El nuevo régimen de compras del banano aprobado por la Unión Europea (UE), destino de 40 por ciento del fruto comercializado en el mundo, causó gran preocupación en los países productores de la Comunidad del Caribe (Caricom).
Tras una reunión entre funcionarios de Estados Unidos y la UE se anunció esta semana que el bloque pondrá en marcha el 1 de abril un sistema de importación de banano llamado «primer llegado, primer servido» que la ejecutiva Comisión Europea había propuesto a principios de este año.
El Consejo de Agricultura del bloque confirmó la nueva regulación para poner fin a las disputas comerciales con Estados Unidos y con los mayores productores latinoamericanos de banano.
La UE fue censurada siete veces por tribunales internacionales por regulaciones que privilegiaban la producción de banano de antiguas colonias de Europa y distribuían cuotas entre los exportadores.
«Son malas noticias para nosotros, muy malas», declaró Byron Blake, subsecretario general de la Caricom y director de comercio de la asociación que representa a 15 países caribeños.
«Estoy seguro que no podremos competir. Es engorroso y lleva tiempo trasladar los barcos de una isla a la otra para recoger pequeñas cantidades (de banano) antes de zarpar hacia Europa», comentó.
Blake afirma que los barcos de América Latina llegarán antes a la UE e incluso si no pueden vender toda su carga al bloque, el resto podrá ser vendido en Europa oriental mediante prácticas de «dumping» (o sea a precios inferiores al costo de producción), como es el caso actual, según él.
Los productores de banano del Caribe dependían de un sistema de protección que les garantizaba el fácil acceso al mercado europeo.
El nuevo plan, presentado por el comisario de Agricultura europeo Franz Fischler, tiene el respaldo de la mayoría de los ministros europeos de agricultura.
Estados Unidos, país de residencia de las empresas trasnacionales que, como Chiquita y Dole, exportan a Europa el fruto producido en América Latina, intentó durante esta década acabar con el sistema protector que favorecía el ingreso de la producción caribeña al mercado europeo.
La guerra comercial culminó hace varios meses cuando Washington aplicó un paquete de sanciones de 191 millones de dólares a la UE.
Las autoridades europeas desean que la disputa concluya sin necesidad de recurrir a la Organización Mundial de Comercio (OMC) para remover las sanciones estadounidenses, ya que el organismo internacional respalda a Washington en este caso.
La OMC dictaminó en abril de 1999 que el régimen de compra de banano de la UE era discriminatorio de los productores ajenos al grupo de Africa, el Caribe y el Pacífico, la mayoría de cuyos miembros son ex colonias europeas.
La organización también emplazó a la UE a adaptar su sistema a las reglas internacionales del comercio antes del 1 de enero de 2000.
El Caribe representa sólo dos por ciento de la producción mundial de banano. Los 77 países que integran el grupo de Africa, el Caribe y el Pacífico (ACP) abarcan 16 por ciento del mercado europeo de 857.000 toneladas por año. El Caribe constituye 10 por ciento de la cuota asignada a ACP por la UE.
El nuevo sistema dejará pocas opciones a la comunidad caribeña, según funcionarios de Caricom. Un posible plan es recurrir a las prácticas de dumping para vender el banano en Europa oriental. El otro es almacenar el fruto, pero eso tendría un costo enorme.
Gran Bretaña se opone al plan europeo porque, sostiene, el Caribe necesitará protección ya que la UE planea aplicar otro proyecto, el llamado «Todo salvo las armas», que permitirá a 48 de los países de menor desarrollo del mundo vender toda su producción al bloque, con excepción de armas y municiones.
El plan entrará en vigor a comienzos de enero. La Asociación de Azúcar del Caribe sostiene que países como Kenia, Zambia y otros podrán vender a precios bajos cientos de miles de toneladas de azúcar en Europa, lo cual perjudicará a los productores caribeños.
«Esto es pésimo para la industria (caribeña del azúcar), y también es malo para el arroz y el ron», declaró Ian McDonald, director ejecutivo de la Asociación.
Lo paradójico es que el plan «todo salvo las armas» favorecerá a países en desarrollo, al igual que lo son los del Caribe, según funcionarios de la región.
En otras circunstancias, Caricom apoyaría la medida europea, pero el libre acceso al mercado de la UE para los países más pobres significará la destrucción de las industrias clave del Caribe, aseguran. (FIN/IPS/tra-en/bw/da/aq/if/00