RUMANIA: Ex presidente Iliescu favorito en elecciones del domingo

El Partido Socialdemócrata (PDSR) del ex comunista Ion Iliescu, presidente de Rumania entre 1990 y 1996, está al frente de las encuestas para las elecciones de este domingo, con 45 por ciento de la intención de voto.

Iliescu, de 70 años, fue el primer mandatario luego de la sangrienta revolución que puso fin al régimen socialista en diciembre de 1989, con el fusilamiento de Nicolae Ceausescu, desde 1967 y hasta entonces presidente del Consejo de Estado, junto a su esposa.

Rumania es el más rezagado en lo económico entre los países de Europa oriental que abandonaron el socialismo un decenio atrás.

Las elecciones generales determinarán un ritmo mayor en el proceso de ingreso a la Unión Europea (UE) o una vuelta al estancamiento de los primeros años luego del socialismo.

El PDSR asegura que su prioridad es el ingreso a la UE y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), si bien algunos analistas creen que su mirada se dirige hacia Rusia, heredera de la Unión Soviética que encabezó hasta 1991 el campo socialista hoy disuelto.

El desencanto en este país de 22 millones de habitantes en materia económica y social abre, según las encuestas, un espacio para los nostálgicos de la seguridad y las certidumbres de la era en que gobernaba el Partido Comunista.

Así, 51 por ciento de los rumanos adultos creen que sus familias vivían mejor antes de 1990, estimó el Instituto MetroMedia de Transilvania. Y 81 por ciento no están tan felices con su actual forma de vida, mientras apenas 17 por ciento se manifiestan satisfechos.

Unos 8,8 millones de los 22 millones de habitantes viven debajo de la línea de pobreza, con un ingreso inferior a 30 dólares mensuales, según las últimas cifras oficiales. Antes de la caída del socialismo, en 1989, había un millón de personas en esa condición.

«Mi vida es aun más difícil. Con los comunistas, tenía un trabajo cómodo y bien pagado, y los precios fueron estables por años», dijo Alexandru Neagoe, un ex técnico de una empresa estatal de 52 años. Neagoe está sin trabajo desde marzo, y recibe un subsidio especial por desempleo de unos 100 dólares.

La nostalgia se manifiesta en el creciente respaldo recibido por numerosos políticos comunistas que presentan candidaturas parlamentarias y presidenciales.

Se prevé que, además de los dirigidos a Iliescu a la Presidencia, el PDSR obtenga alrededor de 52 por ciento de los votos al parlamento. Mientras, los partidos que integran la actual coalición de gobierno —Liberal, Demócrata y Demócrata Cristiano— podrían conseguir apenas 25 por ciento.

Estas elecciones dejarán una fuerte marca en el futuro de la política nacional.

Habrá quienes recuerden «el viejo sistema comunista de un partido único dominante, pues el PDSR podría conquistar 60 por ciento de los escaños parlamentarios», lo cual «no es una señal muy positiva para la aún muy frágil democracia rumana», dijo el analista Cristian Parvulescu.

La economía será clave en el resultado. «Los ex comunistas capitalizan la frustración por las crecientes dificultades y las reformas inconsistentes. Tres años consecutivos de caída económica abatieron la calidad de vida. El poder adquisitivo se dividió por dos desde 1990», dijo el economista Ilie Serbanescu.

En 1996, la mayoría de los rumanos, con el visto bueno de Occidente, confiaron en que una coalición de gobierno de centro- derecha acabaría con el estancamiento e instalaría un sistema democrático.

Pero ese gobierno condujo al país a un colapso económico, con una inflación de más de 40 por ciento anual y una caída de la producción de 16 por ciento, que pudo recuperarse un poco este año.

La infraestructura del país se desintegró, mientras las esperanzas de que se radicaran inversiones extranjeras no se materializaron. En medio del desastre, los socios de la coalición de gobierno comenzaron a pelear entre ellos.

«Rumania no puede ser considerada una economía de mercado en funcionamiento y no es capaz de lidiar con las presiones de la competencia ni con las fuerzas de mercado de la UE a mediano plazo», señaló a principios de este mes un informe de la Comisión Europea, órgano ejecutivo del bloque.

El informe puso a Rumania como último entre los que negocian el ingreso a la UE. En febrero último, en la cumbre de Helsinki, éste fue uno de los seis nuevos países que negocia de manera oficial el ingreso a la alianza.

La UE espera que el próximo gobierno logre avances claros en sus primeros 100 días. «Querríamos ver una aceleración del proceso de privatizaciones», dijo el principal funcionario de la delegación del bloque en Rumania, Fokion Fotiadis.

El ex presidente Iliescu replicó: «No se puede pretender que hagamos en unos pocos meses lo que la actual coalición de gobierno no pudo hacer en cuatro años, o lo que no ha sido hecho en una década.»

La certeza de que el ingreso a la UE se postergará largos años causa temor de que este país comience a mirar otra vez en dirección al este, hacia su antigua aliada, Rusia, con la cual Iliescu mantuvo buenos vínculos en su periodo de gobierno.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Igor Ivanov, visitó hace poco Bucarest para considerar los lazos diplomáticos y económicos, en especial en los sectores del transporte y la energía.

Un funcionario de la Embajada de Rusia causó sorpresa al declarar en público la semana pasada que su país «aprecia la voluntad del PDSR por desarrollar mejores vínculos» bilaterales.

Pero la dirección del PDSR asegura que quienes creen que mirar hacia el pasado es el camino para avanzar hacia el futuro están fuera de la realidad.

«Los principales objetivos de nuestro partido son la integración europea y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (NATO), y debemos hacerlo. No podemos perder el tren para unirnos a Occidente», dijo Adrian Nastase, un ex canciller que se convertiría en primer ministro si el PDSR gana las elecciones, como lo auguran las encuestas. (FIN/IPS/tra-eng/mc/da/mj/ip/00

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