/Perspectivas 2001/ DESARROLLO: Año de decepciones, según Annan

Inmensas áreas de pobreza subsisten con pequeños centros de riqueza al finalizar el milenio, se lamentó el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan.

«Vivimos en un mundo en el que coexisten la enorme riqueza y la extrema pobreza», dijo el martes pasado a los periodistas en su mensaje de fin de año, en el que hizo una evaluación de los avances hechos por la humanidad.

Este año, 306 multimillonarios llegaron a acumular una riqueza total de 1,27 billones de dólares, lo cual representa un importante incremento respecto de 1999, según la lista anual de las personas más ricas del mundo elaborada por la revista Forbes .

No es de sorprender que sean los presidentes de las compañías de computación Microsoft, Bill Gates, con 60.000 millones de dólares, y de Oracle, Larry Ellison, con 47.000 millones de dólares, quienes lideren la lista, si se considera la enorme riqueza que genera la llamada revolución tecnológica.

Annan manifestó su desilusión por los pocos avances registrados en 2000 sobre desarrollo, asistencia internacional, alivio de la deuda, inversión directa y acceso al mercado de los países en desarrollo.

La Cumbre del Milenio de la ONU, celebrada en septiembre, que marcó historia por el número de jefes de Estado y de gobierno reunidos en Nueva York, fue considerada el comienzo de una nueva etapa en la que se buscaría alcanzar el desarrollo de todos los países y acabar con la pobreza.

Los gobernantes mundiales se comprometieron a reducir a la mitad, para 2015, el número de personas que viven con menos de un dólar por día y el número de víctimas del hambre y de la falta de agua potable.

También prometieron asegurar la igualdad de acceso a todos los niveles de la educación para niñas y niños, reducir la mortalidad infantil y controlar la propagación del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), la malaria y otras grandes enfermedades.

Por último, acordaron mejorar el nivel de vida de al menos 100 millones de habitantes de barrios pobres para 2020.

Pero «ninguna de estas metas podrán ser alcanzadas a menos que exista un verdadero desarrollo en todo el mundo, en particular en los países pobres, y el desarrollo nunca llegará si no hay recursos», advirtió Annan.

La Cumbre del Milenio tuvo lugar poco después de que se celebrara en Ginebra la Cumbre Social, la cual, entre otras cosas, prometió «movilizar nuevos y adicionales recursos para el desarrollo social en todo el mundo».

«En el pasado tendíamos a considerar la asistencia internacional como la herramienta fundamental para sacar a los países pobres de su miseria», observó Annan.

Pero los datos indican que esta estrategia no ha funcionado. Durante más de tres décadas, las naciones ricas no cumplieron con la meta de dedicar 0,7 por ciento de su producto interno bruto a la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD). Sólo Dinamarca, Holanda, Noruega y Suecia alcanzaron ese objetivo.

En los hechos la AOD pasó de 63.000 millones de dólares en 1992 a 52.000 millones en 1998, una tendencia decreciente que se cree continuará. Pero según el producto interno bruto de los países industrializados, la ayuda debería ser de 100.000 millones de dólares más de la cifra actual.

Un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) subrayó que la inversión extranjera directa se incrementó en 1999 luego de la crisis financiera asiática de 1997.

Pero, según Annan, ésta estuvo dirigida sólo a 12 países. Los datos de la UNCTAD muestran que 93.000 millones de dólares en nuevas inversiones fueron a Asia oriental (China, Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwan) y 90.000 millones a América Latina (sobre todo Argentina, Brasil y México).

Las inversiones en Africa continuaron siendo escasas, con sólo 10.000 millones de dólares el año pasado.

En la cumbre de Colonia, Alemania, de 1999 y en Japón este año, los países más poderosos del mundo reunidos en el Grupo de los Ocho prometieron aliviar la carga de la deuda externa para los más pobres. Pero la promesa no se cumplió debido a las diferencias que se sucitaron entre estas naciones.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional lanzó su iniciativa de aliviar la deuda a los 20 Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC) antes de finalizado el año 2000. El organismo multilateral está negociando con cinco países africanos para llegar a la meta prevista.

Analistas sostienen, sin embargo, que aun cuando se logre, el alivio de la deuda para los países pobres negociado por el FMI es por un monto mucho menor al que había prometido.

«Los países en desarrollo prefieren competir en el mercado antes que vivir de limosnas», afirmó Annan. Para esto, muchos países han introducido cambios institucionales y legales de manera de «crear un ambiente propicio para la inversión».

Annan sostiene que los países en desarrollo deben profundizar las reformas para atraer los capitales, pero también es necesario que se les alivie más su deuda externa y se les abran los mercados. (FIN/IPS/tra-en/cr/da/rp aq/dv/00

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