BRASIL: Gobierno promete fin del analfabetismo en esta década

El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, anunció hoy el Plan Nacional de Educación, cuya meta es alfabetizar a 10 millones de jóvenes y adultos en cinco años y eliminar el analfabetismo en esta década.

Unos 15 millones de brasileños de 15 o más años no saben leer ni escribir, según estadísticas de 1999, que serán actualizadas por el censo realizado entre agosto y octubre pasados y cuyos resultados referentes a la enseñanza se conocerán este año.

Eso corresponde a 13,3 por ciento de la población en esa edad, pero con una distribución muy desigual. El índice en el medio rural es cuatro veces mayor que el de las ciudades y el analfabetismo es mucho más elevado en las regiones norte y noreste, bajando en el sur y sudeste.

Hay municipios aislados en el interior de las regiones más pobres en que la tasa de analfabetos supera 80 por ciento.

El Plan, aprobado por el Congreso en cumplimiento de una disposición constitucional, eleva de cinco a siete por ciento del producto interno bruto la parte del presupuesto a destinarse a la enseñanza, sumando recursos del gobierno central, estaduales y municipales.

Además del combate al analfabetismo, Brasil deberá mejorar la calidad de sus escuelas y ampliar el acceso de la juventud a las enseñanza media y superior, observó Cardoso.

Un desafío para 2010 es que por lo menos 30 por ciento de la población entre 18 y 24 años esté en la universidad, «una meta ambiciosa», reconoció el ministro de Educación, Paulo Renato Souza, ya que el porcentaje actual es de sólo ocho por ciento.

Pero la posibilidad de alcanzarla se basa en el explosivo crecimiento de la cantidad de estudiantes universitarios en el país, de 43,1 por ciento entre 1994 y 1999. La enseñanza media alimenta con creces esa evolución: en el mismo período sus alumnos aumentaron 57,4 por ciento.

El ministro aseguró que el fin del analfabetismo en 10 años es «perfectamente factible», si los próximos gobiernos mantienen la actual prioridad a la educación, con el necesario aumento de inversiones.

Al final del gobierno de Cardoso, en 2002, el índice bajará a menos de 10 por ciento y podrá estar por debajo de cinco por ciento en 2007, previó, en base al rumbo definido por los cambios estructurales que tuvieron lugar desde 1995.

La universalización de la enseñanza primaria, ahora denominada «fundamental» en Brasil, está prácticamente asegurada a todos los niños de siete a 14 años, argumentó. Actualmente más de 96 por ciento de esa población infantil ya frecuenta la escuela, frente a 86 por ciento en 1991.

Además, están en marcha programas de mejora de la calidad de la enseñanza en todos los niveles y se busca expandir la educación infantil y para niños con necesidades especiales, además de la atención específica para evitar las repeticiones y la evasión escolar, observó Souza.

Una prioridad de su Ministerio es la enseñanza media, que actualmente es frecuentada por 33,4 por ciento de la población en la edad adecuada, de 15 a 17 años. La meta consiste en elevar ese índice a 80 por ciento.

Toda esa evolución hace que el analfabetismo tienda a cero, ya que las nuevas generaciones tienen escuelas aseguradas, argumentó el ministro, y en su opinión, el problema se concentra en las personas de más de 50 años.

Para alfabetizar a los jóvenes y adultos, el gobierno promueve el programa Alfabetización Solidaria, movilizando universidades y sectores privados. Desde 1997 más de 1,5 millones de personas mayores de 15 años recibieron los cursos de seis meses.

La prioridad del programa son los municipios donde el analfabetismo supera 30 por ciento. Hasta ahora son atendidos poco más de 1.200 de un total de 5.500 municipios existentes en el país.

Sus resultados, sin embargo, son poco alentadores, según evaluaciones que indican que sólo una cuarta parte de los alumnos terminan el curso con capacidad para leer y escribir textos sencillos. Además, hay críticas sobre el costo, de 18 dólares mensuales por alumno, cuatro veces más que en otras experiencias.

También la enseñanza regular enfrenta problemas de desempeño, según las evaluaciones promovidas por el Ministerio de Educación. Pruebas hechas en los últimos años indicaron que muchas escuelas superiores no cumplen las exigencias mínimas y están amenazadas de cierre.

En la enseñanza fundamental se comprobó que los resultados cayeron en los últimos años, lo que algunos expertos atribuyen al sistema que evita repeticiones, promoviendo automáticamente a los alumnos al grado siguiente y exigiendo desempeños mínimos en ciclos de dos años.

Por eso se indica que a los impresionantes resultados cuantitativos obtenidos en los últimos años debe seguir un gran esfuerzo en elevar la calidad de la educación en Brasil. (FIN/IPS/mo/ag/ed/01

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe