BANANO: La guerra de Chiquita y la Unión Europea

La Unión Europea (UE) negó que su régimen de importación del banano sea el responsable de los problemas financieros que atraviesa Chiquita Brands, la trasnacional exportadora del fruto con sede en Estados Unidos.

Steven Warshaw, el presidente de Chiquita, dijo el martes al anunciar la restructura financiera de la compañía que ésta deberá cesar el pago de su deuda debido a la debilidad de las monedas europeas y «al corrosivo impacto» de los ocho años de un régimen europeo «ilegal que aún sigue sin cambiar».

Jean Christophe Filori, portavoz de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, negó que la situación de Chiquita esté vinculada a las condiciones del mercado europeo.

«Si hay una zona o mercado donde Chiquita podría hacer dinero, en realidad es la UE, así que no tienen razón alguna para quejarse», dijo a la prensa de Bruselas el jueves.

«La mejor prueba es que a algunos de los principales competidores de Chiquita que también están presentes en el mercado europeo les va bien», agregó.

De hecho, la principal rival de Chiquita, la estadounidense Dole, apoya la propuesta europea para crear un nuevo régimen del banano que continúa las cuotas de importación durante cinco años y cambia a un régimen de aranceles el 1 de enero de 2006.

El presidente de Dole, David DeLorenzo, dijo que el nuevo régimen, adoptado en Bruselas el 19 de diciembre, «es un método no discriminatorio para distribuir los derechos de importación del banano latinoamericano a la UE, que cuenta con el apoyo de Dole».

Chiquita sugirió que podría declarar la bancarrota y declaró el martes que continuará sus gestiones para «resolver esta disputa comercial en forma legal y justa».

La disputa seguramente recrudecerá cuando George W. Bush jure como presidente de Estados Unidos este sábado. El diario The New York Times informó esta semana que Chiquita, cuyo presidente Carl H. Lindner es contribuyente de los dos grandes partidos políticos del país, presiona al gobierno para que actúe en su favor.

La Organización Mundial de Comercio (OMC) apoyó las sucesivas protestas del gobierno saliente de Bill Clinton en los años 90 por la actitud de la UE.

«Cuando Europa impuso por primera vez barreras al banano, Chiquita buscó la ayuda de Washington y fue escuchada», según el diario, que agregó que Lindner aportó 550.000 dólares al Partido Republicano y 270.000 al Demócrata.

Junto con Dole y Del Monte, Chiquita abarca más de 60 por ciento del comercio mundial del banano. El sistema de importaciones, ventas y distribución de la UE, que compra 40 por ciento del fruto vendido en el mundo, por unos 5.000 millones de dólares, fue censurado por los tribunales internacionales.

La OMC calculó que, por cada año que las políticas de la UE han estado vigentes, Chiquita tuvo pérdidas anuales de 200 millones de dólares, lo cual equivale a más de 1.500 millones desde 1993.

En abril de 1999 la OMC falló que el régimen europeo favorece a sus antiguas colonias en el grupo de países de Africa, el Caribe y el Pacífico, en detrimento de los productores de América Latina y de compañías estadounidenses como Chiquita y Dole.

La Comunidad del Caribe (Caricom), integrada por 15 países, declaró el jueves que el nuevo régimen no brinda el acceso continuo al banano de ACP que el Acuerdo de Cotonou firmado con la UE en junio de 2000 le aseguraba.

«Este sistema convertirá el comercio del banano en una lotería para los productores del Caribe,», declaró el grupo.

Cuando la UE no cumplió con la fecha límite de enero de 2000 fijada por la OMC para reformar el régimen, Ecuador, el principal productor de banano del mundo, y Estados Unidos, donde se encuentran las principales trasnacionales que distribuyenn el banano latinoamericano en el mercado europeo, anunciaron sanciones contra la UE por cientos de millones de dólares.

Estas sanciones tienen el respaldo de países latinoamericanos productores de banano, como Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panama y Venezuela.

Funcionarios europeos señalan que la propuesta actual, que entrará en vigor el 1 de abril, es compatible con las normas de la OMC. Sin embargo, los exportadores de banano latinoamericanos insisten que la UE otorgue licencias de importación teniendo en cuenta la magnitud del comercio que tenía cada país con Europa.

«Casi todo el hemisferio occidental, incluso (los países productores de banano) del Caribe, así como los países africanos y muchos estados miembros de la UE, consideran que el último plan de la UE… es ilegal con respecto a la OMC», según Chiquita. (FIN/IPS/tra-en/bk/mn/aq/if/01

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