El gobierno de Cuba espera de la X Cumbre Iberoamericana una nueva condena del embargo económico y comercial estadounidense para fortalecer su posición en la arena internacional, ya favorecida por una votación en la ONU.
Un párrafo que de manera explícita desaprueba esa medida, aplicada por Estados Unidos contra Cuba desde comienzos de la década del 60, está incluido, como en años anteriores, en la declaración final de la reunión de dos días que concluye este sábado en Panamá, confirmó el canciller Felipe Pérez Roque.
Este funcionario se adelantó al presidente Fidel Castro, de 74 años.
Castro y el Rey Juan Carlos, de España, son los únicos que han asistido a estas citas anuales de jefes de Estado y de gobierno de Iberoamérica desde que se iniciaron en 1991 en la ciudad mexicana de Guadalajara.
El gobernante cubano, anfitrión de la IX Cumbre realizada en 1999, debió soportar esa vez la ausencia de cinco mandatarios, y que varias delegaciones oficiales se reunieran con representantes de la oposición interna, a quienes él suele tildar de «delincuentes» y acusa de trabajar «al servicio del imperio».
Empero, esa reunión de La Habana finalizó con una exhortación a Washington a levantar el embargo, «de conformidad a las resoluciones aprobadas por la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) al respecto».
La comunidad iberoamericana, sólo con las abstenciones de El Salvador y Nicaragua, estuvo la semana pasada entre las 167 naciones que respaldaron en la ONU una resolución cubana a favor del cese del embargo, reforzado por Washington en 1996 con la llamada Ley Helms-Burton.
La cumbre de Panamá vuelve la atención a los problemas sociales tras el lema «Unidos por la Niñez y la Adolescencia, base de la justicia y equidad en el nuevo milenio», dejando de lado las prioridades políticas y económicas adoptadas desde la reunión de 1996 en Viña del Mar, Chile.
La problemática de la infancia, propuesta por la presidenta panameña Mireya Moscoso, contó con el inmediato respaldo de Cuba, cuyos servicios de salud y educación gratuitos benefician en especial a la población infantil y juvenil.
«Cuba disfruta hoy de niveles importantes de desarrollo, promoción y protección de la salud para la niñez y la juventud», admitieron, inclusive, medios opositores, en un mensaje a la X Cumbre distribuido a la prensa extranjera acreditada en el país.
El documento, firmado por cinco agrupaciones que integran la llamada «mesa de reflexión de la oposición moderada», cuestiona «las estructuras del modelo» vigente, que sólo permiten a niños y adolescentes cubanos participar «en los marcos estrechos y parciales» de las instituciones oficiales.
«Nuestros jóvenes crecen desconociendo o ignorando el carácter y la dimensión de conceptos e instrumentos tan fundamentales como los derechos humanos, la democracia, la Constitución, la autonomía de las instituciones sociales y la soberanía popular», añade el texto.
A su vez, otros 41 opositores, en representación de igual número de agrupaciones, recomendaron a los participantes en la cita de Panamá que pasen de «las declaraciones genéricas a reconocer expresamente el derecho de los cubanos a la apertura democrática».
«No pedimos el aislamiento del gobierno de Cuba, pero sí reconocimiento y solidaridad para el pueblo cubano, y esto significa apoyo político y moral a nuestras demandas», dijo el texto, que según algunos firmantes fue hecho llegar a embajadas iberoamericanas acreditadas en La Habana.
Los anfitriones de la reunión esperan contar con la participación de los 21 jefes de Estado y de gobierno iberoamericanos, aunque a principios de esta semana no todos habían confirmado oficialmente su asistencia.
Los países miembros de la comunidad son Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
Asisten por primera vez a los presidentes Jorge Batlle, de Uruguay, Fernando de la Rúa, de Argentina, Alfonso Portillo, de Guatemala, Hipólito Mejía, de República Dominicana, Gustavo Noboa, de Ecuador, y Ricardo Lagos, de Chile.
Autoridades panameñas han reconocido un gasto superior a cinco millones de dólares en la organización de la reunión, que esperan reembolsar con ganancias que estiman en 20 millones de dólares.
Se espera que del encuentro surja una postura común de Iberoamérica para llevar a las sesiones extraordinarias que la ONU se propone realizar a mediados de 2001 para tratar temas de la infancia.
Datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia alertan que 39 de cada 1.000 niños latinoamericanos fallecen antes de cumplir los cinco años, y 32 de cada 1.000 no alcanzan ni siquiera el primer año de vida.
En la región nacen cada año 11.441 millones de niños y mueren 446 millones, la mayoría a causa de enfermedades curables o prevenibles, víctimas del hambre o el excesivo trabajo, la violencia callejera y doméstica, por el tráfico de órganos, la drogadicción o la prostitución.
La cita de Panamá debe además ratificar a Perú como sede de la cumbre de 2001 y a República Dominicana para 2002, según prevé el calendario vigente hasta ahora. (FIN/IPS/pg/dm/ip/00