Ceder a las imposiciones de Estados Unidos y crear el ALCA en las actuales condiciones equivale al suicidio, alertaron hoy las centrales sindicales del Mercosur, que pidieron a los gobiernos someter a plebiscito un eventual tratado de libre comercio de toda América.
Unos 700 representantes de las centrales sindicales del Cono Sur de América aprobaron en el balneario brasileño de Florianópolis la declaración «Por un Mercosur con empleo, salarios y protección social», al finalizar este jueves su reunión de dos días.
La Cumbre Sindical del Mercosur (Mercado Común del Sur) pidió también este jueves a los gobiernos que sometan a plebiscitos nacionales una eventual adhesión al ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas), proyecto que negocian 34 países del continente y en que Estados Unidos muestra especial interés.
Acuerdos como la integración hemisférica pueden tener «consecuencias muy negativas para nuestros pueblos», afirmaron los sindicalistas en una carta dirigida a las autoridades del bloque y entregada a José Botafogo Gonçalves, embajador especial de Brasil ante el Mercosur.
Por eso, recomendaron a los gobiernos que no se adopten decisiones al respecto sin consulta previa a la ciudadanía.
La reunión, celebrada en la sede de la Escuela Superior de Turismo de Florianópolis, es la segunda organizada por la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur, que asegura representar a 20 millones de trabajadoras y trabajadores.
El reclamo de consultas populares resulta de un análisis de la situación social en los países de la región, en la última década.
En ese periodo, que coincidió con la implantación del Mercosur, se agravaron las condiciones de empleo, ingresos y de derechos variados de los trabajadores, señala la carta.
Eso «urge la adopción de políticas inmediatas, con prioridad para la solución de esos problemas», afirman los sindicalistas, que condenaron en su declaración final las políticas económicas de los gobiernos de la región, por entender que corresponden a un «modelo global de integración» que agrava la crisis social.
También dijeron que ya cayeron en el olvido las declaraciones de los presidentes sudamericanos que, reunidos en Brasilia a fines de agosto, resolvieron «no ceder en plazos y condiciones de negociación dentro del ALCA» y que avanzarían un acuerdo entre el Mercosur y la Comunidad Andina para involucrar luego toda América del Sur.
En estos escasos tres meses y medio Ecuador mantuvo la dolarización de su economía, se impuso el Plan Colombia de lucha contra las drogas, Chile volvió a negociar su adhesión al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, indica el documento.
El texto agrega que la anticipación de la entrada en vigor del ALCA retornó a la escena, ahora apoyada por el gobierno chileno y funcionarios de Argentina, Brasil y Uruguay.
Esos cambios responden a imposiciones que para los pueblos del Sur es un «suicidio», declaran los líderes sindicales.
Aseguran que, si la integración entre países del Sur se mostró inadecuada, porque no conllevaba políticas de promoción del desarrollo, son previsibiles los efectos del libre comercio en tales condiciones, con dos de las siete mayores potencias económicas mundiales, como Estados Unidos y Canadá.
En la estructura del ALCA no se prevé ninguna participación de la sociedad civil, ya que la mayoría de las negociaciones y documentos son vedados al público, critica el documento que será presentado este viernes a la Cumbre del Mercosur, que también se realiza en Florianópolis.
Ante ese cuadro, los sindicalistas llaman a los trabajadores y trabajadoras a una movilización para que sean alteradas las políticas económicas de los países del Cono Sur, «rechazando las presiones del Fondo Monetario Internacional y del Departamento del Tesoro estadounidense».
Además quieren acelerar la «formación de un bloque económico y social en América Latina», la adopción de políticas de desarrollo como prioridad en el Mercosur y plebiscitos para que la población de cada país acepte o rechace la decisión gubernamental de adherir al ALCA.
La integración comercial hemisférica, tal como se conduce, limita las instituciones nacionales que deberían decidir los destinos del país, descartando los mecanismos que permitan a la sociedad asegurar una gestión democrática del Estado, añade la declaración.
Como forma de ampliar la eficacia de la movilización de los trabajadores, las centrales sindicales se disponen a buscar alianzas con otras organizaciones representativas de la sociedad para influir en las decisiones del Mercosur, a través del Foro Consultivo Económico y Social, donde tienen asiento.
El movimiento sindical ya obtuvo victorias, como la Declaración Sociolaboral, aprobada en 1998, que asegura derechos sociales en el ámbito del Mercosur, se recordó.
El Foro Social Mundial, que tendrá lugar en Porto Alegre, sur de Brasil, del 25 al 30 de enero, reunirá a organizaciones de todo el mundo para proponer alternativas al neoliberalismo.
También se buscará allí oponerse al Foro Económico Mundial de Davos, que discute estrategias del mundo financiero y empresarial, y será una oportunidad para fortalecer la unión del sindicalismo, según los sindicalistas del Cono Sur americano. (FIN/IPS/mo/dm mj/ip if lb/00