En el umbral del nuevo siglo, la Comunidad Andina (CAN) sigue avanzando hacia la creación de un mercado común, meta programada para 2005, pero no logra aún el ritmo adecuado.
El secretario general de la CAN, el venezolano Sebastián Alegrett, admitió que el mercado andino se mantiene en un nivel precario en relación con las posibilidades del intercambio recíproco existente, y que para alcanzar la meta del mercado común en el plazo señalado «se tendrá que acelerar el proceso».
Los gobiernos de los cinco países miembros (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) comparten la voluntad política de acelerar el proceso, señaló Alegrett, pero precisó que el sector privado no muestra el dinamismo ni la flexibilidad necesarios.
«El aspecto político es importante para fortalecer la integración, pero el escenario principal del proceso son las relaciones comerciales, de modo que el papel de los empresarios es fundamental», subrayó el alto funcionario de la CAN.
Proyecciones técnicas apuntan que cuando se arribe al Mercado Común Andino, el comercio recíproco debe ubicarse en torno a 10.000 millones de dólares, lo que significaría prácticamente duplicar el monto actual en los próximos cuatro años.
«La mayoría de los empresarios de la subregión busca mercados más distantes y se comporta como si el mercado andino fuera pequeño, cuando en realidad supera los cien millones de potenciales compradores», comentó Alegrett.
El secretario general de la CAN descartó que el escaso entusiasmo empresarial se deba a la falta de difusión de las oportunidades comerciales en los mercados andinos, aunque reconoció que podría mejorarse el trabajo en esta materia y buscarse nuevas formas de promoción.
En cuanto al respaldo político de los gobiernos, los analistas destacan que el panorama no es tan positivo como podría desprenderse de la apreciación de Alegret.
Por ejemplo, el ex presidente de Perú, Alberto Fujimori, rechazó en 1995 el arancel externo común, uno de los mecanismos claves del proyecto de Mercado Común.
Ese año, la CAN adoptó un arancel externo de cuatro niveles (cinco, 10, 15 y 20 por ciento), en el que las tasas más bajas corresponden a insumos y bienes de capital, y las más altas a productos terminados.
La resistencia de Fujimori a este esquema proteccionista se debía al compromiso contraído ante el Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC) de adoptar un arancel plano para asociarse con el mercado emergente más dinámico del mundo.
El nuevo gobierno peruano de Valentin Paniagua ha manifestado a través de su ministro de Economía, Javier Silva Ruete, que avanzará decididamente hacia la adopción del arancel externo común andino.
Pero se trata de un gobierno transitorio, hasta el 28 de julio, fecha en la que Paniagua entregará el mando a quien gane las elecciones que se celebrarán en abril, por lo que subsiste la incógnita sobre la política de integración que adoptará el nuevo gobierno.
Por otro lado, podrían estarse gestando dificultades en uno de los países más importantes del bloque andino: Venezuela. Portavoeces gubernamentales revelaron que el presidente Hugo Chavez comparte las críticas de Alegrett respecto de la falta de voluntad de algunos sectores empresariales andinos.
«Hay mucha retórica y poca práctica integracionista», indicó el canciller José Vicente Rangel, en declaraciones que revelaron cierto desaliento de Caracas, y aseguró que en cada uno de los países «subsisten pequeños grupos de intereses empresariales que quieren tener cerrados sus mercados».
En este sentido, Rangel advirtió que están considerando «la posibilidad de que Venezuela condicione su permanencia a la superación de las barreras existentes en algunos países de la subregión, que impiden el avance de la integración».
No obstante, también podrían encontrarse fuentes para el optimismo, pues pese a la crisis política que vivió la subregión en este año, el comercio exterior de los países andinos creció en 27 por ciento, casi el triple que el comercio mundial.
En 2000, el intercambio entre las naciones andinas alcanzó a 5.021 millones de dólares, ante 3.940 millones el año anterior.
Colombia y Venezuela tuvieron este año los mayores montos de intercambio, con 2.006 y 11.575 millones de dólares, respectivamente. En cuanto al crecimiento, el aumento más significativo fue el de Ecuador, con 44,7 por ciento, seguido de Venezuela, con 29 por ciento y Perú, con 26,2 por ciento.
Considerado en una perspectiva más amplia, el comercio andino se cuadruplicó en la década pasada, subiendo de 1.329 millones de dólares en 1990 a más de 5.000 millones este año.
El producto interno bruto conjunto de los cinco países andinos se calcula en 280.000 millones de dólares, dos por ciento mayor que la del año anterior.
Alegrett destacó, por último, los resultados favorables de las políticas para revertir la inflación en los países andinos, que llega a 80 por ciento anual en Ecuador y 15 por ciento en Venezuela, en tanto se ubica en menos de 10 por ciento en Perú, Bolivia y Colombia.
«Existe un acuerdo entre los ministros de Hacienda y los bancos centrales de la CAN de tener en el año 2002 una inflación menor a 10 por ciento en todos los países andinos», concluyó Alegret. (FIN/IPS/al/ag/if/00