Ministros de Economía y presidentes de Bancos Centrales del Mercosur decidieron hoy en esta ciudad brasileña fijar metas en el área fiscal y de inflación, para avanzar en la convergencia macroeconómica.
En el año próximo, los países del bloque (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y sus asociados Bolivia y Chile anunciarán en conjunto sus objetivos para el costo de la vida, déficit fiscal nominal y deuda neta del sector público consolidado, que deben apuntar a las metas comunes que se aplicarán a partir de 2002.
La inflación no podrá superar cinco por ciento al año entre 2002 y 2005, con una excepción para Brasil en 2002, que acordó con el Fondo Monetario Internacional una meta de 3,5 por ciento, pero con la posibilidad de subir o bajar dos puntos, pudiendo llegar por tanto a 5,5 por ciento.
Pero en 2003 se definirá también un «núcleo inflacionario», con los precios más representativos y no sujetos a oscilaciones coyunturales y estacionales, y a partir de 2006 su índice tendrá un límite máximo de cuatro por ciento, informó el ministro de Hacienda brasileño, Pedro Malán, vocero de la reunión.
Paraguay, que tiene actualmente los niveles de inflación más elevados, tendrá un tratamiento especial, con un plazo hasta 2006 para ajustarse a las metas comunes.
En cuanto al déficit fiscal, o la «variación de la deuda fiscal neta del sector público consolidado», en el lenguaje de las autoridades económicas, se fijó en tres por ciento del producto interno bruto (PIB) a partir de 2002.
Pero se admitió un período de adecuación en 2002 y 2003, en el que Brasil podrá registrar un máximo de 3,5 por ciento del PIB.
La deuda pública neta consolidada tendrá una medición en el trienio 2002-2004, para obtención de un promedio en relación al PIB. A partir de 2005 los países miembros del Mercosur deberán definir una trayectoria declinante de ese indicador para que en 2010 esté por debajo de 40 por ciento.
Cada país podrá, sin embargo, fijar metas individuales inferiores.
El incumplimiento de una meta fijada obliga el país a justificarlo ante los demás socios y presentar un programa de medidas de corrección y retorno a los objetivos establecidos.
Las diferencias cambiarias no impiden que se cumplan las metas comunes, sostuvo el presidente del Banco Central brasileño, Arminio Fraga. (FIN/IPS/mo/ag/if/00