El fenómeno de la emigración en el mundo, que abarca actualmente a 150 millones de personas, continuará en ascenso hasta un mediano plazo, y algunos especialistas vislumbran que sólo cederá con el paso de varias generaciones.
Un estudio preparado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reflejó la magnitud de ese movimiento transfronterizo de personas, que en los últimos años ha crecido de manera ininterrumpida.
En algunas regiones, la proporción de los inmigrantes aumentó de manera significativa. En Arabia Saudita y en Australia representan alrededor del 20 por ciento de la población.
Pero los mayores porcentajes de inmigrantes se registran en países y territorios pequeños, en especial en la región del Golfo Pérsico. En dos estados, Emiratos Arabes Unidos y Qatar, más de 70 por ciento de la población son inmigrantes internacionales.
Sin embargo, la editora del estudio, la estadounidense Susan Martin, de la Universidad de Georgetown, restó dramatismo a las cifras. El fenómeno, recordó, se verificó a lo largo de toda la historia de la huamnidad.
Además, las cifras demuestran que la migración sólo comprende a 2,5 por ciento de la población mundial. La curiosidad científica debería interesarse por determinar las razones por las cuales 97,5 por ciento de la población permanece en sus comunidades, dijo.
Entre los emigrantes figura una primera categoría de voluntarios, que se desplazan por razones de empleo, estudio, reunificación familiar u otros motivos personales.
El segundo grupo, los emigrantes forzados, engloba a los que abandonan sus países huyendo de persecución, guerra, represión, desastres naturales o causados por el hombre, degradación ambiental y otras situaciones que amenazan su vida, libertad o patrimonio.
La ecuación se completa con otro factor necesario: un país dispuesto a acoger a los emigrantes, sea por necesidad de su mercado laboral o por consentimiento humanitario.
Estados Unidos es el mayor receptor, con unos 25 millones de extranjeros residentes a fines de la década de 1990. Otros países con elevado número de inmigrantes son India, Pakistán, Francia, Alemania, Canadá, Arabia Saudita, Australia, Gran Bretaña e Irán.
Uno de los rasgos más recientes del fenómeno es la feminización de las migraciones. Muchas intregantes de las nuevas olas de mujeres emigrantes aparecen como titulares de los ingresos principales de la familia. En el pasado, las mujeres inmigrantes figuraban sólo como acompañantes de familiares.
Las últimas estadísticas indican que 47,5 por ciento de los inmigrantes son mujeres y el 52,5, hombres. La proporción de mujeres inmigrantes en los países industrializados, casi 50 por ciento, es más alta que en los países en desarrollo, donde oscila en 46 por ciento.
Martin llamó la atención sobre la existencia de redes dedicadas a relacionar la provisión de inmigrantes con las demandas de los empleadores de los países receptores. Esas redes se profesionalizan cada vez más y en la actualidad aumenta la actividad delictiva organizada, dijo.
Los inmigrantes, tanto los voluntarios como los forzados, se ven obligados a usar intermediarios, que actúan como contrabandistas, para ingresar en los países de destino. Por esa actividad ilegal cobran sumas que llegan a veces hasta 50.000 dólares por inmigrante.
La población emigrante creció de 84 millones en 1970 a 105 millones en 1985 y a 120 millones en 1990, hasta llegar a los actuales 150 millones.
El aumento de la última década se explica por efecto de factores como la creciente integración y globalización económica y los cambiantes intereses geopolíticos posteriores a la guerra fría.
También influyen una mayor transnacionalización, que favorece la circulación de personas y el flujo de remesas financieras, como así mismo, las tendencias demográficas y de género en unas sociedades que no pueden generar empleo suficiente y en otras, que son receptoras debido a la reducción de la población activa.
Ante ese cuadro, se puede llegar a la conclusión de que las migraciones no sólo continuarán a las tasas actuales sino que aumentarán probablemente, al menos en corto y mediano plazo, vaticinó Martin esta semana en la presentación del informe.
Con el aumento de la integración económica y de la globalización, se puede presumir que se registrarán nuevas presiones e incentivos a favor de las migraciones.
Martin aclaró que la mayoría de los académicos especializados en la relación entre el comercio y las migraciones predicen que a largo plazo se asistirá probablemente a una reducción de las presiones migratorias en los países de origen.
Pero demandará largo tiempo. Para esos cambios a veces se requieren generaciones, advirtió la experta estadounidense.
Italia e Irlanda, que fueron dos grandes países de emigración y expulsaban población en busca de mejores oportunidades económicas, se han convertido en la actualidad en países de inmigración.
En 1998, cerca de 7,5 millones de personas nacidas en México vivían en territorio de Estados Unidos, incluyendo dos millones como ciudadanos naturalizados, tres millones como inmigrantes ilegales y 2,5 millones como inmigrantes no autorizados.
Pero si México mantiene sus actuales índices de aumento de puestos de trabajo, de un millón por año, probablemente en el período de una generación será capaz de mantener a toda su población sin recurrir a la emigración, calculó Martin. (FIN/IPS/pc/ff/pr/00