La IV Sesión de la Conferencia de Partes de la Convención de las Naciones Unidas para el Combate a la Desertificación (UNCDD), reunida en Bonn, busca financiación adecuada para combatir la sequía y la desertificación, que afectan a 1.200 millones de personas en el mundo.
La necesidad de financiamiento fue destacada en los dos primeros días de la conferencia, que comenzó el lunes y durará dos semanas, por el secretario ejecutivo de la UNCDD, Hama Arba Diallo, y por altos funcionarios de países en desarrollo y de naciones y agencias donantes.
Participan en la conferencia unos 2.000 delegados de países, organismos regionales y multilaterales, y organizaciones no gubernamentales (ONG).
La UNCDD ha sido ratificada por 172 países, entre ellos Estados Unidos, pero aún falta mucho para acordar quiénes pagarán su implementación y en qué medida.
La viceministra de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania, Uschi Eid, dijo a periodistas el martes que su país respalda la plena implementación de esa convención.
Alemania es sede del Secretariado Permanente de la UNCDD y brinda importante apoyo económico a los proyectos para combatir la desertificación, subrayó.
«Un gran número de proyectos en curso, por valor de unos 1.400 millones de dólares, han permitido acumular amplia experiencia que puede resultar muy útil», afirmó.
Sin embargo, la abultada deuda pública que afronta el gobierno alemán no le permite apoyar la apertura de una nueva fuente de fondos para la UNCDD, como lo desean el Secretariado de esa convención y países africanos, entre ellos varios afectados por la desertificación, añadió.
La nueva fuente de fondos propuesta es el Servicio Mundial Ambiental (GEF), creado en 1990 por el Banco Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Programa Ambiental de las Naciones Unidas, que respalda proyectos en el marco de las convenciones de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y Biodiversidad.
El GEF brinda garantías y asistencia económica a países en desarrollo para actividades de protección ambiental, entre ellas las que buscan combatir la desertificación y son relevantes en relación con el cambio climático, la biodiversidad, el adelgazamiento de la capa de ozono y las aguas internacionales.
Sin embargo, sus actuales competencias no abarcan el apoyo a la UNCDD, el cual corresponde al Mecanismo Global, con sede en Roma, que funciona en el marco institucional del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (IFAD), con orientación y supervisión de la Conferencia de Partes de la UNCDD.
El Mecanismo Global tiene a su cargo la promoción de acciones para la movilización y canalización de importantes recursos financieros y la transferencia de tecnología, en forma de donmaciones o asistencia, a los países en desarrollo firmantes de la UNCDD y afectados por la desertificación.
El vicepresidente del IFAD, Takao Shibata, aseguró el martes en Bonn que esa institución mantiene un «pleno compromiso» con el Mecanismo Global y con las metas de la UNCDD.
Sin embargo, apuntó que «es lamentable que no haya buenas perspectivas para el Mecanismo Global», debido a que carece de recursos suficientes para cumplir las taraes que le encomendó la UNCDD.
«Es de fundamental importancia que la Conferencia de Partes reafirme su compromiso de apoyar al Mecanismo Global, y garantice que éste contará con los recursos necesarios para cumplir sus tareas en forma más efectiva», enfatizó.
«Debemos lograr consenso en la materia, y luego actuar para acordar metas internacionales acerca del combate a la desertificación» en 2002, añadió.
Dentro de dos años se cumplirá el décimo aniversario de la Cumbre de la Tierra, organizada por las Naciones Unidas en Río de Janeiro en 1992, y se realizará una nueva conferencia internacional llamada «Río + 10» para evaluar el cumplimiento de sus acuerdos y fijar nuevos objetivos.
El ministro brasileño José Sarney, presidente de la anterior sesión de la Conferencia de Partes, sostuvo el lunes en su discurso de apertura de la IV Sesión que es necesario fortalecer el Mecanismo Global para lograr una implementación más eficaz de la UNCDD.
Sarney expresó su preocupación por las iniciativas no sustentables que caracterizan el comportamiento de la economía mundial, y por el hecho de que la pobreza aumente pese al progreso tecnológico.
La situación se agrava a causa del fracaso de la VI Conferencia de Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se reunió el mes pasado en La Haya.
Ese fracaso socava los cimientos de la esperanza e implica que las futuras generaciones no están en los planes de los gobernantes del mundo, indicó.
Es necesario revivir el espíritu de la Cumbre de la Tierra, y por lo menos preparar a las poblaciones que viven en ambientes expuestos a la desertificación para que afronten condiciones aun más adversas, apuntó.
Sarney recordó que la llamada Iniciativa de Recife, adoptada en la ciudad septentrional brasileña del mismo nombre durante la III Sesión de la Conferencia de Partes de la UNCDD, el año pasado, propuso que en Bonn se aprobara una declaración de compromisos.
Instituciones gubernamentales, ONG y agencias multilaterales deben participar en foema activa en la redacción de esa declaración, y transformarla en una de las principales metas de la conferencia, sostuvo.
También opinó que el GEF debe considerar con seriedad la posibilidad de establecer un área de apoyo específico a proyectos de la UNCDD.
Diallo afirmó antes, en su discurso de bienvenida, que la conferencia debe lograr que «la implementación de la UNCDD deje de ser un asunto de informes y evaluaciones, y se transforme en acciones concretas en relación con los problemas de millones de personas afectadas por la pobreza y la degradación de la tierra».
El finlandés Harri Holkeri, presidente de la 55 Sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aseguró en su intervención que ese organismo del foro mundial apoyará a la UNCDD.
El problema de la desertificación afecta en especial áreas en las cuales es preciso lograr un equilibrio entre las necesidades de los ecosistemas y las de los seres humanos más pobres entre los pobres, subrayó.
El presidente de Alemania, Johannes Rau, señaló que muchos países en desarrollo consideran que algunas naciones industrializadas practican una forma de colonialismo en perjuicio del ambiente, e instó a los países más poderosos a no desatender sus responsabilidades para lograr ganancias de corto plazo.
Los países industrializados deben tener la capacidad de autocrítica necesaria para admitir que no han logrado cumplir con sus metas en el combate a la pobreza y la asistencia al desarrollo, destinar a esa asistencia el 0,7 por ciento prometido de sus productos internos brutos, y transferir tecnología. (FIN/IPS/tra-eng/jrc/da/mp/en dv/00