

Diez tribunales civiles volvieron a abrir en Chechenia en las últimas dos semanas, informó Alexander Gusev, de la Corte Suprema, este viernes. Sus 20 jueces son todos chechenos, y ya ejercían el derecho antes de 1996, agregó.

Moscú destinó 5,3 millones de dólares este año para reactivar el sistema de justicia checheno.

Lord Judd también manifestó su inquietud por las desapariciones, mal trato, acoso, extorsión y masacres presuntamente perpetradas por los soldados rusos.

«Chechenia debe gobernarse por una administración civil mientras la presencia militar se debe limitar a un mínimo necesario», declaró Judd a la prensa este jueves. También criticó los métodos violentos empleados por los soldados rusos y rebeldes chechenos.

La violencia separatista quedó al descubierto el día 9 con el secuestro de Kenny Gluck, director de la misión de Médicos sin Fronteras (MSF), la organización benéfica que ganara el premio Nobel de la Paz, en el Cáucaso septentrional.

El secuestro obligó a MSF y a la Organización de las Naciones Unidas, entre otros grupos, a suspender sus operaciones en la región.

Los separatistas chechenos negaron que hayan secuestrado a Gluck, mientras los militares rusos aseguraron que hacen todo lo posible para hallar a Gluck.

La comunidad internacional procura que Moscú negocie con el líder checheno Aslan Masjadov. Rusia asegura apoyar la resolución política del conflicto, pero se negó a dialogar con los dirigentes independentistas y limitó sus relaciones a aquellos representantes chechenos que reconocen la soberanía rusa en la región.

Muchos dirigentes chechenos se negaron a cooperar con Moscú, cuando el Kremlin llegó a un acuerdo de paz con Masjadov en 1996. Pero en la última primavera boreal se logró avanzar cuando Ajmad Kadyrov fue nombrado jefe del gobierno checheno.

Kadyrov fue el principal clérigo musulmán en el gobierno de Masjadov y declaró la Jihad, o guerra santa, contra Rusia en la guerra de 1994-96.

Pero durante la segunda guerra en 1999, Kadyrov se pasó al bando ruso y se aseguró de que las tropas federales ocuparan su bastión, Gudermes, la segunda ciudad chechena, sin derramamiento de sangre.

«No existe guerra en Chechenia, sino actos aislados de sabotaje», dijo Kadyrov a la prensa este jueves, luego de reunirse con el presidente ruso Vladimir Putin.

Putin accedió a reformar la administración civil en Chechenia y autorizar medidas para reavivar la economía regional, según Kadyrov.

De hecho, Putin firmó un decreto que otorga más poderes al gobierno civil de Kadyrov. A pesar del optimismo oficial, las autoridades rusas informaron el jueves que el hijo de Kadyrov, Ramzan, sobrevivió a un intento de asesinato.

La comunidad internacional también instó a Rusia a reducir el tamaño de sus Fuerzas Armadas en Chechenia. Judd se reunió con Anatoly Kvashnin, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el jueves, para discutir el tema.

El mismo día, Putin, ordenó un plan para limitar los soldados estacionados en Chechenia.

Rusia perdió la guerra de 1994-96 contra los separatistas, pero recuperó el control en la región rebelde en la de 1999. Moscú planea estacionar la división 42 del ejército y una brigada en forma permanente en Chechenia.

A pesar de la fuerte represión contra los separatistas, las fuerzas federales soportan ataques rebeldes todos los días. En ocasiones, los aviones rusos lanzan bombardeos contra presuntas bases insurgentes en las zonas montañosas de Chechenia.

Algunas zonas aún exigen una «atención mayor», reconoció el ministro del Interior ruso Vladimir Rushailo, al visitar Chechenia el miércoles y en referencia a la capital, Grozny, y los distritos del sur. (FIN/IPS/tra-en/sb/mn/aq/ip/01

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