/BOLETIN-DD HH/ ESTADOS UNIDOS: Voto de negros fue el peor registrado en Florida

Los esclavos de origen africano en Estados Unidos fueron emancipados en 1863, durante la guerra civil (1861-65), pero recién en 1965 una ley federal garantizó el derecho al voto de los afroestadounidenses, quienes aún hoy corren serio riesgo de que sus votos no sean válidos.

Ese fue uno de los aspectos vergonzosos de la democracia estadounidense revelados por la pugna electoral de más de un mes en el estado sudoriental de Florida, hasta que el vicepresidente Al Gore, del Partido Demócrata, aceptó el miércoles la victoria del gobernador del estado meridional de Texas, George W. Bush, del Partido Republicano.

Los afroestadounidenses acudieron a las urnas en cantidades sin precedentes, en especial en estados clave como Florida, pero afrontaron obstáculos mucho mayores que la población blanca para poder votar y para que sus votos se contaran, según detallados informes publicados desde las elecciones del 7 de noviembre.

El diario The Washington Post indicó la existencia de un alto porcentaje de votos perdidos en vecindarios donde viven afroestadounidenses, debido a anticuadas máquinas de escrutinio y a generalizada confusión la cuantiosa e inesperada afluencia de votantes afroestadounidenses en muchos distritos.

Gore no protestó en ninguna de sus apelaciones legales por las anomalías en perjuicio de electores negros, pero el Departamento de Justicia envió investigadores a Florida como parte de una indagación informal, y la Comisión de Derechos Humanos lanzó una investigación oficial propia.

«La enormidad de las desigualdades es sorprendente», apuntó Mary Frances Berry, presidenta de esa comisión, al anunciar la semana pasada el comienzo de la investigación. Su opinión fue compartida por la mayoría de la comunidad afroestadounidense, según encuestas de opinión.

«No hay duda de que los problemas verificados que perjudicaron a votantes afroestadounidenses tuvieron un impacto decisivo en el resultado de las elecciones», enfatizó Berry.

Según el escrutinio oficial certificado por la secretaria de Estado republicana de Florida, Bush ganó por muy poco más de 500 votos, y los votos de decenas de miles de afroestadounidenses no pudieron ser emitidos o fueron descartados por máquinas de escrutinio defectuosas.

Bush realizó grandes esfuerzos para ganar votos de la comunidad afroestadounidenses, y destacó el papel de sus consejeros de la misma, como el general retirado Colin Powell y su principal asesora en materia de seguridad, Condoleeza Rice, durante la convención republicana de agosto.

Sin embargo, los integrantes de la comundidad afroestadounidenses sufragaron por amplia mayoría a favor de Gore, quien recibió 93 de cada 100 votos de esa comunidad emitidos y escrutados en Florida.

El aluvión de votos afroestadounidenses por Gore en Florida se debió en gran medida a una campaña por valor de nueve millones de dólares para exhortar a votar, realizada por la Asociación Nacional para el Progreso de la Población de Color (NAACP)

También influyó la indignación de la comunidad afroestadounidense ante medidas del gobernador republicano de Florida, Jeb Bush, hermano del candidato a la presidencia, para eliminar programas de educación y reafirmación laboral en beneficio de esa comunidad.

El procentaje de votación de afroestadounidenses en Florida fue casi 70 por ciento, 50 por ciento más que en las anteriroes elecciones presidenciales, hace cuatro años, y 30 por encima del promedio nacional de asistencia a las urnas de todos los habilitados para votar.

Pero los problemas que debieron afrontar para emitir su voto fueron innumerables.

Algunos dijeron que había puestos policiales de control cerca de las mesas de votación, con claras intenciones intimidatorias, pero al parecer esos hechos fueron escasos, y los principales obstáculos eran de naturaleza más general.

Los nuevos votantes negros debieron vérselas con diseños muy poco claros de las hojas de votación como el empleado en el distrito de Palm Beach, donde miles de hojas fueron descartadas en el escrutinio.

En otro caso, se indicó a los votantes que marcaran cada página de su hoja de votación, pero la nómina candidatos a la presidencia ocupaba dos páginas, y muchos anularon su voto anulado por obedecer las instrucciones que habían recibido.

En algunas áreas, las filas para votar de afroestadounidenses fueron largas, y los funcionarios electorales estaban apurados y mal equipados en comparación con sus pares de áreas con mayoría blanca.

El resultado fue que cientos de haitianos estadounidenses que sólo hablan «creole» no recibieron ayuda para entender lo que debían hacer.

Las máquinas de escrutinio anticuadas estuvieron sobre todo en distritos con gran cantidad de votantes afroestadounidenses, y en ellos miles de hojas de votación mal perforadas fueron rechazadas porque esas máquinas no podían registrarlas.

Según la tendencia general, es probable que la mayoría de esos votos fueran por Gore.

En contraste, distritos con prósperos electores blancos dispusieron de modernas máquinas dotadas de censores ópticos para facilitar el escrutinio.

El Washington Post reveló también en su informe que en distritos de Jacksonville donde viven afroestadounidenses, una de cada tres hojas de votación fue anulada, mientras en distritos de blancos la proporción fue una en 12.

En distritos electorales de Miami Dade, donde menos de 30 por ciento de votantes fueron afroestadounidenses, sólo tres por ciento de las hojas de votación no indicaron preferencia por un candidato a presidente, mientras en distritos con más de 70 por ciento de afroestadounidenses sólo se dio ese caso en 10 por ciento.

Otro aspecto turbio del proceso electoral fue el empleo por parte de las autoridades de Florida de Choice Point, una compañía privada, para eliminar de los padrones a todas las personas inhabilitadas por fallecimiento, duplicación de registro o condena penal por un delito grave.

El resultado fue una lista de 58.000 eliminados, y una cantidad desproporcionada de ellos fueron afroestadounidenses. Luego se comprobó que la lista se confeccionó con errores, porque 8.000 personas que figuraban en ella sólo habían sido condenados por delitos menores y mantenían su derecho a votar.

Cuando llegó la fecha de las elecciones, los funcionarios de muchos distritos no tuvieron tiempo para corregir las listas correspondientes, y eso impidió que votaran personas habilitadas para hacerlo. (FIN/IPS/tra-eng/jl/da/ego/mp/ip hd/00

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