CAFE: Colombia propone revivir pacto de cuotas

Colombia propondrá a la Organización Mundial del Café revivir el pacto de cuotas entre productores e importadores, como mecanismo para regular un mercado mundial sectorial amenazado por la sobreoferta.

El planteo, que será presentado en la reunión del grupo a iniciarse este miércoles en Londres, contempla reinstaurar el sistema vigente hasta 1988, pero con asignaciones trimestrales y combinado con el actual plan de retención de la oferta puesto en marcha por la Asociación de Países Productores de Café (APPC).

Jorge Cárdenas, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, (Federacafé) es el encargado de hacer la propuesta, pese a ser bastante pesimista respecto de lograr un pacto de ese tipo.

«En este momento existe un mejor ambiente para las políticas de ordenamiento de la producción», pero aún falta demasiado para conseguirlo, admitió Cárdenas antes de partir a la reunión de Londres.

El directivo de Federacafé, organismo que nuclea a caficultores y al gobierno, explicó las dificultades para contar con «la plena solidaridad en el desarrollo de esta política de oferta y reducción», ya que el compromiso «de apoyar el plan de retención fue débil».

La propuesta de Cárdenas fue apoyada por exportadores particulares del grano, quienes coincidieron en que un acuerdo multilateral evitaría desbordar la capacidad de retención de la producción en cada país.

Jaime Martínez, gerente de una comercializadora del central departamento de Caldas, dijo a IPS que la propuesta para regular el mercado «es una buena fórmula», pero reconoció las dificultades para poner de acuerdo a tantos países con intereses y culturas diferentes.

Es muy difícil lograr la concertación multilateral que evite la sobreoferta en una reunión donde participan las 14 naciones que integran la APPC y las más de 50 involucrados en la actividad, comentó.

La APPC puso en práctica el 1 de octubre un nuevo plan de retención de las exportaciones, que permitirá reducir las existencias de los importadores de 17,1 a 11,1 millones de sacos de 60 kilogramos para fines de septiembre.

La medida tendrá un efecto positivo sobre los precios, y las existencias de los países productores llegarían al orden de los 20,9 a 32,1 millones de sacos para esa fecha.

Federacafé entiende que, en caso de no cumplirse el programa de retención de 20 por ciento de la producción exportable del período cafetero 2000-2001, que comienza cada septiembre, la cosecha colombiana podría llegar como mínimo a 85,2 millones de sacos y las existencias a los 22 millones de sacos.

Algunos analistas creen que esa cantidad de café en manos de los importadores no sólo ocasionaría un mayor deterioro en los precios internacionales y en el ingreso de los productores, sino que terminaría por afectar los cultivos como ocurrió entre 1990 y 1994.

En el caso de Colombia, la ruptura del pacto de cuotas de 1988 llevó a una crisis de la caficultura, cuyos ingresos por exportaciones se redujeron en cerca de 50 por ciento. La situación empeorará si se mantiene la tendencia mundial de una mayor producción.

Colombia exportaba a comienzos de la década del 90 cerca de 11,2 millones de sacos cada año, que le representaban ingresos por 2.252 millones de dólares, equivalentes a 15 por ciento del total de las ventas externas.

Sin embargo, en el período 1999-2000 las ventas bajaron a 9,5 millones de sacos, que produjeron divisas por 1.040 millones de dólares.

La crisis llevó a que Federacafé adoptara drásticos recortes en los programas de apoyo, que incluyen asistencia técnica a los caficultores, investigación e inversión social. (FIN/IPS/yf/dm/if/01

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