MEXICO-EEUU: Relación cambiará poco con Fox y Bush, cree experto

Las relaciones entre México y Estados Unidos, países que comparten tensiones y sinergias, caminarán hacia nuevos rumbos en 2001, según prometen los presidentes elegidos este año. Pero analistas creen que poco cambiará en los hechos.

El gobernante mexicano desde el día 1, Vicente Fox, y George W. Bush, quien asumirá ese cargo en Estados Unidos el 20 de enero, coinciden en la necesidad de profundizar las relaciones, enlazada por una frontera de 3.200 kilómetros, pero difieren en puntos polémicos como la emigración.

Bush explicó que la relación con México requiere un relanzamiento, pues Estados Unidos está destinado a tener vínculos con su vecino del sur, tan especiales como los que tiene con Canadá y Gran Bretaña.

«Tenemos declaraciones coincidentes entre Fox y Bush, pero también visiones diversas. Habrá que verlo en los hechos, pero en principio no habrá cambios importantes en las relaciones», dijo a IPS Jorge Chabat, experto en relaciones internacionales del Centro de Docencia e Investigación Económica (CIDE).

Fox y Bush reciben países embarcados en vínculos que no cambiarán, quizá se acelere lo comercial o se pongan matices en algunos temas, pero todo seguirá en la misma dirección, agregó.

México, del que cada año salen más de dos millones de personas hacia Estados Unidos, ya sea con documentos de migración o sin ellos, es el segundo proveedor de productos de ese país vecino y su principal destino de exportaciones y origen de importaciones.

Fox, el primer presidente de México que no pertenece al Partido Revolucionario Institucional en 71 años, propone abrir la frontera con Estados Unidos al libre tránsito de personas en un plazo de 20 a 30 años.

El mandatario, entre sus primeros actos de gobierno, implementó mecanismos para defender los derechos de los potenciales emigrantes y de los que ya lograron cruzar la frontera norte.

Entre 1996 y lo que va de este año cerca de 1.000 mexicanos fallecieron en su intento por llegar a territorio estadounidense.

Se calcula que ocho millones de mexicanos de nacimiento viven en Estados Unidos, 2,5 millones de ellos sin los documentos correspondientes. Estudios indican que esa cantidad se eleva a más de 21 millones de personas, si se suman los descendientes.

«La apertura de fronteras propuesta por Fox es una visión optimista, pero no tengo seguridad sobre la viabilidad de la misma», expresó Bush.

Por su parte, el presidente de México afirmó durante la campaña electoral que insistirá en su propuesta y recordó que Estados Unidos no podría crecer ni desarrollarse como hoy lo hace sin la mano de obra de los emigrantes.

Pero Bush, lejos de una potencial apertura, propuso en su lugar incrementar aún más el número de agentes para controlar la frontera con su vecino del sur.

«Podemos tener puntos de vista diferentes (con Estados Unidos), pero si logramos construir una relación basada en la confianza y la franqueza, estoy seguro que podemos encontrar soluciones innovadoras, aceptables y justas», ha declarado Fox.

Las diferencias con México serán «inevitables, pero entre familia no entre rivales», respondió Bush.

El nuevo canciller mexicano Jorge Castañeda sostiene que la relación con Estados Unidos requiere una revisión.

Castañeda, quien fue un duro crítico del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), es calificado de comunista por Jesse Helms, senador del Partido Republicano, el mismo de Bush.

Las migraciones, el ambiente y los derechos humanos son capítulos en lo que se debe buscar avances a través del diálogo, señaló Castañeda.

El TLCAN, que arrancó en enero de 1994 entre Canadá, Estados Unidos y México, permitió a este último país elevar su comercio exterior de 92.000 millones de dólares anuales a más de 270.000 millones.

Sin embargo, en forma paralela a ese intercambio, se incrementaron los problemas de emigración mexicana y de narcotráfico y creció el desarrollo desigual en las zonas de frontera.

El gobierno de Fox preparara un proyecto que intenta aprovechar en beneficio del país 25 por ciento de los más de 6.000 millones de dólares que cada año envían los mexicanos residentes en Estados Unidos.

«No esperemos sorpresas en la relación entre México y Estados Unidos, todo seguirá más o menos igual, aunque quizá se acelere, pues Bush sabe algo más de México que la mayoría de los políticos de ese país», opinó Chabat.

El experto del CIDE recordó que, aunque Fox y Bush deseen modificar de forma importante el rumbo de las relaciones entre ambos países, lo que parece improbable, se verán muy limitados por los respectivos congresos legislativos. (FIN/IPS/dc/dm/ips/00

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