AMBIENTE-YUGOSLAVIA: Uranio empobrecido agrava la catástrofe

El bombardeo contra Yugoslavia por parte de la OTAN en 1999, en que se utilizó munición reforzada con uranio empobrecido, ocasionó una catástrofe ambiental y sanitaria que podría afectar a países vecinos.

«Serbia fue parte de un experimento ambiental de la OTAN. Somos cobayas para determinar las consecuencias de una contaminación que, sin embargo, no reconoce fronteras. Los países vecinos deberían preocuparse», dijo Simon Djarmati, profesor universitario en Vojvodina.

Miles de toneladas de sustancias químicas de alta toxicidad fueron liberadas sin control en el aire, el suelo y el agua en Serbia, y lo más probable es que hayan ingresado en la cadena alimenticia, advirtió Djarmati.

Esas sustancias podrían trasladarse, a través del río Danubio o de aguas subterráneas, hacia Rumania, Bulgaria y el mar Negro, agregó el experto.

«Los bombardeos de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) causaron una catástrofe ambiental en el sentido más amplio del término», dijo Dusan Reljin, profesor universitario de química en Novi Sad, la segunda ciudad de Serbia, 74 kilómetros al norte de Belgrado.

Novi Sad fue uno de los blancos frecuentes de los ataques de la OTAN entre el 24 de marzo y el 8 de junio de 1999. Se estima que tres de sus grandes puentes sobre el río Danubio fueron destruidos por municiones reforzadas con uranio empobrecido procedente del desecho de centrales de energía atómica.

Además, 18 depósitos colmados de crudo en la refinería de petróleo de Novi Sad fueron destruidos por ataques aéreos. Cientos de toneladas de combustibles fueron vertidas al suelo, mientras nubarrones negros pendieron sobre la ciudad durante semanas.

Los proyectiles blindados con uranio, sustancia de gran densidad, son capaces de penetrar en tanques o en edificios antes de detonar.

La OTAN admitió en una carta enviada el año pasado al secretario general de la ONU, Kofi Annan, que aviones estadounidenses dispararon por la guerra en Kosovo 31.000 proyectiles blindados con uranio agotado en 100 misiones, es decir 10 toneladas de esa sustancia.

La leucemia y otros extraños cánceres que constituyen el denominado «síndrome de los Balcanes», diagnosticado a militares italianos, españoles y franceses que participaron en operativos en Bosnia y Yugoslavia en los últimos cinco años, son atribuidos a esa munición.

Sin embargo, la OTAN declaró el día 10 que carece de pruebas de que «la exposición a municiones de uranio empobrecido represente un riesgo importante para la salud» de militares y civiles en los Balcanes. La declaración en inglés fue publicada en Internet (http://hq.nato.int/docu/pr/2001/p01-002e.htm).

«Además de uranio empobrecido, muchos otros tóxicos se encuentran en el suelo, el agua y el aire a nuestro alrededor. Es difícil pronosticar cómo y cuándo nos desembarazaremos de ellos», advirtió Reljin.

Por lo menos 23 centrales petroquímicas, refinerías y depósitos de combustible en Yugoslavia fueron bombardeadas, así como al menos 121 grandes complejos industriales donde se manejaban sustancias peligrosas para la salud humana.

La OTAN emprendió la operación «Fuerza Aliada» para castigar al hoy ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic por reprimir a la población de origen albanés, mayoritaria en la provincia de Kosovo, en Serbia, la principal república de las dos que componen la federación.

La alianza occidental aseguró el año pasado que la mayoría de los lugares afectados por proyectiles reforzados por uranio empobrecido eran blancos militares, pero expertos yugoslavos afirman que se trata de sitios cercanos o dentro de zonas de densa población.

El Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente (Pnuma) investigó en conjunto con expertos serbios los efectos de los bombardeos, que se concentraron en los poblados de Pancevo, 15 kilómetros al noreste de Belgrado, Novi Sad, Nis y Kragujevac, así como sobre el río Danubio.

La investigación, cuyos resultados se encuentran en el sitio en Internet de la oficina del Pnuma en los Balcanes (http://balkans.unep.ch), concluyó que 100.000 sustancias fueron liberadas en la atmósfera en incendios de varios días, y que luego contaminaron el suelo y el agua.

«Los análisis preliminares demuestran que las preocupaciones por el ambiente y la salud son justificadas», dijo el finlandés Pekka Haavisto, jefe del programa del Pnuma en los Balcanes a IPS en agosto de 1999.

«Nuestras preocupaciones siguen siendo las mismas, lo que obliga a una investigación ambiental global con un análisis sobre las consecuencias a largo plazo» de los bombardeos, dijo esta semana a IPS Slobodan Tosovic, del Instituto de Salud de Belgrado.

Una fábrica de fertilizantes, un complejo pretroquímico y una refinería fueron alcanzados por proyectiles varias veces en Pancevo. Las tres instalaciones se ubicaban en ocho kilómetros cuadrados y a pocos cientos de metros de zonas residenciales.

Ocho toneladas de mercurio se vertieron en el río Danubio tras el bombardeo de la fábrica de fertilizantes en Pancevo. Dos toneladas de etileno diclórido, un fuerte cancerígeno, fueron liberadas a la atmósfera y también cayeron sobre el río, afirman expertos.

El bombardeo continuo de centrales de energía y transformadores en toda Serbia liberaron sustancias contaminantes como el PCB Pyralene, que causa cáncer de piel e hígado y esterilidad masculina, agregaron.

Esa sustancia puede ser transmitida de madre a hijo a través del amamantamiento, aseguraron investigadores del Pnuma a IPS.

Serbia era un exportador de alimentos naturales y saludables, debido a su tierra de buena calidad y reducido uso de fertilizantes, y contaba con esa característica distintiva para su resurgimiento económico.

«Las posibilidades son ahora escasas», dijo el experto agrícola Zaharije Trnavcevic. (FIN/IPS/tra-eng/vpz/mn/mj/en he/01

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