Las guerras, la corrupción y la mala administración contribuyeron a limitar el desarrollo de la población infantil en Africa, según el informe Estado de la Infancia Mundial 2001 de Unicef.
El informe, divulgado el martes, califica a los países según los avances logrados en el cumplimiento de las obligaciones que asumieron en la Cumbre Mundial de la Infancia, en 1990.
«La inversión en el desarrollo y el cuidado de nuestros niños más pequeños es la forma más fundamental de buen liderazgo», declaró la directora ejecutiva de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), Carol Bellamy.
Desatar la inteligencia de los niños mediante inversiones «eficaces» en salud, educación, nutrición, atención y protección básica no sólo es un imperativo moral, sino también economía sensata que debe suceder al comienzo de la vida de los niños.
«La mayor tragedia es que los políticos sencillamente no saben lo cruciales que son esos primeros tres años de vida. La pobreza infantil es perniciosa e inmoral. Niño a niño, mente a mente, conduce a una enorme pérdida de capacidad humana», señaló.
Los países subsaharianos siguen siendo los mayores culpables, muy por debajo del promedio mundial en todas las categorías de desarrollo social.
La pobreza, las guerras y la incidencia de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) en la región revirtieron la mayoría de los avances logrados en cuanto al bienestar de la infancia.
En Africa viven gran parte de los 40 millones de personas desplazadas de sus hogares por las guerras y las violaciones a los derechos humanos, de los cuales la mitad son niños y niñas.
El continente también es líder en la cantidad de personas desplazadas dentro de su propio país, con poco menos de siete millones de personas en esa situación en Angola, Burundi y Sudán.
Sólo en Sudán hay cuatro millones de personas desplazadas en el sur del país, convertido en el escenario de cruentos combates entre los rebeldes que buscan la autonomía y las tropas del gobierno.
Además de las guerras, la pobreza y las enfermedades siguen siendo las mayores amenazas a la supervivencia de los niños y niñas de Africa. Por ejemplo, la mortalidad de los niños menores de cinco años es de 107 por 1.000 nacimientos, muy por debajo del promedio mundial de 57.
En Africa subsahariana sólo 74 por ciento de los niños y niñas asisten a la escuela primaria, frente al 96 por ciento mundial.
La menor matrícula escolar ocurre en Somalia, con 14 por ciento, en Níger, con 32 por ciento, en Etiopía, con 42 por ciento, y en Sudán, con 49 por ciento.
La matrícula escolar en Sierra Leona, también asolada por la guerra civil, es de 50 por ciento. Estas cifras son vergonzosas, comparadas con las de Estados Unidos, donde la matrícula fue de 114 en 1999.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura indicó que el promedio de asistencia a la escuela en Africa subsahariana es de 55 por ciento.
Esa cifra contrasta con el 83 por ciento en Medio Oriente y el norte de Africa, 71 por ciento en Asia meridional, 96,5 por ciento en Asia oriental y el Pacífico, 89,5 por ciento en América Latina y el Caribe, y 91 por ciento en Europa.
Pero quizá el peor escenario es el de millones de niños que el sida dejó huérfanos y cuyo futuro ha quedado sellado por la pobreza.
En partes de Africa austral, hasta 15 por ciento de los niños y niñas menores de 15 años perdieron uno o ambos padres por la pandemia.
En Malawi, donde el sida dejó huérfana a 15 por ciento de la población infantil, otras enfermedades y la pobreza socavaron la capacidad de la mayoría de las familias para brindar atención a sus hijos.
Más de 90 por ciento de la población rural, donde vive 85 por ciento de los habitantes del país, no tienen acceso a la atención médica infantil.
Si la situación de la mujer es igual a la de los niños, como sugiere el informe, entonces la infancia en Africa subsahariana, donde millones de mujeres son perjudicadas por la violencia doméstica y los conflictos armados, está lejos de alcanzar el bienestar.
Cinco países africanos, entre ellos Angola, República Democrática de Congo, Liberia y Somalia, lideran la lista de países con mayor cantidad de madres adolescentes. Muchas abandonan la escuela y pasan a engrosar la lista de analfabetos. (FIN/IPS/tra-en/ja/sm/aq/hd-pr/00