/Integración y Desarrollo/ PAKISTAN: Más deuda para pagar la deuda

Pakistán obtuvo tras una larga espera nuevos créditos multilaterales para poder pagar parte de su gigantesca deuda externa, pero el costo político y económico será enorme para este país surasiático, advirtieron analistas.

El gobierno militar sostiene que la ayuda de 3.500 millones de dólares otorgada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) se debió a sus esfuerzos por sanear la maltrecha economía nacional.

Pero economistas y observadores afirman que el crédito obedece a la aceptación de condiciones ocultas, en especial la firma del Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares (CTBT, por sus siglas en inglés).

El FMI había congelado su flujo de créditos a Pakistán luego de las pruebas nucleares realizadas en mayo de 1998, pocos días después de las realizadas por India.

Según un nuevo informe de la agencia calificadora de riesgo Standard and Poor's, el apoyo financiero multilateral a Pakistán fue condicionado a «su buena conducta en la política exterior».

«Ya firmamos una carta de crédito que nos envió el FMI. La junta directiva del Fondo se reunirá el 29 de noviembre y dará su aprobación, lo que nos permitirá acceder a unos 700 millones de dólares», dijo a IPS un funcionario del Ministerio de Finanzas.

Esa será la primera de una serie de entregas durante tres años, que Islamabad utilizará para pagar sus deudas bilaterales y multilaterales.

Pakistán debe 35.000 millones de dólares a acreedores extranjeros, y tendrá que reembolsar antes de fin de año unos 2.200 millones de dólares a instituciones financieras internacionales y al Club de París, formado por países acreedores.

Economistas y analistas políticos afirmaron que la reanudación de los créditos del FMI se debió al cambio de postura de Islamabad en cuestiones políticas y geopolíticas regionales.

«El paquete del Fondo no es resultado de las medidas económicas del régimen militar, sino de su cambio de posición en cuestiones estratégicas de gran preocupación para Occidente», sostuvo un investigador del Instituto de Estudios Regionales.

«El gobierno está más cooperativo y adoptó una postura más flexible en lo referente a la cuestión nuclear, el terrorismo internacional y la paz regional», agregó.

La fuente, que pidió no ser identificada, citó como ejemplo el cambio de posición de Islamabad sobre el CTBT.

Inicialmente, Pakistán insistió en que sólo firmaría el tratado una vez que lo hiciera su rival, India, pero luego levantó esa objeción, aunque aclaró que esperaría a lograr un consenso nacional sobre el asunto y al levantamiento de las sanciones económicas internacionales.

Así mismo, Islamabad se comprometió con la comunidad internacional a no exportar materiales nucleares físiles a ningún país, y planea introducir medidas legislativas para tal efecto.

Funcionarios de alto nivel discuten ahora abiertamente sobre las dificultades que enfrenta Pakistán a causa de su negativa a firmar el CTBT.

«Pakistán pierde 2.000 millones de dólares por año en ayuda financiera por no firmar el tratado», señaló Ishrat Hussain, presidente del Banco del Estado, en una conferencia de prensa el fin de semana.

La declaración reveló la disposición del gobierno a incorporarse al CTBT a cambio de ayuda financiera.

Pero la firma del tratado no es la única condición que deberá cumplir Pakistán.

«Durante su visita a Islamabad el pasado marzo, el presidente (de Estados Unidos) Bill Clinton señaló la creciente impaciencia de su gobierno con el régimen militar y lo urgió a reducir la violencia en el estado indio de Cachemira», señala el informe de Standard and Poor's.

Washington consiguió de Islamabad promesas de cooperación para la paz en Asia meridional y de lucha contra el terrorismo internacional.

Además, el agravamiento de la situación económica en Pakistán hacía temer a la administración de Clinton que su país perdiera influencia estratégica sobre Islamabad.

«Quizá la única forma de rescatar esa influencia sería un nuevo paquete de préstamos sujeto a condiciones. Ese enfoque permite a Estados Unidos imponer sus propios términos en materia de política exterior», señaló Standard and Poor's.

Mientras, algunos activistas criticaron el paquete de créditos por considerar que las condiciones perjudican a la gente común.

«Cada vez que el país obtiene un préstamo, la carga fiscal del pueblo aumenta, y sus servicios sociales se reducen», comentó el político Imran Khan.

El gobierno ya aumentó los impuestos al gas natural y los precios del petróleo, y permitió la libre flotación de la rupia, cuyo valor se redujo 15 por ciento frente al dólar desde septiembre.

Los activistas ven una clara relación entre el aumento descontrolado de la deuda externa y el incremento de la pobreza.

«La deuda externa aumentó de 15.000 millones de dólares en 1990 a 35.000 millones este año. En el mismo período, el número de personas que viven en la pobreza absoluta se duplicó al pasar de 24 a 48 millones», observó Azhar Hussain, un activista contra la globalización. (FIN/IPS/tra-en/mr/mu/mlm/dv/00

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