El pedido del Parlamento Europeo para que Turquía reconozca que la matanza de armenios perpetrada en 1915 fue un genocidio pesará sobre la reunión de legisladores turcos y europeos a celebrarse a partir del lunes en la ciudad turca de Antalya.
«El Parlamento Europeo llama a Turquía a aumentar su apoyo a la minoría armenia, que constituye una parte importante de la sociedad turca, y a reconocer… el genocidio al que fueron sometidos los armenios antes de la fundación del estado turco moderno», señala la controvertida declaración.
La declaración está incluida en la modificación de un informe del legislador Gen Morillon sobre el cumplimiento por parte de Turquía de los criterios económicos y políticos de la UE, conocidos como criterios de Copenhague, con fines de ingresar al bloque.
El propio Morillon fue contrario a la inclusión de la palabra genocidio.
El ex comandante de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas en Bosnia-Herzegovina dijo que había visto demasiado sufrimiento a raíz de las «trágicas consecuencias del recordatorio sistemático de las atrocidades de antaño para creer que la paz y la estabilidad se pueden construir reviviendo rencores pasados».
El parlamentario francés Daniel Cohn Bendit, presidente de la delegación europea que viajará a Antalya del día 20 al 22, inició el jueves la reunión preparatoria al viaje leyendo cartas de protesta de políticos turcos contra la resolución.
La cancillería turca declaró que la referencia al «supuesto genocidio» fue preparada por intereses hostiles que pretenden rechazar la incorporación de Ankara a la UE.
El informe de Morillon, adoptado el miércoles por mayoría de 429 votos, 24 en contra y 78 abstenciones, sostiene que Turquía no cumple con los criterios de Copenhague y reiteró la propuesta del Parlamento Europeo para la creación de foros de discusión entre dirigentes políticos y representantes de la sociedad civil de ese país.
El documento pide al gobierno turco que refuerce la democratización del país y que implemente las convenciones de las Naciones Unidas sobre derechos políticos, civiles, sociales y culturales, que Ankara firmara recientemente.
El informe también exhorta a Ankara a respetar las minorías, como los kurdos y los armenios, y a participar, sin condiciones, en negociaciones entre las comunidades griega y turca de Chipre, con el fin de llegar a un acuerdo que cumpla las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
«El informe… también contiene frases lamentables sobre el retiro de las fuerzas turcas de Chipre, la solución de la cuestión kurda y el genocidio armenio», según la cancillería turca.
En septiembre, la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) criticó el uso generalizado de la tortura en Turquía, así como la violación a la libertad de expresión y los derechos de las minorías, la inestabilidad en el sudeste del país, las restricciones al uso de pañuelos sobre la cabeza y la falta de protección para los refugiados.
HRW instó a la UE que desarrollo un plan detallado para el ingreso de Turquía que especifique pautas claras, ya que Ankara «tiene antecedentes de evitar problemas y apaciguar a los críticos con gestos vacíos».
A Ankara le preocupa que le impongan condiciones adicionales además de los criterios de Copenhague, para ingresar a la UE. El Primer Ministro Bulent Ecevit advirtió que la actitud del Parlamento Europeo, al referirse al genocidio, había sido «irresponsable» y que podría «perturbar las relaciones» entre ambos.
Turquía sostiene que el «genocidio» nunca ocurrió y que las masacres tuvieron lugar durante el colapso del Imperio Otomano, en el cual todos los bandos en conflicto sufrieron atrocidades.
Durante la discusión en el Parlamento Europeo, el legislador austríaco Hannes Swoboda dijo que las autoridades turcas deben ser «más abiertas en su investigación, junto a los armenios, los hechos que condujeron a la masacre de armenios a principios del siglo XX».
Sin embargo, agregó que la masacre no debe convertirse en un «instrumento político» contra Turquía.
«Turquía debe demostrar claramente a sus críticos que están equivocados al decir que Ankara no podrá cumplir los criterios de Copenhage», dijo Swoboda.
Aunque el informe no tiene fuerza legal y la Comisión Europea, el órgano ejecutivo del bloque, se apresuró a confirmar que «se abstendrá de imponer condiciones nuevas o exorbitantes a la candidatura de Turquía», Ankara toma muy en serio la acusación de Ankara.
Cuando el Congreso de Estados Unidos discutió una resolución similar en octubre, Turquía amenazó con tomar represalias comerciales, incluso la cancelación de la compra de armas y el cierre de bases aéreas estadounidenses en su territorio.
Cohn Bendit dijo a sus colegas legisladores que pueden esperar un ambiente tenso en la reunión de Antalya. (FIN/IPS/tra-en/bk/da/aq/ip/00