La Corporación Andina de Fomento (CAF) promueve una red regional de información sobre desastres naturales, mientras expertos piden que la prevención forme parte de las políticas de desarrollo integral de cada país.
La CAF, considerada brazo financiero de la integración de la Comunidad Andina, fue la principal receptora de iniciativas para enfrentar el fenómeno climático de El Niño, en consonancia con la recomendación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el Decenio para la Mitigación de Desastres Naturales (1990-2000).
«El Programa Regional Andino para la Prevención y Mitigación de Riesgos (Preandino) tiene su origen en la solicitud de los presidentes a la CAF para evaluar los efectos de El Niño», explicó a IPS su coordinadora, Tanya de Corrales, quien participó de una reunión de expertos la semana pasada en Caracas.
«Se hizo un trabajo interinstitucional y hoy existe soporte regional, grupos de trabajo y un canal de intercambio», indicó la especialista venezolana.
«Es errado considerar a la prevención sólo como un proyecto para evitar la crecida de un río», pues la idea de prever los riesgos de desastres naturales y sus efectos «debe estar presente en nuestro desarrollo territorial», comentó.
«Es como una filosofía, porque si el desarrollo no toma en cuenta los riesgos hay una tendencia a aumentar la vulnerabilidad», agregó Corrales.
Esa postura cobró fuerza en los debates del 30 de noviembre en Caracas, así como la necesidad de involucrar a los gobiernos, a los empresarios y a los ciudadanos en el diseño de políticas al respecto, que desembocarán en sistemas nacionales coordinados.
«Debe generarse conciencia de que esto no es sólo hacer un proyecto, que no es un problema exclusivamente de asignar plata», dijo a IPS el experto colombiano Camilo Cárdenas, quien encabezó en su país la creación de un sistema de prevención y mitigación de desastres naturales.
Cárdenas advirtió que existen problemas complejos en la región que aumenta la vulnerabilidad de la gente frente a los fenómenos naturales, como lo son la pobreza, el deterioro del ambiente y el desorden urbano.
El especialista opinó que la desatención de estos tres aspectos no permiten reducir los riesgos de desastres.
Fenómenos naturales de diverso tipo provocan cada año en la región andina daños que superan los 1.500 millones de dólares y la pérdida de unas 6.000 vidas humanas, afirma un estudio de la Comisión Económica para América Latina.
«No tenemos real conciencia de las consecuencias de los desastres, y esto no es teoría», sostuvo Cárdenas, quien precisó que el paso de los huracanes George y Mitch por América Central retrasó el desarrollo en casi tres décadas.
Por su parte, la coordinadora de Preandino indicó que Venezuela es en este momento, con la tragedia del estado costero de Vargas de diciembre de 1999, un ejemplo de cómo un desarrollo urbanístico desordenado dio dimensiones de tragedia mayor a un fenómeno natural.
«En 1950 se produjo el mismo fenómeno, pero como no teníamos una cantidad enorme de población ubicada en la zona, el desastre allí no fue de la magnitud del año pasado», precisó Corrales.
La experta repasó los efectos ocasionados por el alud de barro, agua y piedras ocurrido un año atrás y que literalmente arrasaron con extensas zonas del estado Vargas, en la costa central de Venezuela con el mar Caribe.
Aunque no existe una cifra definitiva, se calcula que unas 15.000 personas perdieron la vida y los daños están estimados en 3.200 millones de dólares.
Corrales entiende que existe en la actualidad en Venezuela mayor conciencia sobre el tema, lo cual podría propiciar una ley de Prevención y un sistema nacional coordinado ante emergencias como la sucedida en Vargas, que no tenía precedentes en el país.
Los expertos coincidieron en Caracas en que para imponer «una cultura de la prevención» en los planes oficiales de cada país se debe convencer a los ministerios de Planificación, para lograr que se pase de los proyectos puntuales ante un desastre a la presencia de la prevención dentro de las políticas de desarrollo.
En tanto, Cárdenas, quien trabajó estrechamente con el gobierno de Colombia para la creación de un sistema de prevención y mitigación de riesgos, resaltó que los procesos para consolidar leyes y sistemas requieren de una voluntad política.
«En Colombia tenemos el sistema, que tiene sus defectos, pero ha sido reconocido por la ONU, gracias a que un presidente lo colocó entre sus prioridades», dijo Cárdenas, actual consultor de la CAF en la materia.
«Estamos ante un problema en el que todos tenemos que ver. Se necesita un compromiso del Estado, y también del sector privado que es el que construye y urbaniza, y de los ciudadanos para que no tiren la basura en la calle. No hay que centrar la atención sólo en el gobierno», señaló el experto colombiano.
Para Cárdenas, la iniciativa del Preandino, que significa un espacio regional para esta materia, sirve como intercambio necesario entre los países.
«Ante consecuencias comunes de un problema macro como fue El Niño, que es un fenómeno mundial, no puede cada país hacer esfuerzos aislados, porque son ineficientes», puntualizó Cárdenas. (FIN/IPS/ac/dm/dv en/00