Invertir en la atención de los niños en sus tres primeros años de vida es uno de los métodos más eficaces de combatir la pobreza, el sida, las guerras y la desigualdad en el Sur en desarrollo, señaló Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).
«Los derechos de los niños y la causa del desarrollo humano son razones irrebatibles para invertir en la infancia», declara el organismo en su informe «Estado de la infancia mundial 2001».
«Invertir en el desarrollo y el cuidado de nuestros niños más pequeños es la forma más fundamental de buen liderazgo», declaró el martes Carol Bellamy, directora ejecutiva de Unicef.
Bellamy argumentó que el mundo despilfarra gran cantidad de potencial humano pues cientos de millones de los niños del mundo se debaten entre la pobreza y el descuido en sus primeros años de vida.
Hacen falta 80.000 millones de dólares por año para darle a cada recién nacido en el mundo un buen comienzo en la vida, según Unicef.
«Las inversiones hechas hoy generarán grandes ganancias a los niños y la sociedad en el futuro» mediante un desarrollo más rápido y ahorros en educación, atención médica y rehabilitación, aseguró Bellamy.
Por cada dólar que se gasta en la atención de la infancia hay siete dólares de rendimiento por los ahorros logrados, señala el informe, que destaca programas pioneros de inversión en los primeros años de vida en Cuba, Estados Unidos y Suecia.
El informe indica la necesidad urgente de asegurar que los programas de atención de la infancia se concentren en el niño, en la familia y en la comunidad, y que combinen salud, nutrición, higiene, agua, sanidad ambiental y educación.
«La mayor tragedia es que muchos funcionarios sencillamente no saben lo cruciales que son esos primeros tres años de vida», recalcó Bellamy.
«Desatar el poder del cerebro de un niño mediante inversiones eficaces en salud, nutrición, educación, atención infantil y protección básica es tanto un imperativo moral como economía sensata», declaró.
«Pero esas inversiones se deben realizar en edad temprana, lo suficiente para aprovechar ese momento único del desarrollo humano», agregó.
Estudios científicos confirman que en los primeros 36 meses de vida se multiplican las conexiones neuronales y se forma el «motor» que determinará el pensamiento y la conducta del niño o la niña por el resto de su vida.
A medida que los niños aprenden a hablar, sentir, caminar y razonar, también se forma el sistema de valores que les permitirá distinguir entre bueno y malo, justo e injusto.
«Es el lapso más vulnerable en la vida de una persona y el que exige la mayor atención de la sociedad», advierte el informe.
Los niños pobres, malnutridos y débiles son la base de un estado pobbre y sin poder. En los países más pobres, los escasos recursos se utilizan para pagar préstamos, agrega el informe.
Al invertir en la guerra, muchos países roban alimentos, agua limpia, atención médica y enseñanza a sus habitantes, sostiene.
El Estado de la Infancia Mundial 2001 implora a la comunidad internacional que invierta en sus niños ya que son la mejor opción para superar los azotes de la pobreza, la guerra y la pandemia de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) que presiona los presupuestos de salud pública de Africa subsahariana.
Aproximadamente 129 millones de niños y niñas nacieron el año pasado, de los cuales «casi 11 millones murieron, en su mayoría por causas de fácil prevención», según Unicef.
En 1998, las cinco mayores causas de muerte en la infancia fueron: enfermedades perinatales (20 por ciento), infecciones respiratorias (18 por ciento), enfermedades diarreicas (17 por ciento), enfermedades que se previenen con vacunación (15 por ciento) y malaria (siete por ciento).
«La pobreza infantil es perniciosa e inmoral. Niño a niño, mente a mente, conduce a una enorme pérdida de capacidad humana», dijo Bellamy.
La Organización de las Naciones Unidas celebrará una Sesión Especial sobre la Infancia en septiembre, como seguimiento de la Cumbre Mundial de la Infancia. Gobernantes de todo el mundo se reunirán en Nueva York para analizar los avances realizados en la última década.
Unicef señala que los gobernantes del mundo deben comprometerse, sin reservas, excusas o errores con la Convención de los Derechos del Niños y deben hacer que los niños, sobre todo los más pequeños, sean la prioridad de todas las políticas. (FIN/IPS/tra-en/mjs/da/aq/pr-hd/00