DESARROLLO: Ernesto Zedillo presidirá comité asesor de la ONU

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, designó hoy al ex presidente mexicano Ernesto Zedillo para presidir un comité que asesorará al foro mundial sobre la forma de financiar la expansión de la economía del Sur en desarrollo.

El comité de nueve integrantes recomendará «acciones capaces de ponerse en práctica» por parte de gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y las instituciones internacionales en varios ámbitos, como el comercio, la ayuda para el desarrollo, la inversión y el mundo financiero.

El comité se concentrará en descubrir «formas para movilizar fondos para el desarrollo» y redactar un informe con la lista de recomendaciones para entregar a Annan a fines de abril o principios de mayo.

Además de Zedillo, el comité estará integrado por el ex secretario del Tesoro de Estados Unidos, Robert Rubin, el presidente del Fondo Arabe para el Desarrollo Económico, Abdulatif al Hammad, y el ex ministro de Finanzas de Mozambique, Majid Osman.

El director de la organización benéfica británica Oxfam, David Bryer, y los ex ministros de Finanzas de Francia, Jacques Delors, y de India, Manmohan Singh, completan la lista. Los dos integrantes que restan no han sido designados aún.

Annan declaró este viernes en conferencia de prensa que Zedillo merece el crédito por haber llevado a su país a una democracia pluripartidaria.

«Estoy seguro que también se merece un período de descanso después de una tarea tan agotadora. Pero… en su lugar ha decidido ponerse al servicio de la comunidad internacional, y especialmente del mundo en desarrollo», agregó el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

Las recomendaciones del comité ayudarán a cosechar el apoyo político para la reunión intergubernamental sobre Finanzas para el Desarrollo que se celebrará a principios del 2002, posiblemente en Nueva York.

Annan precisó que el comité fue designado en respuesta a una solicitud de más de 180 gobernantes presentes en la Cumbre del Milenio celebrada en septiembre, en la sede de la ONU en Nueva York, que exhortaron a redoblar los esfuerzos para erradicar la pobreza en el siglo XXI.

La necesidad de rescatar a los más de 1.000 millones de seres humanos que viven en la pobreza absoluta fue uno de los temas primarios de la Declaración del Milenio adoptada en la cumbre.

En esa declaración, los jefes de Estado y gobierno adoptaron muchas resoluciones y objetivos para combatir la pobreza, la ignorancia y la enfermedad, dijo Annan a la prensa.

«Pero ninguno de esos objetivos se logrará a menos que haya un desarrollo real en el mundo, especialmente en los países más pobres. Y el desarrollo no puede suceder sin recursos, sobre todo sin recursos financieros», agregó.

Annan señaló que la ayuda oficial al desarrollo ha descendido paulatinamente en la última década y que muchos países pobres están tan endeudados que la transferencia neta de recursos, en la forma de intereses y pago de la deuda, conduce a un ingreso neto de los países industrializados.

En 1992, la ayuda oficial representaba 63.000 millones de dólares. Esa cifra bajó a 55.000 millones en 1993 y aumentó a 58.000 millones en 1994. En 1995 subió a 59.000 millones y bajó nuevamente a 55.000 millones en 1996.

En 1997 se redujo a 49.600 millones de dólares y en 1998 aumentó levemente a 51.900 millones.

En 1970, la Asamblea General de la ONU fijó el objetivo de 0,7 por ciento del producto nacional bruto como límite mínimo de ayuda oficial de los países industrializados al Sur en desarrollo. Pero hasta la fecha, sólo Dinamarca, Holanda, Noruega y Suecia cumplieron o superaron esa meta.

Si todos los países ricos hubieran cumplido la meta, la cifra actual de la ayuda oficial al desarrollo se habría superado en más de 100.000 millones de dólares, según la directora ejecutiva de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), Carol Bellamy.

Bellamy asegura que esos 100.000 millones de dólares adicionales serían más que suficientes para garantizar el acceso universal a los servicios sociales básicos, incluso la salud y la nutrición, la educación, el suministro de agua potable y el saneamiento.

Annan le dijo a la prensa que es crucial revertir esta situación y asegurar que los países en desarrollo reciban los recursos financieros que necesitan.

«¿Pero cómo? ¿Qué políticas deben adoptar? ¿Qué tipo de ayuda del mundo industrializado les resultará más útil? ¿Tenemos las instituciones internacionales que necesitamos?», preguntó Annan.

«¿Cómo se puede motivar a los pueblos y gobiernos de los países industrializados para que dediquen más recursos a la reducción de la deuda y la ayuda, y a abrir sus mercados más plenamente a los productos de los países en desarrollo?», agregó.

Todas estas interrogantes se discutirán en la reunión sobre Finanzas para el Desarrollo del 2002, apuntó.

«No podemos permitir que esa reunión sea otra ocasión donde la gente se reúne, habla, adopta un comunicado y deja el mundo real prácticamente sin cambiar», agregó. (FIN/IPS/tra-en/td/da/aq/dv/00

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